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Cine y Derecho
Tribuna
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La segunda temporada de 'Devils': el poder de los datos y la información

Es una constante en la serie las referencias a una mejor regulación y mayor protección de los datos personales en Europa

La segunda temporada de 'Devils' propone un análisis de la complejidad de nuestro mundo actual a través de las altas finanzas y nos hace preguntarnos si realmente podemos aplicar el adjetivo “de ficción” a la serie que en España emite Movistar y que protagonizan Patrick Dempsey y Alessandro Borghi, interpretando a los tiburones de la banca de inversión Dominic Morgan y Massimo Ruggiero respectivamente.

La acción se desarrolla cuatro años después de la finalización de los acontecimientos narrados en la primera temporada y los antagonistas vuelven a encontrarse en un pulso por adquirir empresas tecnológicas para el tratamiento de datos para su control por capital chino. La lucha por el acceso a la información (“los datos son el nuevo petróleo”), el papel de la tecnología 5G, el papel del bitcoin y las finanzas descentralizadas como amenaza al status quo financiero actual (que incluye una trama alrededor del misterioso creador del bitcoin, Satoshi Nakamoto), el triunfo de los populismos, la pandemia del COVID 19, todo ello tiene cabida en el formato de thriller que adopta la serie, como ya hizo en su primera temporada, y que desarrolla con un ritmo frenético y una inmejorable puesta en escena del aparentemente opaco mundo de las altas finanzas.

Lo más interesante de la serie radica en la actualidad de sus planteamientos que hace cuestionarse al espectador como las redes sociales influyeron en la decisión de voto en el referéndum del Brexit o como una pandemia puede suponer una oportunidad inédita para rentabilizar una aplicación de rastreo que a la vez permite recopilar millones de datos personales sobre sus usuarios. En definitiva, alude al actual debate sobre si la tecnología está o no al servicio de los ciudadanos o la misma está siendo utilizada por sus propietarios (empresas o países) para socavar los propios cimientos de la democracia, en clara alusión a los peligros que el dominio de la tecnología y los datos puede tener en manos de países con regímenes autoritarios como China o Rusia.

Desde el punto de vista legal es una constante en la serie las referencias a una mejor regulación y mayor protección de los datos personales en Europa (con nuestro Reglamento Europeo de Protección de Datos) que en Estados Unidos o China, así como también aborda 'Devils' en esta segunda temporada diversos problemas de competencia y de blanqueo de capitales que se muestran siempre desde la óptica de la protección del mercado y de quienes intervienen en el mismo, ciudadanos y empresas, en un intento por ensalzar los valores de Europa frente a los de las potencias extranjeras competidoras en el mapa geopolítico y financiero actual.

La serie, muy pesimista en su discurso de fondo sobre el estado de salud de las democracias occidentales, permite, sin embargo, un hilo de esperanza aludiendo a los valores y las instituciones que pueden liberar a los protagonistas: la familia, la amistad y la colaboración con otros en persecución de fines justos. Las mismas herramientas tecnológicas que unos pueden utilizar para socavar la libertad individual y la democracia pueden ser utilizadas por otros miles para conseguir fines justos y preservar esa libertad, de nosotros depende qué uso hacer de las mismas.

Jose Luis Luceño Oliva, profesor de Loyola Másteres

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