Meliá mejora sus ingresos un 22,7% en el año y en un 4,7% los obtenidos en 2019
Las reservas hasta final de año se incrementan en más del 30% respecto al nivel pre-pandemia y el beneficio se dispara a los 46,2 millones
Los resultados del primer semestre del Grupo Meliá no han hecho más que confirmar las excelentes previsiones que manejaba la firma hotelera. La compañía insistió este lunes en que si bien los números no son todavía plenamente comparables a los del mismo periodo de 2022 por la incidencia que aun tuvo en esas fechas la variante Omicron del Covid-19, lo cierto es que las cifras muestran la fortaleza de la demanda.
La entidad obtuvo un resultado neto consolidado de 46,2 millones de euros, frente a los 3,7 registrados en idéntico periodo de 2022 y cerró el primer semestre con un ebitda de 218,5 millones de euros, cifra que refleja una mejoría del 33,8%. Estos números apuntan a que se logrará alcanzar el objetivo de un resultado bruto de explotación de al menos 475 millones, excluyendo plusvalías, comprometido por el presidente del grupo, Gabriel Escarrer, durante la reciente junta de accionistas.
Los ingresos consolidados excluyendo plusvalías alcanzaron los 909,7 millones, lo que supone un incremento del 22,7% respecto a idéntico periodo del año anterior y superar el volumen de ingresos contabilizado en 2019 en un 4,7%. Con estos números, según la información remitida por la empresa hotelera a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), se confirma la vuelta a la normalidad del sector turístico.
De hecho, se cumplen ya cuatro trimestres consecutivos superando el RevPAR (ingreso medio por habitación disponible) pre-pandemia. Es más, en el segundo trimestre del año, este indicador se incrementó un 15,4% respecto al mismo periodo de 2022 y un 25,5% sobre el segundo trimestre de 2019.
Elevada ocupación
Junto a la mejora de las tarifas, que en la documentación la compañía no especifica, los datos de ocupación siguieron mejorando respecto a 2022, con una mejora del 15,63% hasta junio, si bien todavía no habrían alcanzado los niveles pre-pandemia: así, la ocupación media en el primer semestre de 2023 de los hoteles en propiedad y alquiler se situó en un 65,9%, un -7,7% por debajo de la registrada antes de la pandemia.
La empresa explicó también en la información remitida al supervisor que ee confirma la recuperación general de los mercados internacionales, destacando los mercados asiáticos, y la notoria reactivación de los segmentos Corporativo y de Congresos y Eventos. En el Caribe la demanda comienza a estabilizarse después de un periodo post-Covid extraordinario en reservas desde el mercado USA, que continúa creciendo en los hoteles en Europa, tanto en el segmento bleisure (en ciudades turísticas) como en Resorts en el mediterráneo. De esta forma, Estados Unidos es ya el primer mercado en destinos como Roma, el segundo mercado en destinos como Ibiza y Madrid y el tercer mercado en destinos como Londres.
Con respecto a las perspectivas para el tercer trimestre, la compañía augura, desde la prudencia, una temporada estival positiva, gracia a que la demanda turística mantiene su solidez sin signos apreciables de desaceleración, a pesar de la inflación y el endurecimiento de la financiación. En este sentido, las reservas diarias en libros superan a nivel global (en términos monetarios) en más de un 30% las registradas en los hoteles vacacionales en 2019, e incluso las registradas en una temporada satisfactoria como la de 2022 (con un incremento de más de un 10%). La compañía no atisba, con todos estos números, señal alguna de ralentización.
Las acciones de la hotelera cerraron la sesión del lunes con un alza del 2,3% hasta alcanzar los 6,68 euros por acción tras dar a conocer los resultados semestrales.
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