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Desayunos Cinco Días

El director financiero, la mano del cambio hacia la sostenibilidad

La estrategia sostenible es un proceso transversal en las empresas. El CFO tiene el perfil idóneo para adaptar el negocio a lo que demandan los clientes e inversores, y un papel comunicador clave

La sostenibilidad atañe a todo y a todos. El compromiso por crear un mundo más verde y comprometido ha quedado sellado en los últimos años con acuerdos internacionales, como el de París para frenar el calentamiento global, o la Agenda 2030 de Naciones Unidas.

Todas las compañías y sectores trabajan en la misma línea y manejan iguales metas. En el ámbito financiero, la relevancia de la sostenibilidad queda refrendada con la iniciativa puesta en marcha este año por el Banco Central Europeo de los test de estrés climáticos para la banca.

Cualquier cambio necesita unas directrices y alguien que lo pilote. Los chief financial office (CFO) afrontan el reto de que su compañía evolucione hacia la sostenibilidad y que además cumpla con la normativa y los intereses de los inversores. Su papel es de relevancia, y además se conjuga con la revolución tecnológica en los negocios que se ha acelerado la aparición de pandemia, igual que ha ocurrido con la sostenibilidad.

CincoDías ha organizado un desayuno en colabo­ración con KPMG bajo el título El reto de evolucionar a las finanzas sostenibles: el rol del CFO, en el que se abordaron temas como el nuevo perfil del director financiero, el reporting ante los criterios ESG (environment, social and governance), la normativa o los principales problemas a solucionar, entre otros. Que el cambio hacia la sostenibilidad no es un proceso que atañe a un área de la compañía, sino transversal, fue una de las principales conclusiones.

David Hernanz, socio de auditoría de KPMG en España, abrió el debate: “Una empresa que quiera ser atractiva para los inversores y clientes y retener talento va a tener que adaptar los procesos, y esto va a afectar al CFO, que además tendrá que asumir el rol de informar internamente sobre los criterios no financieros”.

Arantza Ezpeleta, directora financiera y de sostenibilidad de Acciona Energía, recordó cómo la salida a Bolsa, hace un año, ha servido para fusionar el área financiera y de sostenibilidad. “Las finanzas deben evolucionar hacia la sostenibilidad; hay una mayor necesidad de transparencia sobre la creación de valor en los negocios”.

Un coordinador

Carlos González, director financiero de Grupo Catalana Occidente, estuvo de acuerdo en que “la sostenibilidad es un elemento transversal en la estrategia”. “Los inversores ya no piden intención, demandan datos auditados, transparentes y fiables. Y es aquí donde entra el CFO como coordinador de esta información”.

Los ponentes del encuentro coincidieron en que es un momento relevante en el aspecto de la comunicación. “Es clave para contar a terceros lo que se está haciendo”, dijo Jon Armentia, director corporativo & CFO en Lar España Real Estate.

Por su parte, Miguel Ollero, director general corporativo de Merlin Properties, comentó que “se ha pasado de hacer cosas [en materia de sostenibilidad], a contarlas”. “Ahora, cuando sales a los mercados, los inversores exigen y piden objetivos, y uno de ellos es la sostenibilidad”.

Para las empresas es un auténtico desafío porque, tal y como reconoce Hernanz, “no estaban preparadas sobre información no financiera”, además de que “hay que contar con la singularidad de cada negocio”. “Con la taxonomía europea serán más comparables”, dijo.

Ollero apuntó que “lo fundamental es contar lo que se está haciendo y hacerlo de la manera más homogénea posible”, y lanzó una recomendación: “Queremos ir muy rápidamente, pero el proceso exige una base”.

El mensaje correcto

La integración de la información financiera y sostenible de una empresa es algo que debe aparecer unificado en el reporting. “Es el camino, la forma de ser transparentes y comparables”; “si quieres atraer talento, necesitas dar ese mensaje” subrayó Hernanz. Dicho reporting debe ir acompañado, en opinión de la representante de Acciona Energía, de “un plan de sostenibilidad, porque los clientes lo están demandando, no solo los inversores”.

Miguel Ollero indicó algunas de las ventajas que ofrecen las finanzas verdes: “Implantar una estrategia de sostenibilidad da acceso a financiación más barata, y los resultados son a medio y largo plazo, pero son tangibles. Hay que ir dando pasos para dar credibilidad y crear una imagen de marca potente”.

La sostenibilidad es camino que muchas compañías iniciaron hace años, aunque en la mayoría de los casos se trataba de una opción. Esa opción se ha convertido en una obligación desde el momento en que pasa a ser una demanda o exigencia de terceros, que además lo ponen en valor.

Carlos González contó la experiencia de Catalana Occidente: “Nosotros, hasta 2019-2020 lo hacíamos en casa, era nuestra forma de trabajar; no había esa necesidad de contarlo. Poco a poco, los inversores nos iban poniendo alguna pega porque nos pedían referencias en ESG. En un año transformamos ese conocimiento genérico a datos concretos y el cambio ha sido radical”.

El perfil más completo

Los expertos situaron al CFO como el de mejor perfil para llevar a cabo la transición y los retos que asume una firma que se adentra en la sostenibilidad. “Tiene un amplio conocimiento del negocio y una alta capacidad de adaptación que puede trasladarla a la compañía”, argumentó ­Arantza Ezpeleta. Sin embargo, reconoció que “queda un largo camino por recorrer para integrar la sostenibilidad, y se necesita tiempo para llegar a la madurez”.

David Hernanz se expresó en los mismos términos: “Los CFO están preparados para asumir ese rol, lo que hay que cambiar son los procesos a seguir y la normativa a aplicar; la regulación va a cambiar mucho y las compañías deberán hacer lo mismo e ir en la misma línea”.

Carlos González añadió que “el CFO debe tener el conocimiento ESG para identificar qué datos son relevantes y cuáles no”. Para Miguel Ollero no se trata “de algo inabarcable; más que preocuparte, lo que debes hacer es ocu­parte. Evidentemente, para el CFO requiere un esfuerzo”.

La directora financiera y de sostenibilidad de Acciona Energía detalló el encuentro con los inversores internacionales al hilo de la salida a Bolsa. “La demanda con criterios sostenibles es enorme; hay interés tanto del lado del equity como de la deuda”. En el road show de bonos verdes vimos que se busca que los emisores sean verdaderamente verdes, no únicamente la emisión en sí misma. También preguntan por los derechos sociales, humanos...”. “La sostenibilidad es un elemento más de competitividad económica”, destacó Ezpeleta.

Jon Armentia dio su punto de vista desde Lar España Real Estate, que salió a cotizar en 2014. “Al principio era raro que te preguntaran por sostenibilidad; el emisor, el banco, el accionista, estaban más preocupados por la rentabilidad. Hoy en día, los inversores están centrados en ESG. El cambio ha sido radical, porque ha llegado un punto en que no invierten si no hay sostenibilidad en el negocio”. Por ello, Armentia concluye que “los activos de una empresa que no siga una estrategia ESG valdrán menos; el crecimiento en este sentido ha sido exponencial”.

El cambio

González puso fecha a este cambio tan abrupto: “Todo se aceleró cuando Black Rock envió una carta a sus clientes para advertir de que no invertiría en empresas que no fueran sostenibles”. Fue a principios de 2020 cuando la mayor gestora de fondos anunciaba un giro en su estrategia. Poco después, se declaraba la pandemia por Covid-19 y tuvo también un efecto palanca sobre la sostenibilidad; de hecho, es uno de los pilares de la recuperación en Europa.

Asimilar o adaptar el negocio a los criterios ESG es lo que están haciendo las empresas, sin olvidar la rentabilidad. “Lo primero que te demandaban era la rentabilidad, y ahora también la sostenibilidad”. “Conjugarlo es importante, deseable, pero hay que trabajarlo”, señaló Ollero.

Mirando hacia el futuro, Arantza Ezpeleta apuntó que “un modelo de empresa sostenible tiene una rentabilidad en el largo plazo; tu negocio per se debe ser sostenible”, manifestó

Se trata de ir dando pasos en un momento en que lo verde “lo condiciona todo”, sostuvo Armentia. “Vas avanzando y haciendo cosas; tienes que adquirir ese compromiso de que no solo te lo cuento. Está condicionando tanto la gestión del activo como la del pasivo”. “Todo lo que mueve el negocio que lo rodea exige ese compromiso”.

Carlos González admitió que es un tema que genera costes ocultos al principio, pero con beneficios a medio plazo. El reto del director financiero en este nuevo entorno estratégico y de competitividad tiene que ver con “su papel de comunicador hacia fuera”, expuso Miguel Ollero. “Es el vehículo para hacerlo de forma más fácil, pero no puede vivir ajeno al resto de la compañía”.

El representante de KPMG, David Hernanz, insistió en que el reporting debe ser como la guinda en el pastel: “Es el que da la información al mercado, y esa evolución que está dando la empresa, pero debería integrarse tanto el aspecto financiero como el de ESG”.

Un camino por recorrer y cambios por adoptar en los negocios

 

Principales retos a los que se enfrenta el director financiero en materia de sostenibilidad en los próximos años. Se trata de la taxonomía climática, con una regulación un tanto compleja y que no será fácil de implantar; las implicaciones contables y de reporting que tienen los riesgos derivados del cambio climático; los nuevos requerimientos de reporting ESG; la visión del auditor financiero ante las nuevas exigencias; el aprovechamiento de las oportunidades de financiación e inversión ESG, y la inclusión ESG en los modelos de control de gestión.

Modificaciones normativas. La Ley de Cambio Climático y Transición Energética recoge que determinadas compañías, especialmente las cotizadas en los mercados, de crédito o aseguradoras, estarán obligadas a la confeccionar un reporting anual sobre el impacto financiero que está generando el cambio climático a sus negocios. Se prevé que comience a realizarse en 2024 con datos de 2023.

Plan europeo. La sostenibilidad ofrece riesgos y oportunidades a las empresas, y son dos cosas que están analizando los inversores. “Aunque tengamos un informe o reporting que lo resuma, tiene que acabar en un resultado financiero”, explican desde KPMG. El plan europeo de finanzas sostenibles establece las bases para la estrategia de negocio: ampliar y facilitar el acceso a la inversión sostenible; mejorar la inclusión de pymes y consumidores; aumentar la resiliencia frente a los riesgos de la sostenibilidad; garantizar la integridad del sistema, y fomentar iniciativas y normativa que lo apoye.

 

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