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Los fabricantes de automóviles podrían retirarse de la Bolsa

Las bajas cotizaciones del sector, por el miedo a una recesión, son una oportunidad para el capital privado

Atasco de tráfico en Jal el-Dib (Líbano), el día 22.
Atasco de tráfico en Jal el-Dib (Líbano), el día 22.MOHAMED AZAKIR (REUTERS)

Los grupos automovilísticos podrían ser pronto objeto de deseo del capital riesgo. Las acciones de fabricantes de automóviles como Stellantis y BMW están sufriendo, ya que a los inversores les preocupa una posible recesión y la caída de las ventas. Es una oportunidad para que fondos o inversores con mucho dinero las saquen de los mercados de Bolsa.

Hay muchas razones para estar nerviosos por las acciones automovilísticas. La transición a los vehículos eléctricos puede mermar los márgenes, mientras que las empresas advenedizas chinas amenazan con acaparar cuota de mercado. Sin embargo, los fabricantes de automóviles ya tienen precios de desguace, especialmente en Europa. Volkswagen, Mercedes Benz, BMW y Stellantis cotizan de media a 5 veces sus beneficios futuros, lo que supone un descuento de aproximadamente el 25% respecto a su media de 10 años.

Es cierto que una recesión en 2023 podría debilitar la demanda de vehículos y reducir los precios. Pero el panorama dista mucho de ser sombrío. Los grupos automovilísticos vendieron menos coches en los últimos años debido a la escasez de semiconductores, por lo que ya no son las bestias hinchadas de antaño. Según los datos de Refinitiv, se espera que los ingresos de los cuatro fabricantes de automóviles crezcan un 3% anual hasta 2024, muy lejos de los descensos anuales de más del 10% registrados en 2009.

Una forma de beneficiarse de las bajas valoraciones es recomprar acciones. BMW, por ejemplo, tiene un programa de recompra de 2.000 millones de euros, pero está autorizada a retirar hasta el 10% de sus títulos en los próximos años. Suponiendo que la familia Quandt, que ejerce el control, no acuda a la operación, su participación aumentará. Más empresas podrían seguir a BMW en 2023.

Una medida más audaz sería la exclusión total de Bolsa de una empresa. Hay riesgos: los fabricantes de automóviles son reacios a endeudarse demasiado por miedo a dañar sus divisiones de servicios financieros. Sin embargo, el sector también tiene mucho dinero en efectivo: BMW, por ejemplo, tendrá en 2023 una liquidez neta equivalente al 47% de su capitalización bursátil de este mes, según datos de Refinitiv.

Supongamos que un comprador de capital privado se asociara con el clan Quandt y adquiriera las acciones de los inversores minoritarios con una prima del 25%, utilizando deuda, por 37.000 millones de euros. Una vez descontado el efectivo, BMW solo tendría unos 10.000 millones de endeudamiento, que es menos de la mitad del ebitda previsto para 2023 y no mucho más que su objetivo de flujo de caja libre a medio plazo de casi 7.000 millones. Eso implica que los compradores podrían pagar la deuda rápidamente y, luego, extraer fuertes dividendos.

Si a los mercados de Bolsa no les gustan los fabricantes de automóviles europeos, puede haber una solución en el mercado privado.

Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías

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