Indra planea vender activos por 800 millones y entrar en Hispasat
Ambas empresas tienen en su capital a la SEPI, lo que facilitaría la operación. La transacción permitiría a la empresa presidida por Marc Murtra participar en el consorcio europeo del proyecto IRIS²
Indra, la multinacional española de tecnología y defensa, ultima su nuevo plan estratégico para presentarlo durante el primer trimestre de 2024 con el objetivo de convertirse en el líder español de la defensa y la tecnología, según explicó hace unas semanas el consejero delegado de la multinacional española, José Vicente de los Mozos.
Dentro de ese plan, está estudiando entrar en el capital de Hispasat, el operador español de comunicaciones por satélites participada por el Estado, según fuentes del mercado. Indra ya había mostrado su interés en ampliar sus actividades en el sector aeroespacial. “El espacio es estratégico en el futuro de la defensa. Todas las comunicaciones van por el espacio y si quieres ser soberano en las comunicaciones, tienes que controlar el espacio. Por eso estamos estudiando en el plan estratégico cómo Indra puede trabajar en ese nuevo ecosistema”, avanzó De los Mozos en una conferencia con analistas el pasado octubre.
Para financiar la operación, la compañía presidida por Marc Murtra esta barajando poner a la venta algunos negocios de su filial de tecnología Minsait. Ya hay varios fondos de inversión, como Bain, Apax o Cinven, que se han interesado por adquirir todo Minsait por un valor cercano a los 1.800 millones de euros, pero la dirección de Indra considera que algunos de los negocios de esta unidad encajan con el plan de convertir a la compañía en un campeón nacional de la defensa y seguridad. Por eso, consideran que se podrían desprender de activos con una cifra de negocios de unos 800 millones pero no de la filial completa. Indra facturó un total de 3.851 millones en 2022.
Un portavoz de Indra señala que tanto la venta de activos como la posible compra de una participación de Hispasat son “meras especulaciones”. “Cualquier cosa que se haga dependerá del plan estratégico, y este aún está en desarrollo”.
Tanto Indra como Hispasat tienen en su capital a la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), lo que facilitaría la operación. El brazo industrial del Gobierno tiene un 28% del capital de Indra y otro 7,15% de Hispasat. La empresa de satélites también tiene en su capital al Centro para el Desarrollo Tecnológico y la Innovación (CDTI) con un 2,91%, perteneciente al Estado, y a Redeia, la antigua Red Eléctrica Española (REE), participada en un 20% por la SEPI.
Fuentes del mercado explican que si Indra va a presentar el plan estratégico el próximo 6 de marzo con un renovado interés en el sector aeroespacial deberá tener diseñada una hoja de ruta para entrar en este negocio. Y, recuerdan que en España no hay muchas alternativas a Hispasat. La compañía española de satélites participa, además, en el consorcio europeo del proyecto IRIS² (acrónimo en inglés de infraestructura para la resiliencia, interconectividad y seguridad por satélite) junto a otras cuatro empresas europeas del sector como Airbus Defence and Space, Eutelsat, SES y Thales Alenia Space. Un consorcio que aspira a desplegar una red de satélites que den servicios de telecomunicaciones de máxima seguridad a toda Europa, un proyecto que resultaría estratégico para Indra.
El nombramiento de Pedro Duque como presidente de Hispasat se explica por el protagonismo que esta empresa busca en ese proyecto europeo conjunto, en el que Indra podría participar aportando su tecnología, según explican otras fuentes que ven un motivo industrial para la operación.
Debate
Las fuentes consultadas reconocen que aún hay un fuerte debate interno en Indra acerca de las operaciones a ejecutar en los próximos meses, pues no estaría resultando fácil encontrar comprador para el paquete de activos que la compañía parece dispuesta a vender, y que dejaría fuera sus negocios de transporte aéreo, ciberseguridad y procesos electorales, además de los propios de defensa. Algo que llevaría a plantearse vender la totalidad de Minsait o a incluir en el paquete que vendan algún activo de gran valor estratégico para la tecnológica española.
Esta situación lleva a otro punto crítico: el tamaño de Indra. Fuentes del mercado temen que si la compañía se desprende de la totalidad de Minsait o de gran parte de ella deje de tener el volumen de negocio necesario para optar a importantes contratos de defensa y seguridad internacionales, y ello pese a que la empresa española cuente con tecnología de vanguardia a la altura de la de sus rivales para hacerlo.
Especial riesgo correría Indra en Latinoamérica, donde si venden Minsait saldrían de la región y eso complicaría sobremanera el vender tecnología de seguridad y defensa a los gobiernos de América Latina, si la empresa no tiene presencia en el sector privado o público de esos países aunque sea con otras soluciones tecnológicas. Sin embargo, otras fuentes consultadas aseguran que este es un riesgo menor porque “no hay perspectiva de negocio de defensa en Latinoamérica; es un mercado muy complicado”, advierten.
Para acometer su plan estratégico la cúpula de Indra tampoco descarta tomar una participación mayor en ITP Aero, de la que posee ahora un 9,5% tras abonar el pasado agosto 175 millones de euros. El propio De los Mozos indicó en octubre durante la conferencia con analistas tras la presentación de resultados que no descartaban elevar su participación en el fabricante de motores aeronáuticos y turbinas si el fondo estadounidense Bain, que controla el 70% de ITP, decidía salir de la empresa.
Al final, Indra –”que en términos de defensa factura unos 700 millones– necesita ganar tamaño si quiere convertirse en el campeón nacional de defensa que aspira a ser, e ITP puede ser una vía para lograrlo, insisten las fuentes citadas, pues destacan que un problema serio al que debe hacer frente Indra “es encontrar esos negocios de defensa que les pueda encajar para consolidarse en España y salir fuera”.
Más allá del negocio, el clima interno en la cúpula de Indra se ha pacificado. Así lo aseguran fuentes del mercado, que destacan la buena relación que hay entre el presidente de la compañía, Marc Murtra, y el consejero delegado, José Vicente de los Mozos, que tomó el cargo dos meses antes de las elecciones generales. Lejos parece quedar ya la crisis de gobernanza que golpeó al grupo y que se saldó con la salida de los dos CEOs anteriores, Ignacio Mataix y Cristina Ruiz, y varios consejeros independiente. Las mismas fuentes señalan que De los Mozos ha reactivado la compañía, tras dos años casi parada, como demuestra la toma de participación en ITP. “Ambos tienen claros sus respectivos papeles y han adoptado una posición de mutuo respeto y de trabajo en equipo”, destacan.
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