Los auditores del BME Growth ponen el foco en los gastos tecnológicos y en la construcción de plantas energéticas
Los informes de auditoría de empresas ingeniería y telecomunicaciones son las que más cuestiones claves presentaron en 2023 y aumentaron de manera significativa en el sector de las energías renovables
Al igual que en el Ibex 35, los auditores han dado por superado los efectos de la pandemia de la covid-19 y han puesto el foco en otros aspectos que pueden ser significativos para entender el avance o estancamiento de los negocios que cotizan en bolsa más allá del mercado continuo, como pueden ser los gastos tecnológicos o la construcción de plantas eléctricas. Así se desprende del estudio anual Cuestiones claves de Auditoría 2023. Desglose de las cuestiones clave de los informes de auditoría en este segmento del mercado cotizado (BME Growth), elaborado por la firma de servicios profesionales KPMG, que señala que el número total de estas cuestiones respecto a 2022 ha aumentado un 8,2%.
La segunda edición de este informe anual, que ha analizado 51 empresas de las más de 130 que conforman en BME Growth —entre ellas las energéticas Cox Energy, EiDF y Holaluz, la tecnológica Izertis, la farmacéutica Labiana Health o la productora Secuoya—, señala que los sectores de ingeniería y telecomunicaciones son las que más cuestiones claves por informe han presentado durante el ejercicio de 2023, al tiempo que se constata un crecimiento significativo en el sector de las energías renovables. Las principales anotaciones de los auditores es el reconocimiento de ingresos (63%), seguido del registro y recuperabilidad de los activos no corrientes (39%) y la recuperabilidad del fondo de comercio (31%).
Los auditores ponen de manifiesto en estas cuestiones claves o KAM (Key Audit Matter, por sus siglas en inglés) aquellos aspectos que en su opinión son relevantes o han tenido un determinado peso a la hora de revisar las cuentas, ya sea por su complejidad o por el juicio profesional del auditor. En ningún caso se trata de una advertencia o salvedad, sino que facilitan un mejor entendimiento del trabajo realizado por el auditor y del contenido de las cuentas anuales que presentan las compañías.
La auditora destaca que el sector de electrónica y software es uno de los que hace que estas tres categorías de cuestiones clave estén en las tres primeras posiciones, debido a la “naturaleza de la actividad que lleva a cabo”. “Sus riesgos más significativos están relacionados con el análisis del registro y recuperabilidad, principalmente, de los gastos de desarrollo de sus proyectos de software y el correcto registro de los ingresos, en su mayoría, relacionados con venta de licencias y prestación de servicios tecnológicos”, explica. Asimismo, observa que en el sector de las energía renovables, los auditores inciden en el reconocimiento de ingresos relacionado con la construcción de plantas de generación eléctrica y la comercialización de energía.
En la cuarta posición de cuestiones clave se encuentra la tipología de going concern, es decir la incertidumbre material por continuidad de negocio. KPMG señala que los motivos que han hecho crecer esta categoría son de diversa índole y en ningún caso se relacionan explícitamente con aspectos que durante los últimos años han alterado la economía, como el Covid-19 o la tensiones geopolíticas. Más bien, han tenido influencia “factores intrínsecos” de las empresas, precisa. De hecho, el estudio subraya que esta tipología aparece en el 25% de los informes de auditoría del BME Growth, mientras que en las empresas del Ibex y conjunto de cotizadas tiene una presencia del 9%, lo que hace deducir que las empresas de este mercado “presentan dificultades financieras en mayor medida”.
Tendencias opuestas
En comparación con las auditorías del Ibex, la evolución en ambos mercados sobre el número medio de cuestiones clave ha ido en direcciones opuestas. Mientras que en el conjunto de cotizadas la tendencia es a la baja, en el BME Growth incrementaron las referencias en 2023. Según KPMG, esto se debe a que el mercado continuo “más estable”, ya que no ha habido variaciones en su composición de un año a otro, a diferencia del otro, donde en el ejercicio pasado hubo incorporaciones y exclusiones de empresas y alguna de esta nuevas empresas han tenido una media superior de cuestiones a tener en cuenta.
Los auditores de ambos mercados han hecho más referencias al reconocimiento de ingresos, si bien la recuperabilidad de activos no corrientes que en los informes de las cotizadas representa un 21% y se encuentra en cuarto lugar, sube hasta la segunda posición en el mercado alternativo, apareciendo en un 39% de los informes. La firma de servicios profesionales apostilla que esta diferencia tiene su explicación en que el BME Growth engloba a sectores que son “intensivos” en innovación e I+D, como son las empresas de electrónica y software y las de farma y bioctenología. “Solo estos dos sectores recogen, aproximadamente, el 50% del total de las cuestiones relacionadas con esta tipología”, señala el informe.
Lo mismo ocurre con la tipología de recuperabilidad del activo diferido que tiene menor peso en el mercado alternativo bursátil que en el conjunto de cotizadas (un 14% frente a 25% de presencia en las auditorías). “En el BME Growth nos encontramos un mayor número de empresas que se encuentran en una fase de desarrollo y, por lo tanto, no son tan maduras como las incluidas en el conjunto de cotizadas, lo que hace que todavía no haya una senda de ganancias fiscales probables que les permitan reconocerse un activo por impuesto diferido”, aclara el estudio.
Por último, mientras que las cuestiones sobre provisiones, contingencias y litigios ocupaban el quinto lugar en el conjunto de informes del Ibex y empresas cotizadas, al tener presencia en el 16% de los informes; en el caso del BME Growth caen hasta el último puesto —compartido con cuestiones sobre las valoraciones y recuperabilidad de activos inmobiliarios y con los sistemas generales de información—, con una presencia de un 2%. Esto se debe a la “mayor madurez” de las empresas del Ibex y a la regulación a las que están sometidas las mismas en algunos sectores, concluye KPMG.