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CaixaBank nombra a Amparo Moraleda como vicepresidenta y completa la renovación de su consejo

El banco ha nombrado a Tomás Muniesa como presidente y cambiado un tercio del máximo órgano de administración en los últimos meses

Tomás Muniesa, preisdente de CaixaBank, y Amparo Moraleda, vicepresidenta.
Álvaro Bayón

CaixaBank completa la profunda renovación de su consejo de administración. Tras la salida de José Ignacio Goirigolzarri como presidente de la entidad y el cambio de un tercio de los miembros de este órgano, el primer banco del mercado español ha acordado designar como nueva vicepresidenta a Amparo Moraleda, que es consejera independiente desde 2014. Todo ello bajo la batuta de Gonzalo Gortázar como consejero delegado y primer ejecutivo de la entidad, y con el propósito de dar por cerrada la era Bankia.

El nombramiento de un nuevo vicepresidente se hacía imperativo desde la salida de Goirigolzarri. Muniesa, que hasta entonces era el vicepresidente, fue designado como presidente no ejecutivo desde el 1 de enero, si bien mantiene su carácter de consejero dominical. Moraleda sustituirá como vicepresidente al representante de Criteria Caixa, el primer accionista del banco, con un 30% del capital. Moraleda tiene una extensa trayectoria empresarial. Ingeniera industrial por ICAI, fue directiva de IBM entre 1995 y 2009. Después pasó por Iberdrola entre 2009 y 2012. También es consejera de Airbus, Vodafone y AP Moller Maersk.

Paralelamente, CaixaBank ha renovado una tercera parte de su consejo de administración. De un lado, los tres consejeros procedentes de Bankia (Eva Castillo, Francisco Javier Campo y Joaquín Ayuso) decidieron no renovar en su cargo; por otro, también sale del banco uno de los representantes de Criteria, José Serna. En su lugar, se ha elegido a Rosa María García Piñeiro, Luis Álvarez Satorre, Bernardo Sánchez Incera, Pablo Forero Calderón y José María Méndez Álvarez-Cedrón. Igualmente,se ha decidido prolongar el mandato de la representante del Estado, Teresa Santero, y de dos independientes, Koro Usarraga y Fernando María Costa.

Todos estos nombramientos deberán contar con el beneplácito de la junta de accionistas, que se reunirá el próximo 11 de abril. Criteria suma la mayoría del capital de la mano del Estado, que a través del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) tiene un 18%, procedente de Bankia. La renovación en el consejo cuenta, además, con el apoyo de los asesores de voto. ISS, el principal proxy advisor, aconseja votar a favor de todos los puntos del orden del día, también de los nombramientos.

No obstante, ISS alerta de la política de remuneraciones, fundamentalmente en el caso de Muniesa, de 1,44 millones. ISS considera que este emolumento está en el “rango alto” de las prácticas de mercado, lo que eleva sus preocupaciones. En cuanto al salario de Gortázar —cuyo componente fijo se incrementa un 3% y el variable un 47%, de modo que el sueldo total se incrementa en un 15%—, ISS considera que los emolumentos son elevados al alcanzar un máximo de cinco millones de euros. Considera que es aceptable según los estándares de los competidores, pero que futuros incrementos “serán escrutados de cerca”.

De esta forma, el consejo de administración seguirá compuesto por 15 miembros. Conservará una mayoría de independientes (el 60%, 9 de 15) y el peso de las mujeres se mantiene en el 40%, en línea con los requerimientos de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). Se mantienen en este órgano Gortázar (que ahora será el único ejecutivo), Muniesa y los independientes Eduardo Sanchiz, María Verónica Fisas, Cristina Garmendia, Peter Löscher y la propia Moraleda.

La idea con todos estos cambios en la cúpula del banco es dar por finiquitada la era de la fusión con Bankia, justo cuando se cumplen cuatro años de esta operación. También cumple con una de las principales preocupaciones del Banco Central Europeo (BCE) en materia de gobernanza: el final de las presidencias ejecutivas. En su lugar, propone limitar el poder ejecutivo en los bancos en los consejeros delegados y dejar a los presidentes con funciones de representación institucional. Este es el esquema que siguen otros bancos españoles, como el Sabadell, Bankinter o Unicaja. Y el propio CaixaBank antes de la fusión con Bankia, cuando era presidente Jordi Gual; con la llegada de Goirigolzarri al consejero de administración sí asumió funciones ejecutivas, aunque muy limitadas. Paradójicamente, los dos grandes bancos españoles, Santander y BBVA, mantienen la figura de los presidentes ejecutivos en Ana Botín y Carlos Torres.



Sobre la firma

Álvaro Bayón
Redactor de la sección de empresas especializado en operaciones corporativas, banca de inversión y capital riesgo. Graduado en Estudios Hispánicos por la Universidad Autónoma de Madrid y Máster en Periodismo UAM-El País, ha desarrollado toda su carrera en Cinco Días, donde trabaja desde 2016.

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