Un plan personal -y financiero- para terminar y empezar bien el año
¿Y si aprovechamos el nuevo año para organizar nuestras finanzas y pensar en qué es lo que realmente queremos?
Año nuevo, ¿vida nueva? Con la cuenta atrás activada para despedir 2023, pensar en todo lo que ha sucedido en los últimos doce meses resulta casi inevitable, al igual que lo es empezar a planear todo lo que queremos hacer y todo lo que nos gustaría que nos pasara en el nuevo ejercicio.
Nietzsche decía que “quién tiene un porqué, encuentra más fácil el cómo”. Una frase que podemos recordar en esta época y que nos va a ayudar a pensar en lo que realmente queremos, más allá de hacer la tradicional lista de propósitos para el nuevo ejercicio. Porque, siendo sinceros, muchos de nosotros vemos en diciembre cómo esa lista que hicimos 11 meses antes sigue igual: con propósitos sin cumplir.
Los seres humanos somos procrastinadores por naturaleza. Somos impulsivos y cortoplacistas. Nos cuesta pensar a largo plazo y, sobre todo, imaginarnos situaciones lejanas y complicadas que no queremos plantearnos, como es el caso de qué puede pasar el día de mañana con nuestra familia si nosotros fallecemos o si sufrimos alguna enfermedad o dependencia. De hecho, en lo relativo a la sucesión, hay un dato revelador: solo el 13% de los españoles ha hecho testamento.
¿Cómo podemos empezar a pensar más a futuro? La clave no está solo en imaginarnos situaciones de más largo plazo o en pensar en qué vamos a querer hacer cuando nos jubilemos, por ejemplo. Este, lógicamente, es el primer paso, pero hay que ir más allá para poder ocuparnos realmente.
Belén Alarcón, socia y directora de Asesoramiento patrimonial de Abante, recuerda que para poder tener éxito hay que pasar de la preocupación a la ocupación. Y para esto es fundamental entender que las decisiones que estamos tomando en el presente van a influir en lo que nos pasa en el futuro y que es precisamente ahora, cuando nos queda mucho tiempo por delante, cuando podemos actuar y marcar el rumbo de nuestra vida para que nos pase lo que queremos que nos pase.
¿Qué es importante para mí? ¿Qué quiero ser? ¿A qué quiero dedicar mi tiempo? ¿Qué es lo que me hace sentir bien? ¿Qué me preocupa realmente? Todas estas preguntas, aunque sea complicado responderlas, es lo que nos va a ayudar a proyectar nuestra vida a largo plazo, a marcarnos distintos objetivos vitales en distintos momentos y a ser conscientes realmente de qué significa para nosotros tener una vida bien vivida y qué es lo que de verdad nos quita el sueño y hace que no estemos bien.
Empezar por la parte personal y por nuestro proyecto biográfico nos va a ayudar a mirar hacia el dinero de otra forma y a comprender que, si no tenemos nuestro plan de futuro completo bien definido y nuestros objetivos y preocupaciones claras, las decisiones financieras que tomemos seguramente no nos van a ayudar a alcanzar todo lo que nos importa.
Definir la parte personal y proyectarla a largo plazo va a hacer que seamos más conscientes de qué es lo que nos falta para llegar ahí y qué podemos hacer con nuestras finanzas y con nuestro patrimonio para asegurarnos de que todo aquello que hemos definido se cumple.
Ponerle números a nuestros objetivos y necesidades, sacar una foto de nuestra situación financiera, patrimonial y familiar actual nos va a ayudar a hacer un buen ejercicio de planificación financiera para trazar la estrategia de inversión adecuada y tomar las decisiones financieras que nos convienen, las que son coherentes con nuestro proyecto biográfico.