La cartera de Sareb sufre un deterioro de 3.000 millones en el último año
La entidad solo recibe peticiones para 1.000 viviendas de las 21.000 contempladas en el plan de Pedro Sánchez
Sareb ha decidido seguir aplicando un relevante deterioro a su cartera –compuesta por préstamos fallidos y activos inmobiliarios– en el pasado año. Concretamente, aplicó una minusvaloración de 2.994 millones de euros, por lo que el total de esos deterioros apuntados en el patrimonio de la entidad pública ya suponen 11.621 millones, según se recoge en el informe anual de 2022 de la sociedad, que ayer celebró su junta general de accionistas.
Alrededor de un tercio de ese deterioro proviene del impacto financiero por la subida de tipos de interés, un tercio por las tasaciones de los activos inmobiliarios –fundamentalmente en el apartado de suelos– y el tercio restante por ajustar las previsiones del ciclo inmobiliario para los próximos años. Desde la sociedad pública se indica que se han realizado “hipótesis conservadoras” sobre el futuro de la actividad, por lo que entienden que en los próximos años no sufrirá tanto el valor.
La Sociedad de Gestión de Activos Procedentes de la Reestructuración Bancaria nació en 2012 con 50.000 millones en cartera de propiedades y en deuda. 10 años después suma 26.325 millones en activos (15.523 millones son inmuebles y 10.802 millones corresponden a activos financieros). En deuda, le queda por cancelar 30.481 millones, en principio para antes de 2027, año en el que su decreto de constitución señalaba como año de liquidación.
Para este año, el conocido como banco malo prevé cancelar alrededor de 1.100 a 1.200 millones, aunque habrá que esperar a saber si hay amortización extraordinaria vía caja disponible, según fuentes de la entidad, controlada en un 50% por el FROB (dependiente del Ministerio de Asuntos Económicos). El pasado año amortizó más de 3.200 millones.
Esta entidad presidida por Javier Torres tiene también encima de la mesa el plan anunciado por Pedro Sánchez, presidente del Gobierno, en abril para colocar en el mercado 50.000 viviendas del banco malo para alquiler social y asequible. De esa cifra, 21.000 casas han sido ofrecidas a comunidades autónomas y ayuntamientos. Sareb ha recibido muestra de interés de alrededor de 240 ayuntamientos y 50 entes regionales. Pero únicamente se negocia el traspaso de alrededor de 1.000 viviendas en una docena de operaciones. Las elecciones municipales y autonómicas del 28 de mayo podría haber retrasado el plan y desde la entidad pública confían en que haya apetito de Administraciones de cualquier color político.
Asimismo, la sociedad tiene abierto otro plan. Tal como adelantó Cinco Días a finales de mayo, encargó a Deloitte la venta de su promotora Árqura. Sareb –que tiene a Leopoldo Puig como consejero delegado– espera realizar el traspaso a comienzo de 2024. La intención es vender más del 50% y permanecer como socio financiero para aprovechar las ganancias de este negocio promotor. Lo que tienen claro en la entidad pública es que deben recibir una buena oferta: “No vamos a vender Árqura a cualquier precio”, señalan las fuentes internas. Esta promotora, que tiene a Aelca como gestoras, tiene actualmente una capacidad para construir alrededor de 13.000 pisos.
La empresa dependiente del ministerio de Nadia Calviño también tiene pendiente el estudio, encargado a la consultora PwC, de la cesión de suelos a inversores en concursos de colaboración público-privada en el que los fondos interesados construyan 15.000 viviendas para alquiler con precio asequible. Esta es otra de las promesas anunciadas por el presidente del Gobierno. La intención de Sareb es sacar a licitación un primer lote de alrededor de 3.000 viviendas, ya que no creen que haya capital privado para abordar la edificación de todas a la vez. En este caso, Sareb trabaja con el Banco Europeo de Inversiones (BEI) para canalizar fondos europeos a estos proyectos.
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