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¿Qué busca un ministro saudí para invertir en España?

El ministro de Inversiones de Arabia Saudí se reúne en Madrid con Cuerpo, Ribera o Imaz, entre otros

Una explotación petrolífera de Aramco.
Una explotación petrolífera de Aramco.Hamad I Mohammed (REUTERS)
Álvaro Bayón

Bienvenido, míster Al-Falih. El ministro de Inversiones de Arabia Saudí se ha paseado esta semana por España, custodiado por una cohorte de más de 200 empresas, además de organizaciones empresariales e instituciones públicas. En un momento especialmente crítico para las relaciones entre ambos países, con la operación de Telefónica aún en liza, buscan engrasar las relaciones comerciales entre ambos países. Y convencer a las empresas españolas y a las saudíes de que invertir en ambos países es un negocio de futuro.

El acto central del viaje tuvo lugar el martes en la Cámara de Comercio. No en vano este organismo, junto al ICEX y la CEOE, han sido los promotores del viaje. En él intervino el ministro de Economía, Carlos Cuerpo, que el lunes tuvo una reunión bilateral con su homólogo saudí, así como el presidente de la Cámara de Comercio, José Luis Bonet; el vicepresidente de la CEOE, Julián Núñez, y Alicia Varela, la directora general de Comercio Internacional e Inversiones.

Al-Falih busca replicar el ejemplo de dos empresas españolas, Técnicas Reunidas y Repsol. La primera empresa ha conseguido revelarse como un aliado clave para la petrolera pública del país, el gigante Aramco, con quien cuenta con acuerdos para trabajar en algunos de sus proyectos de petróleo y gas. Repsol, por su parte, ha pactado con esta misma empresa la construcción de una planta de combustibles sintéticos en Bilbao. Hace pocos meses, Aramco se acercó a Repsol para adquirir una participación minoritaria en su filial renovable, donde ya ha invertido un consorcio formado por EIP y un fondo de Credit Agricole. Y están actualmente en plenas negociaciones, que se prevé se demoren durante meses.

Arabia Saudí le reservó un lugar privilegiado a las dos empresas. La de la familia Lladó fue puesta como ejemplo de lo provechoso que puede ser para las empresas españolas y las saudíes establecer fuertes ententes comerciales. El consejero delegado de Repsol, Josu Jon Imaz fue uno de los pocos agraciados con una reunión one to one con Al-Falih. La inmensa mayoría se conformaron con estar presentes en el evento de la Cámara. Las fuentes consultadas indican que la cita no pasó de lo protocolario y que ni Imaz ni Al-Falih entraron en el detalle de la operación de renovables que negocian. Dejan los flecos para los bancos de inversión que han contratado para tal asunto.

Tampoco trató Al-Falih, al menos sobre el papel, el otro gran elefante en la habitación en su tête a tête con Cuerpo. Esta es la toma del 9,9% de Telefónica por parte de la teleco saudí STC. La operación aún está pendiente, casi un año después, de la aprobación del Consejo de Ministros, pero ha provocado una salida contundente del Gobierno, que ha cambiado de un plumazo el futuro de la teleco. La SEPI ha irrumpido en el capital con un 10% y Criteria, el brazo inversor de la Fundación La Caixa, ha disparado su participación hasta atesorar otro 10%.

La visita saudí no fue casual y apunta a que tuvo una visión esencialmente prospectiva. El gigante árabe puso el área de las infraestructuras como la diana de su viaje. No en vano, muchas de las empresas convocadas a la cita eran constructoras, como Acciona, FCC o la consultora Almar. Y uno de los puntos clave del acto en la Cámara de Comercio fueron una serie de reuniones sectoriales, donde se han encontrado empresas españolas y saudíes. Los temas de estas cumbres sectoriales no han sido elegidas al azar: construcción e infraestructuras, energías renovables, agua y tratamientos de residuos y agroalimentario.

Arabia Saudí está en pleno viraje de su economía. Históricamente muy ligada a los combustibles fósiles, busca romper esa ligazón con nuevas inversiones en sectores hacia los que se dirige la economía del futuro. Un camino en el que busca la alianza con empresas extranjeras y que para ellas puede ser un negocio lucrativo. En este sentido, la propia embajada de Arabia Saudí ha informado de una reunión bilateral del ministro de Inversiones con la vicepresidenta tercera y ministra de Transición Energética, Teresa Ribera. En esta rama también ha jugado en estos días un papel clave Alfanar, una empresa saudí de renovables con sede en España con unos 500 MW.

El frente emiratí

Un camino en el que están también inmersos sus vecinos emiratíes. Abu Dabi ha lanzado una decidida apuesta por las energéticas en España. Por un lado, con la firma de energías verdes pública Masdar —que se ha aliado con Iberdrola en eólica marina negocia hacer lo propio con Endesa en solar y ha presentado una oferta por Saeta Yield— y, por el otro, con la eléctrica pública Taqa, que ha negociado una opa por Naturgy sin éxito. Qatar está presente en el capital de Iberdrola, IAG o Colonial.

El ministro saudí ha salido también de la M-30. El destino elegido no ha sido otro que los astilleros de Navantia en Cádiz. El principal vínculo económico de Arabia Saudí y España ha sido históricamente la industria de la defensa. Las partes, no en vano, ultiman un nuevo acuerdo para fabricar tres nuevas corbetas en la ciudad andaluza.

Este tipo de cumbres no son una novedad. Ya en 2022 el ministro de Economía y Planificación saudí, Faisal Alibrahim, realizó una visita similar. España estuvo representada entonces por la entonces ministra de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto. En los últimos meses todo ha adquirido unos tintes mayores y los dos países se esfuerzan por exhibir normalidad en sus relaciones pese al asunto Telefónica. Los saudíes no estuvieron, eso sí, en el congreso mundial de fondos soberanos que se celebró en Madrid el septiembre pasado.

Los últimos meses han sido una batidora para las relaciones bilaterales. En abril, Pedro Sánchez viajó a Arabia Saudí y, en medio del viaje oficial, mantuvo una cumbre con empresas españolas presentes en el país. Previamente representantes de Telefónica y de STC se habían citado en Madrid. En mayo, de forma oficiosa, también se vio por Madrid a algún alto cargo de empresas saudíes en el Madrid Mutua Open. ¿La razón? El fondo soberano PIF patrocina la liga mundial de tenis, la ATP, y ha fichado a Rafa Nadal como embajador del tenis.

El deporte ha sido uno de los destinos de referencia del dinero saudí en los últimos años. Además de estos acuerdos en tenis, es dueño del equipo inglés Newcastle United, ha creado su propia competición de golf, su gran premio de Fórmula 1 y, con un controvertido acuerdo, celebra allí la Supercopa de España.

A buen seguro que Al-Falih en sus días en España no pudo evitar presenciar la atención de toda España a una competición futbolística como es la Eurocopa, e incluso es posible que viese algún partido, pero sorprende que ni clubes de fútbol —muchos aquejados de problemas financieros que arrastran desde la pandemia, con muchos con inversores deseando vender sus títulos— ni de otro tipo de deportes hayan estado en la lista del ministro. Los petrodólares saudíes podría ser un clavo ardiendo para muchos de estos equipos.

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Sobre la firma

Álvaro Bayón
Redactor de la sección de empresas especializado en operaciones corporativas, banca de inversión y capital riesgo. Graduado en Estudios Hispánicos por la Universidad Autónoma de Madrid y Máster en Periodismo UAM-El País, ha desarrollado toda su carrera en Cinco Días, donde trabaja desde 2016.
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