El Gobierno presiona a Ferrovial y advierte de que “analizará con detalle” su marcha
Calviño descarta un efecto contagio por la deslocalización del grupo a Países Bajos
Terremoto en torno a Ferrovial y su proyecto de mudanza para establecer la sede social en Países Bajos. La vicepresidenta primera del Gobierno y ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, fue rotunda este miércoles al mostrar su rechazo al plan. Desveló, en una entrevista concedida a RTVE, que había mantenido una conversación con el presidente de la compañía, Rafael del Pino, y que le había trasladado la frontal oposición del Ejecutivo. Está en riesgo la credibilidad de la economía.
Calviño reprochó al empresario que “el gesto no se entiende y no es positivo para el país”. También recordó que la base de crecimiento de Ferrovial ha sido “la obra pública y la contribución de cada uno de los españoles durante décadas”. La vicepresidenta descartó un efecto contagio hacia otras grandes compañías españolas y lanzó una advertencia a la que es una de la mayores referencias mundiales de las infraestructuras: " Vamos a analizar en detalle las consecuencias” de la operación.
Otros miembros del Gobierno salieron a atacar el proyecto de fusión inversa entre la española Ferrovial SA y la holandesa Ferrovial International SE. La ministra de Transportes, Raquel Sánchez, también tuvo contacto telefónico con Del Pino, tras lo que lamentó la iniciativa y, eso sí, valoró que vaya a seguir teniendo actividad y empleo en el mercado español. Ferrovial es una de las mayores referencias en la obra pública y su división constructora tiene en nomina a más de 5.000 trabajadores en este país.
Desde la empresa se explica el próximo cambio de domicilio social, que debe ser aprobado en la junta de accionistas, por las ventajas financieras derivadas de un establecimiento y salida a Bolsa en Ámsterdam. El grupo seguiría cotizando en Madrid, pero haría que las acciones holandesas dieran el salto a la Bolsa de Estados Unidos, mercado que califica prioritario. Los acuerdos en materia impositiva entre EE UU y Países Bajos allanan las operaciones corporativas entre empresas de ambos países, y la aún española busca continuo crecimiento en Norteamérica.
Las críticas fueron este miércoles incesantes por la elección de un país con ventajas fiscales, especialmente cuando Ferrovial es una de las constructoras que, durante años, se ha nutrido de la inversión pública española.
Mientras Calviño argumentaba que la compañía le “debe todo a España” y que su decisión demuestra “una falta de compromiso con el país”, la vicepresidenta Yolanda Díaz demandó las medidas necesarias para evitar la salida. Tanto esta última como la ministra de Derechos Sociales, Ione Belarra, urgieron que Europa actúe contra los “paraísos fiscales”.
La oposición no ha dejado pasar la oportunidad de cargar contra las políticas del Gobierno. El vicesecretario de Economía del Partido Popular, Juan Bravo, achaca la decisión de Ferrovial a los vaivenes regulatorios y sí teme el riesgo de contagio. Su secretaria general, Cuca Gamarra, pidió respeto a la compañía. A su entender, la pregunta que debería hacerse es si el Gobierno ha hecho algo para “empujarla a que se tenga que ir”.
Petición de compromiso
En los Ministerios de Economía y de Hacienda todo el afán es defender la solvencia de España como destino atractivo para la inversión, cuando Ferrovial ha argumentado que se va a un lugar con seguridad jurídica y una solvencia de triple A.
Nadia Calviño llamó a filas al aseverar que los empresarios respaldan un proceso de modernización “sin precedentes”, abanderado por el Gobierno de Pedro Sánchez, basado en la sostenibilidad y digitalización. Más pragmática fue María Jesús Montero, quien criticó el paso que va a dar Ferrovial, pero remarcó que más del 80% del beneficio del grupo procede de otros países y, por lo tanto, apenas tributa en España.
La reputación del país está en juego con la pretendida marcha de una de las principales referencias mundiales de las infraestructuras, operadora del aeropuerto de Londres-Heathrow, de grandes autopistas en Texas (EE UU), la circunvalación de Toronto (Canadá) o promotora de la reforma del aeropuerto JFK de Nueva York.
En el parqué, terreno dado al pánico, pero algo más frío que la arena política, Ferrovial subió ayer un 0,6%. Los Del Pino no están solos en este desafío. En el entorno del inversor institucional TCI, con un 6,4% del capital, se valora positivamente la estrategia.
Factura fiscal en España
Los impuestos pagados en 2022 en España, según la constructora, alcanzaron los 282 millones. Una cifra, añaden, que no peligra. Un portavoz insiste en que “apenas se resentirá un 2% por el hecho de cotizar en Países Bajos”. Un 82% de las ventas del grupo proceden del exterior, y un 90% del valor en Bolsa está fuera. Para Ferrovial, por tanto, resulta “básico” el asentamiento “en uno de los centros financieros que ha crecido en atracción de empresas tras el Brexit”.
De convertirse la filial holandesa Ferrovial International SE (FISE) en matriz, al menos la mitad del comité de dirección que hoy reside en Madrid deberá trasladarse a Ámsterdam, donde ya hay un pequeño equipo. De hecho, el 86% de los activos internacionales del conglomerado están bajo el paraguas de FISE, proceso que comenzó en 2019. La ministra Montero matizó que el paso de Ferrovial se ha conocido tras una importante caída del beneficio, algo que ve “curioso” y por lo que “habrá que estar atentos a otras motivaciones” que justifiquen la marcha. El resultado neto en 2022 fue de 186 millones, seis veces menor que el 2021 ante menores extraordinarios.
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