La campaña de resultados y más alzas de tipos auguran nuevas caídas en Bolsa
Los expertos no ven tregua en el mercado hasta que la Fed se detenga El riesgo de recesión comenzará a calar en las previsiones empresariales
“Los mercados dejan de estar en pánico cuando los bancos centrales empiezan a estarlo”. Es la advertencia que lanzó la semana pasada el estratega de Bank of America Michael Hartnett, una forma de avisar de que el sesgo bajista en que se han instalado los mercados financieros va a continuar en los próximos meses. Augura que el pánico a la recesión provocará una caída del S&P del 7% hasta el nivel de los 3.333 puntos, desde el 3.600 actual.
El encuentro que celebrará el G20 en noviembre puede ser, en opinión de Hartnett, el momento en que salten todas las alarmas a nivel político sobre el efecto arrollador de las alzas de tipos en la economía, aderezadas con nuevos derrumbes bursátiles, y tras el que podría llegar un rally pasajero. Los bancos centrales podrían comenzar a calibrar la dureza de las medidas adoptadas para contener la inflación.
Sin embargo, el punto más bajo del mercado aún estaría por llegar en el primer trimestre del año próximo, según los pronósticos de Bank of America, cuando la recesión ya sea un hecho y se haya alcanzado el punto álgido en las rentabilidades de la deuda y en las alzas de tipos de la Fed. En este punto el perfil de riesgo de mercado cambia: ya no es el miedo a las alzas de tipos y el inevitable ajuste a la baja de valoraciones, sino el impacto de la pérdida de actividad económica sobre los resultados de las empresas.
Los próximos meses serán, pues, el momento par poner en precio este segundo temor, que según los expertos no está todavía por completo reflejado en las valoraciones del mercado actuales.
El consenso prevé aún una subida del 3% en los resultados del próximo año
Es por ello que la campaña de resultados que comienza este mes dará una buena medida de cómo el deterioro económico está ya afectando a las empresas y cómo van a afrontarlo. El 14 de octubre arranca de forma oficial la ronda con el anuncio de las cuentas del tercer trimestre de Citi, JP Morgan, Morgan Stanley y Wells Fargo.
“Para ver el final del mercado bajista sería necesario una política mucho menos agresiva por parte de los bancos centrales, lo que implicaría necesariamente, en Estados Unidos, un claro deterioro previo del mercado laboral”, señala Enguerrand Artaz, gestor de fondos de la gestora francesa La Financière de l’Echiquier. La firma no descarta descensos adicionales de Wall Street de entre el 10% y el 15%
En cuanto al mercado europeo, Artaz reconoce que el fin de la guerra en Ucrania podría aliviar la presión sobre la renta variable de la zona euro, “aunque probablemente no sería suficiente para provocar un mercado alcista sostenible sin un cambio en la política monetaria”. Por el momento, ni la inflación ni la guerra dan tregua. El viernes Vladimir Putin proclamó la adhesión a Rusia de los territorios ucranianos ocupados y se conoció un nuevo repunte de la inflación en la zona euro, al 10% en septiembre, superior al 9,7% esperado y al 9,1% de agosto. Más presión para que el BCE suba tipos.
Goldman Sachs también apunta al momento en que la Fed detenga las alzas de tipos de interés como el auténtico punto de inflexión para los mercados, aunque para entonces ya sea un hecho la recesión en EE UU. El banco, entretanto, ya ha ajustado sus previsiones, revisando a la baja estos días sus estimaciones de beneficio por acción y su precio objetivo para los principales índices bursátiles.
Así, Goldman ha recortado su valoración del Stoxx 600 europeo –que ahora cotiza en los 385 puntos– a los 360 puntos para los próximos tres meses, a 380 para los próximos seis y a los 410 puntos a un año vista. “El actual mercado bajista no ha terminado aún. Para que finalice es necesario que haya valoraciones inconfundiblemente bajas, el fin del deterioro del crecimiento y que la inflación y los tipos de interés alcancen el pico. Ni el mercado de Estados Unidos ni el de Europa están ahí”, explica el banco estadounidense.
La entidad también ha recortado su estimación de beneficio por acción para 2023: ahora prevé una caída del 10% desde el estancamiento de su anterior cálculo y mientras el consenso de mercado aún confía en un alza del 3%. La firma recuerda que en una recesión típica el beneficio por acción cae en torno al 30% pero ve factores que permitirán en esta ocasión mitigar ese recorte, como un menor apalancamiento de los balances empresariales, el ahorro del que disponen los hogares y la fortaleza que conserva el mercado laboral.
La deuda, un poco por delante de la renta variable
Rentabilidades. Los rendimientos de los bonos han subido de forma fulgurante a medida que los bancos centrales han acelerado las subidas de tipos en respuesta a la escalada de la inflación. Las rentabilidades de la deuda han alcanzado un nivel que “ni es sostenible ni está asegurado, dada la pobre perspectiva para el crecimiento global”, según señala Markus Allenspach, jefe de análisis de renta fija del banco privado suizo Julius Baer. En su opinión, “estamos acercándonos al pico en las expectativas de tipos de interés”. En La Financière de l’Echiquier sí esperan que la tendencia siga siendo a la baja en la renta variable y la renta fija y aconsejan cautela en ambos activos.
Previsiones. Las previsiones de Goldman Sachs apuntan a un bono de EE UU a diez años en el 3,73% a tres meses –en línea con el nivel actual–, en el 3,89% a seis meses y en el 4% a un año vista. Para el bono alemán, calcula un rendimiento del 1,98% el próximo trimestre –inferior al 2,1% actual–, del 2,23% dentro de seis meses y del 2,25% en 12 meses.