La FP amplía el horizonte laboral vinculado a los ODS
Crece la demanda de estudios de FP de la familia de servicios socioculturales y a la comunidad
El mercado laboral, como la sociedad, está en constante evolución, por lo que es importante conocer cómo está en cada momento y adaptarse a él. Las circunstancias económicas de los últimos años han agudizado las necesidades sociales de colectivos desfavorecidos, que demandan ahora una mayor atención. Los ciclos educativos de FP oficial, tanto en grado medio como superior, se están adaptando rápidamente a esta demanda, al ofrecer enseñanza eminentemente práctica en programas de corta duración (ciclos de dos años) que son un aliciente para estudiantes que buscan entrar en el mercado laboral y para los empleadores que requieren de mano de obra cualificada.
En este ámbito, los ciclos de mayor inserción laboral son el de Técnico en Atención a Personas en Situación de Dependencia, Técnico Superior en Mediación Comunicativa, Técnico Superior en Promoción de Igualdad de Género y, por encima de todos, el de Técnico Superior en Integración Social. Este último se ha convertido en uno de los tres grados superiores con más salidas laborales del conjunto de ciclos de FP, y el que más contratación genera dentro de la familia de servicios socioculturales y a la comunidad. Así lo confirman datos recientes publicados por el Observatorio de las ocupaciones del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE): el año pasado se firmaron un total de 31.926 contratos con alumnos procedentes de este ciclo de grado superior de FP, por detrás de los de Educación Infantil (67.732 contratos) y Administración y Finanzas (123.946 contratos).
Guadalupe Bragado, directora de FP en CCC, explica el auge de la integración social en el ámbito laboral en el hecho de que “empresas, instituciones públicas y ONG demandan progresivamente mayor número de perfiles técnicos profesionalizados para nuevos puestos pensados en la consecución de los ODS de la Agenda 2030 y en un mundo cada vez más preocupado por la diversidad y la inclusión social”.
El año pasado se firmaron 31.926 contratos de alumnos de Integración Social
Su éxito también viene dado por la amplitud y variedad de ofertas a las que pueden concurrir los alumnos: técnicos de programas de prevención para la inserción social, técnicos de integración social, auxiliares de tutela, auxiliares de educadores especiales, educador de personas con discapacidad, mediador vecinal, intercultural, ocupacional o laboral o técnico en inserción ocupacional, entre otros.
Leila Béjar, profesora del ciclo presencial de Integración Social de FP en CCC, señala que “preparamos al alumnado para intervenir en materia de búsqueda de empleo, psicología, herramientas sociales para conectar con inmigrantes, refugiados, personas con discapacidad o víctimas de violencia de género”.
Las clases implican ejercicios prácticos desde el primer día: simulacros de mediación, visitas a asociaciones, talleres de búsqueda de empleo, o resolución de problemas neurológicos. “La mediación es una de las salidas que está cogiendo más fuerza y con los años se va a ir extendiendo muchísimo más”, asegura la profesora de CCC. Es una asignatura eminentemente práctica, donde se hace una teatralización de casos, porque “cuantos más casos hagan, cuanta más práctica tengan, al final sale de una manera intuitiva”, comenta. “Y el mediador no da una solución, da unas pautas para que al final las partes puedan llegar a su propia conclusión”.
Aulas TEA
Entre las oportunidades laborales que han surgido en la última década en el campo de la Integración Social está el trabajo en aulas TEA, especializadas en alumnado con espectro del trastorno autista. Leticia Martín, alumna de CCC en esta especialidad, que cuenta con un ciclo de grado superior en Educación Infantil y que compagina sus estudios con el trabajo en un centro escolar, tiene claro que su objetivo es trabajar como auxiliar en un aula de estas características, a raíz de su experiencia en un centro educativo con un niño con autismo. “La labor de un integrador social, en el caso de aula TEA, es ayudar a ese niño a desarrollar sus habilidades sociales ya que carecen de habilidades comunicativas y también ayudar a integrarle, con el apoyo del profesor”, señala.
Los ciclos más cortos de la FP permiten diseñar una formación gradual
Leila Béjar destaca como ventaja de la FP su duración, “son dos años muy condensados”, frente a los ciclos más largos de la universidad, y el hecho de acceder a nuevos estudios gradualmente si se desea. “Lo bueno con respecto a la universidad es que puedes ir poco a poco. Son dos años, no te comprometes a largo plazo”, corrobora Leticia Martín, que valora, cuando acabe su curso de Integración Social, acceder a la universidad. Porque otra característica de la FP es que puede ser un trampolín a la educación universitaria, aunque en CCC constatan casos de personas que han tomado el camino inverso.
Guadalupe Bragado destaca que “afortunadamente estamos asistiendo ya al incremento del prestigio, al reconocimiento de los profesionales, de los técnicos y técnicos superiores en todos los ámbitos, también en el de FP. Por suerte, ya las empresas y todo tipo de organizaciones y entidades, ya sea en el ámbito público como privado, reconocen determinados perfiles, los identifican claramente asociados a titulaciones de FP”.
Nuevas profesiones
El incremento de la demanda de los estudios de FP de la familia de servicios socioculturales y a la comunidad ha llevado a centros educativos, como el Centro Oficial de Formación Profesional CCC, a ampliar su oferta para este curso académico 2022-2023 de FP oficial. Además de seguir impartiendo el ciclo de Integración Social, ciclo de Educación Infantil y Educación Infantil con especialización en Atención Temprana, ha abierto convocatoria para el ciclo de Técnico Superior en Mediación Comunicativa y para Técnico Superior en Promoción de Igualdad de Género.
En cuanto al primero, está dirigido a personas que quieran trabajar en el sector de los servicios a las personas sordas, sordociegas, con discapacidad auditiva y con dificultades de comunicación que sean usuarias de la lengua de signos española.
En Igualdad de Género, su objetivo es enseñar a programar, desarrollar y evaluar intervenciones relacionadas con la promoción de igualdad de trato y oportunidades entre hombres y mujeres, aplicar estrategias de intervención social, detectando situaciones de riesgo y potenciando la participación de mujeres. Esta profesión está en continuo crecimiento, pues cada vez más Administraciones, empresas o centros educativos demandan estas figuras para completar sus departamentos de gestión de personas.