Cellnex se hace mayor y Patuano alcanza el objetivo que quería el mercado
La compañía premia a sus accionistas, liderados por los Benetton y TCI, con fuertes dividendos. Obtiene el grado de inversión con S&P, tras comprometerse a reducir deuda
Cuando Marco Patuano, consejero delegado de Cellnex, se puso de pie y se dirigió al atril para pronunciar unas palabras, casi el cierre del Capital Markets Day de la compañía, sabía que lo que iba a decir no iba a dejar indiferentes al centenar de analistas e inversores que habían acudido a la llamada de la empresa, llenando la sala del evento en el Pan Pacific Hotel de Londres. El veterano directivo, que llegó al cargo a principios de junio de 2023 en sustitución de Tobías Martínez, anunció a todos los presentes que S&P había elevado el rating del gigante español de las infraestructuras de telecomunicaciones, de BB+ a BBB-, alcanzando el grado de inversión, y cumpliendo el compromiso adquirido por la empresa antes de lo previsto. El plazo inicial era lograrlo antes de final de 2024. La meta se ha alcanzado antes del fin del primer trimestre.
S&P justificó su decisión por la venta de las filiales de Cellnex en Irlanda por más de 970 millones de euros y por el compromiso de la empresa de reducir deuda. El grupo, que cerró 2023 con un ratio de apalancamiento (proporción entre capital y crédito) de 6,9 veces el beneficio bruto de explotación (ebitda), prevé situar este ratio a medio y largo plazo en un rango entre 5,0 y 6,0 veces. El grupo insistió en su compromiso de que los ingresos por las ventas de activos se destinarán a reducir deuda.
Con esta mejora de la calificación, Cellnex ha dejado atrás la infancia y la juventud, y se ha hecho mayor. Tras su salida a Bolsa en 2015, la compañía inició una agresiva carrera de adquisiciones de la mano de Tobías Martínez, hombre clave en el desarrollo del grupo, con una inversión de 40.000 millones de euros, apoyada por una era de bajos tipos de interés que llevaron al grupo a convertirse en el líder europeo del sector. De hecho, acaparó más de 111.000 emplazamientos ya instalados (al margen de los proyectados), muy por encima en el Viejo Continente de Vantage, filial de Vodafone; American Tower; GD Towers, controlada por Deutsche Telekom; Totem, división de Orange, e Inwit, entre otras. En Bolsa, pasaba de ser un casi recién llegado a convertirse en uno de los principales valores del Ibex 35. Sin embargo, en noviembre de 2022, una vez que el mercado de adquisiciones de torres de telecos se secó de oportunidades, tras las últimas grandes transacciones protagonizadas por Deutsche Telekom y Vodafone, Cellnex decidió dar un giro a su estrategia para centrarse en el crecimiento orgánico y la reducción de deuda para lograr el citado objetivo de rating con grado de inversión con S&P.
Misión cumplida. La empresa ha alcanzado lo que quería el mercado. Ahora el reto es mantenerlo y cumplir las previsiones lanzadas ayer, ante esta etapa de madurez. Tras el anuncio del martes, las acciones de Cellnex rebotaron cerca de un 3%, pero el grupo debe consolidar esa recuperación. La empresa ha vivido en una montaña rusa en Bolsa en los últimos años, en medio de la tormenta generada por las subidas de los tipos, que han llevado al precio de los títulos a combinar caídas del 30% con subidas del 40%. Desde 2021, la acción ha marcado máximos históricos por encima de 60 euros y mínimos en el entorno de los 26 euros, con la resaca de las distintas ampliaciones de capital realizadas entre 2019 y 2021 para afrontar adquisiciones, que movieron más de 14.000 millones de euros. Las mayores de la historia de España, al margen de las recapitalizaciones de la banca.
Para lograrlo, Cellnex ha lanzado al mercado un compromiso muy ambicioso en torno a la remuneración a los accionistas. La compañía pagará, a partir de 2026, un dividendo mínimo de 500 millones de euros al año, con un aumento mínimo del 7,5% en los siguientes ejercicios. Cellnex asegura un pago mínimo de 3.000 millones de euros en dividendos entre 2026 y 2030, con la puerta abierta a realizar recompras de acciones y abonar dividendos extraordinarios en caso de excesos de caja. En este sentido, la compañía prevé alcanzar una caja disponible de 10.000 millones, hasta 2030, gracias a sus activos y negocios, respaldados por una cartera de contratos a largo plazo con operadores de más de 110.000 millones.
Los primeros beneficiados del pago del dividendo, que hasta ahora había sido casi testimonial, al igual que las recompras de acciones, serán los grandes accionistas, encabezados por Edizione, el holding de la familia Benetton; el fondo británico TCI, del conocido inversor Chris Hohn; el fondo soberano de Singapur GIC, BlackRock, Canada Pension Plan Investment Fund y Criteria Caixa, que hace un año mantenían fuertes discusiones por el nombramiento del nuevo CEO, tras la decisión de Tobías Martínez de dejar la empresa. El choque de trenes incluso se llevó por delante al anterior presidente del consejo de administración, Bertrand Kan, y provocó su sustitución por Anne Bouverot. En el mercado se comentaba que más de uno de estos grandes accionistas quería dividendos para rentabilizar su inversión.
Y es mucho dinero. Con una participación de casi un 10% del capital cada uno de ellos, TCI y Edizione pueden embolsarse en este periodo de tiempo cerca de 300 millones de euros cada uno. La compañía tiene el convencimiento de que el cumplimiento del grado de inversión con S&P y el pago de dividendos va a atraer a nuevos accionistas. Uno de los deseos de Cellnex es aumentar la base de inversores españoles, muy exigua desde el inicio de su andadura en los mercados, probablemente porque nunca creyeron en el proyecto. Solo Criteria Caixa, con algo menos de un 5%, tiene una presencia destacada.
Otro síntoma de esta nueva etapa es que Cellnex se une a los gigantes estadounidenses del sector, como American Tower o Crown Castle, que abonan dividendos a sus accionistas desde hace muchos años.
Patuano trazó cuatro líneas estratégicas para esta nueva etapa: la simplicidad, con una revisión estratégica de la cartera para concentrarse en los negocios y mercados principales; la prioridad en el crecimiento de la colocación de equipos en torres; la mejora de la eficiencia y los márgenes, y el cumplimiento de una gobernanza sólida.
La revisión de los activos puede traer nuevas desinversiones. Tras Irlanda, la primera opción, que la compañía contempla para 2024, es Austria, aunque dependerá de los precios. Cellnex, que a final de 2023 vendió un 49% de su negocio en Escandinavia a Stonepeak, por 730 millones de euros, comunicó un ambicioso proyecto con la creación este mismo año de un vehículo especializado en la compra de terrenos o LandCo, que tendrá operaciones en España, Italia, Francia y Portugal, y en el que Cellnex no descarta dar entrada a inversores privados.
En sentido contrario, Cellnex también advirtió de que está abierta a llevar a cabo inversiones en oportunidades de crecimiento industrial, con una disponibilidad de 7.000 millones de euros de la citada generación de caja. Son muchos desafíos operativos, industriales y financieros, pero Patuano y su equipo insistieron a los inversores presentes en Londres, o conectados vía streaming con EE UU, que las cuentas son predecibles y sólidas.
Sigue toda la información de Cinco Días en Facebook, X y Linkedin, o en nuestra newsletter Agenda de Cinco Días