Macquarie sigue a Omers y pone en venta su 20% en Exolum
La participación está valorada en más de 1.000 millones
El accionariado de Exolum, la antigua CLH, salta por los aires. Después de que el fondo canadiense Omers lanzase la venta de su participación en la compañía de hidrocarburos, el australiano Macquarie, que atesora otro 20%, sondea hacer lo propio para desprenderse también de esta participación, según indican fuentes financieras. La valoración de cada uno de los paquetes, en un momento clave para el sector energético y con el foco puesto en crecer en el hidrógeno líquido, supera los 1.000 millones de euros.
Macquarie desembarcó en el capital de este gigante español en 2017, cuando adquirió las participaciones de la petrolera de Omán y del fondo AMP Capital. Ahora se cumplen cinco años de este hito, un periodo de tiempo habitual en el que los fondos suelen desinvertir y recoger plusvalías.
Al fondo australiano se le han adelantado los canadienses. Omers, el segundo accionista de la compañía tras CVC, ha encargado a Citi organizar una puja por su participación, que alcanza el 24,6%. Así pues, Macquarie se plantea quedarse agazapado. Esperar a que se resuelva la venta de los títulos de Omers para después entablar negociaciones bilaterales con los inversores que se quedasen descabalgados en la puja, que se pueden ahorrar los trabajos de due diligence y hacer un proceso más rápido y barato. Las fuentes consultadas apuntan a que más accionistas de la compañía sondean también vender sus acciones. Consultados por este periódico, portavoces de Exolum y de Macquarie han declinado hacer comentarios.
Pese a que se trata de un sector codiciado y con expectativas de futuro, invertir en Exolum es algo singular. La compañía se encuentra bajo un exhaustivo escrutinio de la CNMC. El regulador impide que un solo inversor acumule más del 25% del capital y que la suma de las participaciones de accionistas con capacidad de refino supere el 45%. Esto supone que ni los accionistas minoritarios –Crédit Agricole, APG y WSIB cuentan con un 9,9% cada uno– puedan adquirir los paquetes en venta ni tampoco un mismo comprador pueda comprar los títulos tanto de Omers como de Macquarie. Es necesario encontrar un inversor para cada uno.
El organismo que preside Cani Fernández ha advertido en repetidas ocasiones por la gestión financiera de la compañía. Concretamente, sobre su elevado endeudamiento y la necesidad de que la empresa esté suficientemente capitalizada. Según su último informe financiero, a 31 de diciembre de 2021, la deuda financiera bruta de la compañía ascendía a los 1.400 millones de euros, con unos 150 millones de euros en caja. Lo que quiere evitar el regulador es que los fondos ejecuten una típica operación del capital riesgo: colgar de la compañía comprada la deuda de la adquisición y subir sus reservas a los accionistas en forma de dividendos.
Hidrógeno verde
Pese a estas restricciones financieras, invertir en Exolum se muestra como una oportunidad atractiva para los fondos de infraestructuras por, al menos, dos motivos. Por un lado, su negocio clásico aparece en un momento clave para el mercado, con la capacidad de suministros de energía en Europa en el centro del debate. Dedicada al transporte y almacenamiento de combustible líquido, cuenta con más de 6.000 kilómetros de oleoductos y 11 millones de metros cúbicos de capacidad, repartidos en nueve países (Reino Unido, Irlanda, Países Bajos, Alemania, Panamá, Ecuador, Perú y Omán, además de España). Se trata de infraestructuras clave no solo en el momento presente, sino también en el que se espera sea el gran maná energético del futuro, el hidrógeno líquido.
En los últimos meses, la compañía ha desplegado ya sus primeras iniciativas en este sentido. Ha rubricado una alianza con Naturgy y Enagás para desarrollar una red de infraestructuras de producción, distribución y suministro de hidrógeno verde en el sector de la movilidad. El objetivo es desarrollar 50 plantas hidrogeneras y una red de distribución de 300 kilómetros. También ha entrado en Hydrogen Europe, el lobby europeo del hidrógeno verde, integrado por 300 empresas y 30 asociaciones del Continente.
Más de 200 millones en beneficio
Resultado. Exolum cerró el ejercicio de 2021 con un beneficio neto de 213,78 millones de euros, casi un 30% por encima de los 167,66 millones que registró el año anterior, afectado por la pandemia. Los ingresos fueron de 838,65 millones, con un 30% proveniente de la actividad internacional. La cifra es un 36% superior a los 614,83 millones de 2020, por el resultado de inventario de productos petrolíferos, el almacenamiento de productos petrolíferos, a la logística comercial, tanto en España como en Reino Unido, así como al sector de aviación. El ebitda creció un 40%, hasta los 471 millones.
Dividendos. Pese a las advertencias de la CNMC, Exolum retribuyó a sus accionistas con 241 millones a cuenta de los resultados del año anterior. Pagó a los fondos 3,427 euros por acción, de los cuales 0,705 euros por título fueron pagados como dividendo complementario. En 2020 pagó 186 millones a esta pléyade de fondos que se reparten su propiedad.
Inversiones. La compañía invirtió 104,9 millones. Los gastos de explotación se incrementaron un 34%, por las filiales internacionales adquiridas de NWE.