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EE UU pone en jaque a Samsung y SK Hynix

La prohibición de Washington de enviar a China equipos avanzados de fabricación de chips es un dolor de cabeza para las plantas de ambas firmas surcoreanas

El nuevo presidente de Samsung, Lee Jae-yong, el jueves pasado.
El nuevo presidente de Samsung, Lee Jae-yong, el jueves pasado.JUNG YEON-JE (AFP)

Los fabricantes de chips surcoreanos se preparan para el impacto de los controles de EE UU contra China. Samsung y SK Hynix pueden ajustar la producción cuando la demanda cae. Pero esta flexibilidad se verá mermada por las últimas normas de Washington.

SK Hynix dio el miércoles la voz de alarma sobre un “deterioro sin precedentes” de la demanda de chips de memoria y dijo que planea recortar más de un 50% su capex para 2023. Samsung fue más optimista: dijo que su oferta crecerá más rápido que la de sus rivales y que no recortará “artificialmente” la producción, aunque puede que lo haga de forma indirecta, ajustando la capacidad. Por lo general, un menor crecimiento de la oferta debería de ayudar a frenar la caída de los precios, sobre todo porque SK y Samsung controlan más del 70% del mercado de semiconductores DRAM y más del 50% del mercado, menos consolidado, de NAND flash.

Eso puede no ser suficiente para protegerles de Washing­ton. A principios de mes, entraron en vigor nuevas y radicales restricciones, incluida la prohibición de enviar a China equipos avanzados de fabricación de chips. Es un enorme dolor de cabeza para las fábricas de SK y Samsung en el país. La primera fabrica allí hasta la mitad de sus chips DRAM, el 15% del total mundial. Según las previsiones de SK para 2022 hechas por KB Securities, supone unos 10.500 millones de dólares en ventas anuales.

Washington ha concedido a ambas una exención de un año, pero lo que pase después está en el aire. En 2021, SK planeaba una importante mejora de una fábrica china clave, que ahora parece condenada. Un ejecutivo dijo la semana pasada que podrían tener que valorar la venta de la planta si es demasiado difícil mantener las operaciones, aunque SK aclaró luego que se trata de un caso extremo y que no ha revisado esta opción “en detalle o con seriedad”. La incertidumbre, por sí sola, puede bastar para empujar a SK y Samsung a llevar esas fábricas a otro lugar.

De hecho, ese puede ser el objetivo de las políticas de Washington para frenar a China. Pero los fabricantes coreanos serán los primeros en sentir los efectos.

Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías

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