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Bitcoin
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

El frío invierno de Bitcoin

En la etapa más dura desde su aparición, la criptomoneda pone a prueba su resiliencia como activo refugio

Hace apenas un año (noviembre de 2021), Bitcoin alcanzaba sus máximos de cotización hasta casi alcanzar los 70.000 dólares, y sus defensores aplaudían el crecimiento. Había sido un año complicado, con caídas de hasta el 50% desde máximos, pero había superado el examen. Eran tiempos de vino y rosas para las criptomonedas, que parecían haber superado la desconfianza de los inversores institucionales, y se asentaban como uno de los activos financieros más rentables. Desde entonces, las criptomonedas en general y Bitcoin en particular han acumulado caídas superiores al 70%. ¿Qué ha pasado?

En realidad, no ha pasado nada. O, al menos, no ha pasado nada que debiera condicionar de forma significativa la cotización de las criptomonedas. Es cierto que tienen problemas de escalabilidad (ya los tenían antes), que hay mucho inversor minorista que sólo busca beneficios rápidos y fáciles (que ya ocurría antes), y que, en los últimos meses hemos asistido a la caída de FTX, que se ha llevado a muchos inversores por delante. En este sentido, es cierto que la caída ha generado mucho ruido, pero no ha sido la primera, y seguro que no será la última.

Igualmente, es cierto que existe un conflicto bélico que dura ya un año y que enfrenta a dos países con cierto peso en la industria de las criptomonedas, pero esto afecta a la economía global, no tanto a estos activos. Además, si tenemos en cuenta que Bitcoin se equiparaba al oro como activo refugio, se ha podido ver que este año no ha cumplido el objetivo. El oro se ha revalorizado más de un 5%, mientras que la criptomoneda ha perdido más de un 70%. ¿Entonces, cuál es la causa de esta diferencia?

Es difícil saber con exactitud las razones que han llevado al mercado a estos niveles, pero sí existen algunas pistas. En primer lugar, la ya mencionada caída de FTX y su efecto contagio en todas las plataformas de criptomonedas. En activos que basan tanto su valor en la confianza de los inversores, estas situaciones siempre generan caídas y episodios de huida hacia activos más seguros. Además, ha quedado patente la necesidad de una regulación firme, que dote de confianza a los inversores y exija responsabilidades a todas las entidades involucradas en la industria, para que estos episodios no se vuelvan a suceder.

En realidad, de lo que estamos hablando es de un proceso de maduración de las criptomonedas como activo financiero. Independientemente de su cotización, las criptomonedas han pasado ya por varias etapas (nacimiento, exposición al público, crecimiento exponencial y varias crisis de confianza), y los siguientes pasos deberían ir encaminados a fortalecer su base inversora, terminar de definir qué tipos de activos son, y ser reconocidos legalmente por la regulación.

Esto debería permitir un asentamiento de la industria y la mitigación de episodios como el de FTX, que no han hecho más que exponer todos los defectos y debilidades que actualmente afectan a las criptomonedas.

Todos los artículos de este blog describen únicamente la opinión del autor y no representan la postura de ninguna compañía o institución financiera

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