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Puig limita la presencia de miembros de la familia en su consejo de administración

Fija que no podrán superar la mitad de la composición total del órgano de gobierno. Los actuales consejeros recibirán este año una prima por la salida a Bolsa

El presidente ejecutivo de Puig, Marc Puig, hace el toque de campana en la Bolsa de Barcelona.
El presidente ejecutivo de Puig, Marc Puig, hace el toque de campana en la Bolsa de Barcelona.Albert Garcia
Javier García Ropero

Puig pone límites a la presencia de miembros de la familia en la composición de su consejo de administración. Esta, que controla cerca del 70% de las acciones y el 93% de los derechos de voto tras su exitosa salida a Bolsa, ha fijado por escrito que sus representantes no podrán ocupar más de la mitad de los asientos del órgano de gobierno, pese a que su peso en el capital y en las tomas de decisiones en junta de accionistas superan con creces ese 50%.

Así consta en el reglamento que la compañía ha depositado ante la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). En concreto, la firma de productos cosméticos ha establecido que “el número de consejeros que sean miembros de la familia Puig, si los hay, será siempre igual o inferior a la mitad del número total de consejeros”. Esta define como tales “las personas que descienden en línea directa, por consanguinidad, de don Antonio Puig Castelló y sus respectivos cónyuges no separados, judicialmente o de hecho”.

Tras la última reforma del consejo ejecutada durante el mes de abril, el peso de los Puig en el consejo se ha reducido de forma notable, cumpliendo con creces ese límite que ahora ha quedado impuesto. Sus dos representantes son Marc y Manuel Puig, presidente ejecutivo y vicepresidente, respectivamente. Estos pertenecen a la tercera generación familiar, por tanto, son nietos del fundador del grupo.

Antes de la salida a Bolsa, la compañía decidió apartar del consejo a Marian, Xavier y Jordi Puig. Entonces, el mismo estaba formado por un total de 14 consejeros, cifra que ahora se ha reducido a 13. De los tres asientos liberados solo se ocuparon dos, con los nombramientos de Tina Müller, consejera delegada del grupo alemán Weleda, y de María Dolores Dancausa, ex consejera delegada de Bankinter, ambas como independientes.

Mesa de administración de Puig Gráfico
Belén Trincado Aznar

La composición actual del consejo está dentro de la horquilla que Puig ha fijado en su reglamento, de entre cinco y 15 miembros. La misma, dice el reglamento, “deberá favorecer la selección de consejeras en número suficiente para alcanzar una presencia equilibrada de mujeres y hombres del consejo”. En la actualidad, de las 13 personas que componen el mismo, cuatro son mujeres, el 31%.

Además, Puig se compromete a que los consejeros dominicales, que representan a los accionistas, y los consejeros independientes deberán constituir “una amplia mayoría del consejo”. Estos últimos deberán representar un mínimo de una tercera parte de los asientos, limitando el número de consejeros ejecutivos al “mínimo necesario”. Algo que supera hoy de forma holgada, al contar con siete independientes y dos dominicales. Estos últimos son el propio Manuel Puig, y Josep Oliu, que representa desde hace más de 20 años a Exea Empresarial, una de las ramas societarias de la familia. Aunque los Puig tendrán limitaciones para estar en el consejo, el reglamento del mismo sí les permite traducir su mayoría accionarial con la elección de más dominicales, algo que de momento no ha sucedido.

Paga extra para el consejo

La política de remuneraciones de Puig fija un gasto máximo anual de 3,5 millones de euros en las retribuciones a sus consejeros, con un sueldo de 85.000 euros anuales para los vocales, y 130.000 a su vicepresidente, aparte de la asignación adicional por pertenecer a una de las tres comisiones que la componen: la de auditoría, la de nombramientos y retribuciones, y la de sostenibilidad y responsabilidad social, con importes de entre 25.000 y 40.000 euros anuales.

En 2024, y de forma extraordinaria, los consejeros más veteranos verán doblada su retribución, sin contar “a los consejeros familiares no ejecutivos”. En concreto, quienes a 31 de diciembre de este año sumen una antigüedad en el órgano de gobierno igual a o mayor a tres años, tendrán un aumento del 100%. Si nada cambia, esto incluirá a seis consejeros como Josep Oliu, nombrado en 2002; Yiannis Petrides, Rafael Cerezo, Jordi Constans, Daniel Lalonde y Patrick Chalhoub. También a Manuel Puig, que no tiene posición ejecutiva en el grupo. Los recién llegados también contarán con una prima del 50% de su retribución fija.

La retribución de Marc Puig, presidente ejecutivo, es independiente del consejo. Como publicó este diario, su contrato fue modificado en abril, con mejoras en los distintos puntos que forman parte de su retribución. Su sueldo fijo se eleva a 1,8 millones, 100.000 euros más, mientras que el variable puede llegar a multiplicar el fijo por 2,4 veces, hasta 4,32 millones, en caso de consecución de objetivos por encima del 100%. A ello hay que sumar la remuneración variable a largo plazo, que también podrá llegar a multiplicar por casi cinco el sueldo fijo,

Hay que recordar que Marc Puig ingresó un sueldo de 25,7 millones en 2023, y que este año ha recibido un bonus de 9,3 millones por la salida a Bolsa del grupo.

Este, como consejero ejecutivo, tiene una cláusula de no competencia que le impedirá trabajar en empresas y actividades análogas a las de Puig durante un año después de la extinción de su contrato. A cambo, recibirá una indemnización equivalente a una anualidad de su sueldo fijo. El resto de consejeros también tienen la prohibición de “desempeñar cargos ni prestar servicios en entidades competidoras de Puig”, aunque la junta de accionistas tiene capacidad para otorgar dispensas.

Los requisitos para ser consejero de Puig

Puig fija las condiciones que deben tener los consejeros independientes para ser nombrados como tal. Estos no pueden haber sido empleados ni consejeros ejecutivos de empresas de Puig en los últimos tres y cinco años, respectivamente; no haber sido accionista de la firma auditora o responsable de su informe; no ser consejero ejecutivo o alto directivo en una sociedad donde haya un ejecutivo de Puig como conejero externo; no haber mantenido relaciones de negocios con las sociedades del grupo, o no haber sido consejero durante un periodo continuado superior a 12 años, entre otros puntos.

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Sobre la firma

Javier García Ropero
Redactor de la sección de empresas, especializado en distribución, gran consumo y economía del deporte. Licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y Especialista en información económica de la UIMP. Desarrolla su carrera en CincoDías desde 2011 tras haber pasado por El Mundo y Vocento.
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