Puig repartió un dividendo de 186 millones tres días antes de comunicar la salida a Bolsa a la CNMV
En 2023, la familia se repartió otros 160 millones con cargo a los resultados de 2022 y 2023, pero no entregará dividendos a sus futuros inversores hasta 2025
La familia Puig se repartió un dividendo de 186 millones de euros el pasado 5 de abril, tres días antes de que la compañía presentase ante la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) el documento con el que confirmó su propósito firme de acometer una salida a Bolsa, el llamado ITF (intention to float, intención de cotizar en español).
El folleto de emisión, presentado ayer ante el supervisor, detalla que la junta general de accionistas de Puig Brands aprobó el reparto de un dividendo con cargo a la reserva por prima de emisión por un montante de 186,1 milllones, que fue pagado ese 5 de abril, viernes, en efectivo. El lunes día 8, la compañía presentó el ITF.
Un pago que realizó tirando de las líneas de crédito que tenía dispuestas. Como explica en el folleto, de los 1.250 millones de euros que la empresa prevé captar de los inversores por las nuevas acciones de clase B que pondrá en el mercado, una parte los usará para “refinanciar las cantidades dispuestas de nuestras líneas de crédito para financiar el pago del dividendo distribuido contra la prima de emisión el 5 de abril de 2024″.
Otros 160 millones en 2023
Esta retribución no ha sido la única que los actuales accionistas de Puig han cobrado en los últimos tiempos. La compañía también repartió 160 millones durante el año 2023: 80 de ellos con cargo a los resultados del ejercicio 2022, y otros 80 como dividendo a cuenta del ejercicio 2023. Por tanto, la familia Puig ha recibido 346 millones de euros por esta vía antes de dar acceso a nuevos accionistas.
Estos, por su parte, deberán esperar para recibir su primera retribución. El folleto de la OPV detalla que la “intención” del grupo de cara al futuro es “distribuir dividendos en efectivo en el futuro cercano de una forma prudente”. El primero llegará en 2025, con cargo a los resultados que Puig obtenga en 2024, por lo que se infiere que durante este año natural el grupo no repartirá una retribución adicional con cargo al beneficio de 2023, que fue de 465 millones.
Los Puig han sido activos en los últimos años en el reparto de dividendos. En 2022, la que entonces era la sociedad cabecera del grupo, Puig SL, repartió 110 millones de euros. De esa cantidad la gran mayoría, 86,18 millones, fueron abonados con cargo a las reservas del grupo, mientras que el importe restante, de 23,82 millones, correspondió al beneficio individual obtenido por Puig en 2021.
Tras la propiedad de Puig Brands hay hasta 22 sociedades ligadas a los miembros de la tercera generación de la familia que, de forma directa o indirecta, participan en su accionariado. Son los descendientes de los cuatro hijos del fundador: Mariano, Antonio, Enrique y José María Puig Planas, este último fallecido a principios de febrero a los 92 años. El principal accionista de Puig Brands, la sociedad que saldrá a Bolsa, es Puig SL, anterior cabecera del grupo. Tras ella están las distintas sociedades con las que la tercera generación familiar ejerce el control accionarial.
Parte de la tercera generación de Puig ostenta, además, posiciones ejecutivas en la compañía, lo que también les ha generado importantes ingresos en el último año. El caso más significativo es el de su presidente ejecutivo, Marc Puig, que cobró un sueldo en 2023 de 25,7 millones, y recibirá un bonus de 9,3 por la salida a Bolsa. Este, además, es accionista a través de la sociedad Dendera 2002 SL. Otro es el del vicepresidente, Manuel Puig Rocha, el accionista más relevante a título individual del grupo, a través de la sociedad Lyskamm 1861, en tanto que es hijo único de Antonio Puig Planas. Este cobró 20,2 millones de euros tras cesar como responsable de sostenibilidad.
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