La puja por el hotel Rafael de Atocha, de la subasta de Reyal Urbis, despierta el apetito de hoteleras y fondos
Hotusa, Sercotel y el fondo Cerberus se sitúan entre los interesados por el inmueble, que podría alcanzar un valor de 80 millones
La puja por hacerse con el hotel Atocha, ahora mismo operado con la marca RafaelHoteles y en plena subasta pública tras la quiebra de su propietario (la inmobiliaria Reyal Urbis), va camino de convertirse en una de las grandes operaciones del año en el sector hotelero. Fuentes cercanas al proceso señalan el fuerte apetito que ha levantado la subasta, abierta en un precio de 40 millones de euros, por el gran número de cadenas y fondos que están inmersos en el proceso.
La administración concursal activó la subasta el pasado 16 de abril y ha establecido un plazo de tres meses (en principio hasta el 9 de julio) para que los interesados presenten ofertas. Fondos y compañías hoteleras ya han realizado dos visitas privadas al activo, hay prevista una tercera la próxima semana y es probable que haya una cuarta. Esas mismas fuentes corroboran que la fuerte demanda va a disparar el precio final del inmueble. “Podría llegar a los 70 u 80 millones de euros, el doble del precio inicial, a lo que hay que sumar una inversión en reforma que podría acercar el precio final cerca de los 100 millones”.
El hotel, situado en el número 30 de la calle Méndez Álvaro, a apenas quince minutos andando de la estación de Atocha, cuenta con 245 habitaciones, reformadas íntegramente en 2018, con una categoría de cuatro estrellas y en la actualidad tiene un precio medio de 220 euros por habitación en Booking. Una idea del potencial del hotel a subasta es que a apenas 500 metros está situado el hotel AC by Marriott Atocha, también de cuatro estrellas, con una antigüedad de diez años, pero con una estética más moderna, que se comercializa en Booking con un precio medio de 310 euros. Noventa euros por habitación y día de diferencia que en circunstancias idílicas de ocupación supone una mejora de ocho millones de euros en los ingresos anuales.
Esas mismas fuentes apuntan a las hoteleras Hotusa y Sercotel y al fondo Cerberus como interesados en participar en el proceso. Hotusa obtuvo cifras récord en 2023 (1.418 millones de euros de facturación y un ebitda de 202 millones de euros), lo que le va a permitir seguir manteniendo el objetivo de firmar veinte hoteles al año. En el caso de Madrid, la firma cuenta con 18 hoteles (siete de la marca Eurostars, siete de la marca Exe y uno de la marca Crisol e Ikonik, respectivamente) sobre un total de 180 que tiene en España. Fuentes de Hotusa prefirieron no pronunciarse al respecto. .Por su parte, Sercotel, la hotelera de la familia Gallardo, propietaria de los laboratorios Almirall, también cerró un 2023 histórico con una facturación de 125 millones y una previsión de llegar a los 160 millones este año, gracias a la incorporación de entre 12 y 15 hoteles urbanos. El interés de Sercotel responde a su casi nula presencia en el centro de Madrid, donde tan solo cuenta con un activo (Sercotel Gran Hotel Conde Duque), con 143 habitaciones y una categoría de cuatro estrellas. “Sercotel es una compañía que analiza constantemente los movimientos del sector y está atenta a posibles oportunidades como puede ser ésta”, recalcaron desde la hotelera catalana.
La subasta pública extrajudicial de este lote se realiza a través del portal del Consejo General de Procuradores de España. Actualmente es el mayor activo en subasta procedente de Reyal. Hace unos meses, salió también a subasta otro hotel, en este caso inacabado, de Reyal. Concretamente, se trató del 48% del activo ubicado en el complejo Castellana 200 de Madrid, tal como avanzó este diario. Finalmente, la gestora de fondos Drago Capital, que tenía el 52% restante del inmueble por construir, ganó la puja, como publicó El Confidencial. Esa zona de Madrid vive un auge turístico por el estreno del nuevo estadio Santiago Bernabéu como lugar de grandes eventos y conciertos. El interés por el hotel Rafael Atocha se enmarca dentro del enorme apetito por este tipo de activos por parte de los grandes inversores inmobiliarios, ya que levanta más interés que los tradicionales inmuebles de oficinas o retail, debido al repunte turístico y de tarifas.
La liquidación de Reyal
La promotora cayó en liquidación en 2017 ahogada por una deuda de 4.600 millones. Su error fue comerse al pez grande en el peor momento. El gran peso que hundió a la histórica Costrucciones Reyal fue la adquisición de Urbis a Banesto por 3.300 millones en 2006, apenas un año antes de que estallase la burbuja del ladrillo. Se trata de la segunda mayor quiebra, tras la de Martinsa-Fadesa (7.000 millones de deuda). Desde entonces, la compañía sigue siendo, además, el principal deudor de la lista anual de morosos de Hacienda. En la última, la de 2023, debía 293,9 millones a las arcas públicas.
A partir de 2021, la compañía comenzó con el proceso de subastas generalizado de sus activos, en una liquidación dirigida por la firma BDO y por Hacienda. La inmobiliaria contaba en 2012, cuando solicitó el concurso de acreedores, con un banco de suelo de 7,8 millones de metros cuadrados de edificabilidad, además de una cartera en propiedades en arrendamiento tasada en 459 millones. Entre los activos que la compañía disponía estaban los hoteles Rafael.
Sigue toda la información de Cinco Días en Facebook, X y Linkedin, o en nuestra newsletter Agenda de Cinco Días
