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La Lupa
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Nuevas formas de comunicación para vengarse y hacer caja

Corinna, Shakira, el príncipe Harry o el secretario de Benedicto XVI prescinden de la prensa para colocar su relato y ajustar cuentas

Amor, odio y venganza son, junto con la fe, seguramente los mayores motores de la civilización; otra cuestión es su contribución. Por eso, los medios de comunicación, conscientes de su alcance y de que es el mejor pasto para su rebaño, han prestado históricamente tanta atención a estos sentimientos extremos. Hubo un tiempo en el que estas narrativas eran intermediadas por los periodistas, con las inevitables influencias. Hoy, el tráfico de emociones es un magnífico negocio sin intermediación, donde los protagonistas, sea la realeza, la Iglesia o la farándula, recaudan del respetable sin rubor, aunque tengan que convertirse en bufones.

Durante décadas, quizá siglos, los ajustes de cuentas entre parejas, familias o profesionales eran bajo la mesa. Utilizaban a terceros para que dieran su versión, y contrataban a detectives para conseguir fotos comprometidas. Todo para acabar en la prensa del corazón, de alta y baja gama, y programas de cotilleo en televisión. Después, algunos vieron que los medios facturaban con sus cuentos, y empezaron a pasar factura.

En las últimas semanas, se aprecia otro salto. La venganza personal se está convirtiendo en una industria muy rentable, con nuevas formas y formatos para contarlo, donde el papel de los medios de comunicación ha quedado reducido a meros transmisores del relato de parte de los protagonistas, facilitando el negocio. La relación de Corinna con el rey Juan Carlos I, de Shakira y Piqué, del príncipe Harry y su familia o de los papas Francisco y Benedicto XVI, fue en su día motivo de cobertura de los medios de comunicación. Hoy, la narrativa de una parte protagoniza canciones, pódcast, series o libros con la idea de hacer caja mientras ajustan cuentas.

Música. Shakira arrancó el año con el lanzamiento de BZRP Music Sesions Vol. 53, donde la cantante colombiana se desata con una letra en la que desprecia a Gerard Piqué y a su recambio (que diría el príncipe Harry). Vengarse de tu ex a través de una canción es vintage, la novedad está en las ventajas que aportan las grandes plataformas para fijar ingresos de inmediato con la distribución de música.

Esta canción llevaba a media mañana del viernes 19 más de 76 millones de reproducciones en Spotify. Según diferentes agencias, la plataforma paga 3,8 euros por cada mil reproducciones, con lo que ya habría sumado 290.000 euros en esta plataforma. La retribución de Youtube es más confusa, con precios que van desde 2 a 28 euros por cada mil reproducciones, lo que significa que en la primera semana podría haber ganado más de dos millones de euros en la web de vídeos. Además, suma y sigue con la venta de la canción, los conciertos, redes sociales y patrocinadores. Hasta Piqué espera hacer caja.

Pódcast. Corinna Larsen, examante del rey Juan Carlos I, ha participado directamente en el pódcast Corinna y el rey que se estrenó en noviembre del año pasado en las diferentes plataformas. En sus ocho capítulos relata en primera persona su “verdadera historia de amor que puso de rodillas a la familia real española” y la “codicia, corrupción y el dinero oculto que derrocaron al rey”, dice el tráiler. El pódcast lo ha realizado el estudio británico Project Brazen, fundado por los periodistas Tom Wright y Bradley Hope, finalistas del Premio Pulitzer, pero más parece branded content que periodismo.

En el caso de Corinna, quizá los ingresos del pódcast son irrelevantes. Para ella la prioridad es su reputación y los 100 millones de dólares que le “donó” el rey emérito en junio de 2012, importe que procedería de la comisión que el rey recibió cuatro años antes de Arabia Saudí. Posteriormente, el rey Juan Carlos I le reclamó esos fondos que Corinna consideró un regalo “por amor y gratitud” y así lo dijo en sede judicial.

Se fue el amor y, en 2021, Corinna Larsen presentó una demanda civil contra el rey Juan Carlos I ante la Alta Corte de Justicia británica, en la que le acusa del delito de acoso. Esta demanda, en la que de momento va ganando el rey emérito, ya que se le ha reconocido inmunidad hasta que abdicó (junio de 2014), es muy incómoda para él y para la monarquía española. La examante lo sabe y aprieta con el pódcast y con el libro y el documental que prepara.

Libros. Hace ahora tres años que el príncipe Harry, el menor de los dos hijos del rey Carlos III, y su esposa, Meghan Markle, anunciaron que dejaban la realeza británica. El precio era renunciar a recibir financiación pública y se fueron a hacer las Américas, que de algo hay que vivir. Desde entonces, su profesión es cuentacuentos. Esto les está reportando ya decenas de millones de dólares y serán centenares. Cuanto más audiencia, más caja, lo que requerirá más miseria familiar. Menuda terapia.

El príncipe Harry, que ha identificado como principal enemigo a la prensa tabloide de su país, que ha hecho grandes beneficios hablando de su familia, parece haber tomado nota y ha firmado un acuerdo con la editorial Penguin Random House que le garantiza 20 millones de dólares. El primer producto es el libro Prince Harry, Spare, que salió la semana pasada y ya es el mejor lanzamiento de la historia desde Harry Potter. Además, tienen sendos contratos millonarios con Netflix y Spotify para una serie y un pódcast.

Otro caso, incomparable en dimensión pero inesperado por el contexto, es el del libro Nada más que la verdad. Mi vida junto a Benedicto XVI. Georg Gänswein, que era el secretario personal de papa emérito, es su autor y lo ha publicado nada más fallecer el pontífice. Se ha interpretado como un testamento póstumo, en el que se afea la conducta al papa Francisco, quien también lo debió ver así, puesto que llamó de inmediato a capítulo a Gänswein.

Benedicto XVI y Francisco representan dos formas de ver la Iglesia, más tradicional y más abierta. Las diferencias entre pontificados son normales, la diferencia está en que hacía siete siglos que no convivían dos papas, dos aproximaciones a la fe. Algo tan excepcional, que ya fue objeto en 2019 de una fantástica película (The Two Popes) de Fernando Meirelles, protagonizada por Jonathan Pryce y Anthony Hopkins.

Quizás algún día tengamos una película o serie sobre los dos reyes, veremos quién hace el guion, si es periodismo o publirreportaje.

Aurelio Medel es Doctor en Ciencias de la Información. Profesor de la Universidad Complutense

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