Cinco señales que anticipan el fin del ciclo bajista (y que no se han producido)
Apunta que no es razonable, por ahora, posicionar las carteras como si el cambio de ciclo estuviera próximo y sugiere que el actual podría durar más de lo esperado
Hace solo mes y medio, en muchos artículos publicados en prensa se decía que 2022 había sido uno de los peores años para los mercados, dominado por una complicada coyuntura económica, y con elevadas probabilidades de recesión. Además de estas opiniones poco favorables, muchos inversores vieron sus carteras afectadas por rentabilidades negativas de doble dígito. Todo lo que rodeaba a las inversiones transmitía pesimismo: pérdidas, conflictos geopolíticos, inflación fuera de control y un oscuro panorama macroeconómico a nivel mundial.
Pero como dice el refrán, año nuevo, vida nueva. Esto es lo que parece haber ocurrido en los mercados. Las rentabilidades para muchos inversores han pasado del rojo al verde, la percepción de la situación macroeconómica ha mejorado, la guerra en Ucrania se ha olvidado y el mercado ha comprado el famoso soft landing de la Fed. En pocas palabras, la euforia ha vuelto tras meses de ausencia. Pero, ¿realmente asistimos al final del mercado bajista?
Lo cierto es que los indicadores económicos adelantados siguen arrojando datos negativos. Históricamente, los mercados bajistas que acompañan a las recesiones, viven un último gran rebote antes de la mayor caída esperada, algo que podría estar sucediendo ahora. No se atisban señales de que la fase bajista haya terminado, y hay muchas similitudes con la situación de 2001, cuando las empresas growth y las tecnológicas sufrieron grandes pérdidas en capitalización, mientras que las value aguantaron mejor la tormenta. Aquel fue un mercado bajista largo, y el actual también podría serlo.
Recientemente, el mercado está reaccionando de forma positiva a las acciones y mensajes de los bancos centrales, porque interpreta que podrían convertirse en una señal del fin del ciclo bajista, y se muestra optimista ante una subida de tipos de interés menor de lo esperado. Sin embargo, la historia muestra que las fases bajistas no terminan hasta 18 meses después de que los bancos centrales hayan cambiado la dirección de su política monetaria. ¿Ha sucedido algo parecido? No, por el momento los bancos centrales siguen subiendo tipos de interés e implementando una política monetaria restrictiva.
Por ello, es importante no dejarse llevar por las emociones y ver la realidad de forma objetiva, sin dejarse arrastrar ni por el pesimismo, tal como sucedió en marzo de 2020, ni por el sentimiento de euforia actual. Existen señales que se producen antes de que los mercados toquen fondo, y que pueden ayudar a prever cuándo podría llegar el final del ciclo bajista. Son cinco señales que, en un plazo mayor o menor de tiempo, anticipan que dicho fin se va a producir.
La primera señal es el cambio de dirección en la política monetaria. Aunque los inversores están pendientes de ello, se trata de un indicador demasiado adelantado. En 2001, el mercado tocó fondo 21 meses después de que la Fed comenzase a reducir los tipos de interés, y en el 2008, ocurrió 19 meses después. Por tanto, ésta sí que podría ser una señal, aunque muy temprana.
La segunda señal sería la reversión de la curva de tipos invertida, hasta volver a la pendiente positiva. Si echamos la vista atrás, el mercado ha tocado fondo entre 16 y 23 meses después de que esto haya sucedido. De nuevo, un indicador muy adelantado, y que todavía no hemos visto.
La tercera señal es la caída en el índice de probabilidad de recesión elaborado por la Fed de Nueva York. En 2001, este índice comenzó a caer nueve meses antes del suelo del mercado, mientras que en 2008 el descenso se inició 11 meses antes. Por tanto, también es una señal adelantada, pero menos que las anteriores. Sin embargo, ahora indica que las probabilidades de recesión continúan aumentando.
La cuarta señal sería una total capitulación del mercado, algo que ocurre cuando el 50% de las acciones estén sobrevendidas, según el indicador técnico RSI semanal. Esto ocurrió en septiembre de 2001 y a los 12 meses llegó el final del mercado bajista. En 2008 también anticipó el final del ciclo bajista, cuando este nivel de sobreventa se alcanzó cinco meses antes. Pero esta es otra señal que tampoco ha aparecido.
Por último, la quinta señal serían los indicadores económicos adelantados (Leading Indicators o LEIs, por sus siglas en inglés). Cuando dejan de empeorar, es cuando está más próximo el final del mercado bajista. En 2001, el mercado tocó fondo 11 meses más tarde que los LEIs. En cambio, en 2008 ambas circunstancias se dieron al mismo tiempo. Pero, al igual que con las demás señales, no se han producido porque los LEIs siguen empeorando.
En resumen, de las cinco señales que anticipan el final del mercado bajista todavía no se ha visto ninguna. Por lo que el actual ciclo bajista podría durar más de lo esperado. Quizás esta vez sea diferente, a lo mejor la guerra acaba, los bancos centrales detienen el actual Quantitative Tightening (QT), bajan los tipos rápidamente e, incluso, el BCE compra acciones. Pero no parece razonable todavía, posicionar la cartera como si el final del mercado bajista estuviera próximo.
Como inversores, en Hamco Financial mantenemos una postura más prudente. Optamos por un nivel de liquidez alto, con cierta rotación hacia algunas compañías de carácter más defensivo, al tiempo que analizamos nuevas empresas que podrían ser buenas oportunidades cuando la recesión llegue a su fin. Porque, una vez que el mercado toque nuevos mínimos, que sucederá, llegará el momento de identificar las mejores oportunidades de inversión en este entorno, algo que siempre pasa. Los inversores nunca deben olvidar que los disgustos en el corto plazo pueden convertirse en grandes alegrías en el largo plazo.
John Tidd es director de Hamco Financial e Investment Advisor del fondo Hamco Global Value Fund.