Ascensores que suben y bajan con la mente
Kone ha conseguido abrir y cerrar elevadores gracias a la actividad neuronal procesada por la inteligencia artificial.
Si para unos el Covid significó horas interminables mirando series o escuchando música con los cascos, para los profesionales de Kone supuso dar rienda suelta a la creatividad. La compañía finlandesa trabajó en varios proyectos hasta conseguir que los ascensores se movieran con el poder de la mente.
¿Qué le parecería llamar a su elevador utilizando como mando sus propias conexiones cerebrales? ¿Y salir de una reunión y que el ascensor ya le esté esperando porque lo ha pensado? No es ciencia ficción, lo hemos comprobado en Helsinki, en una experiencia piloto en un edificio de oficinas de la moderna zona de Kalasatama. Para llevarlo a cabo nos instalaron una diadema horizontal de Emotiv, que contaba con siete pequeñas puntas que conectaban con diferentes partes de la cabeza impregnadas de un gel para elevar la conectividad.
Las cabinas interactúan con ‘apps’ o múltiples programas
Para este ejercicio, nos preguntaron si tocábamos algún instrumento musical. Al responder que sí, nos dijeron que visualizáramos los acordes de una canción. Comenzamos a mover las manos como si tuviéramos una guitarra y el ascensor bajó rápidamente a nuestra planta. Maciej Kranz, vicepresidente ejecutivo y director de tecnología de Kone, que nos acompañó en el proceso, puntualizó que “esos signos neuronales mediante software consiguieron abrir y cerrar el elevador”.
Es un experimento basado en la actividad cerebral premotora, aquella que da las órdenes para realizar una acción. Es el área que prepara a mi mano antes de tocar un instrumento. Estos datos de actividad cerebral son procesados por la inteligencia artificial y los patrones de pensamiento se combinan para proporcionar funciones, en este caso, el control del ascensor.
Es posible pedir el ascensor desde el ‘smartphone’ o desde Alexa
Los datos de medición son únicos para cada persona. Las funciones se enseñan (machine learning) al software de procesamiento de datos para que se acostumbre a cómo piensa cada persona. Igual que Siri se acostumbra a nuestra voz, el ascensor se acostumbra a cada forma de pensar. Para este desarrollo, Kone se asoció con UnSeen, empresa finlandesa de producción, diseño y tecnología.
“El ascensor controlado por la mente representa una demostración de lo que podría significar la conectividad en los ascensores”, avanzó Kranz. “No sabemos vivir sin el móvil, sin aplicaciones y sin internet; aunque nos cueste admitirlo, es una realidad. En un mundo cada vez más conectado, los ascensores también forman parte de los entornos urbanos inteligentes”.
El propio aparato notifica al servicio técnico los fallos que detecta
Si hace unos años lo que los clientes pedían eran interiores customizados como las marcas (por ejemplo, Ferrari demandaba cabinas como el interior de uno de sus deportivos), imágenes o fotos relajantes (en hoteles) o buena música (en hospitales), hoy solicitan, además, un elevador en el que no se pierda la conexión a internet en ningún momento. “El ascensor Kone DX es uno de los primeros del mundo que incorporan la conectividad como un estándar”, dice Sergio Álvarez, director de ventas, marketing y comunicación de Kone Ibérica.
Ya no es solo una caja que nos mueve de una planta a otra, sino una plataforma dinámica con la que se puede interactuar y que se comunica con otros dispositivos. Por ejemplo, se puede llamar al ascensor desde el smartphone o desde un asistente de voz como Alexa, de Amazon. Y, si se produce una avería, el mismo aparato notifica al servicio técnico, a veces sin que el usuario se dé cuenta de que algo no funciona correctamente. Pero uno de los factores más diferenciadores es que no solo se adapta a las necesidades de cada edificio, sino que puede actualizarse a lo largo del tiempo según cambien los usos o las necesidades de sus inquilinos.
Las posibilidades son inmensas, ya que no solo pueden conectarse con otras soluciones de la propia compañía. Las API (interfaces de programación de aplicaciones, por sus siglas en inglés) de código abierto permiten que hable con otras soluciones creadas por clientes o por terceros. Así, por ejemplo, es posible conectarlo con una aplicación de guía para personas invidentes o llamar al ascensor desde la propia app del cliente de un hotel.
Favorecer que la gente se mueva en la ciudad
Origen. Kone es una empresa multinacional de origen finlandés, líder en la industria de los ascensores, las escaleras mecánicas y las puertas automáticas. Fundada en 1910, lleva más de un siglo dedicada a mejorar el desplazamiento de las personas en los entornos urbanos.
Innovación. Imagine llegar a casa y que la puerta del edificio se abra sin necesidad de buscar las llaves, que cuando entrara el ascensor le estuviera esperando y supiera a qué piso va sin pulsar ningún botón, y que, además, en una pantalla en la cabina pudiera ver que la piscina comunitaria ya está abierta. O que cuando el repartidor de pizza llamara al portero automático pudiera abrirle solo con el móvil. Todo esto ya es posible a través de la tecnología Kone Residential Flow.
Cifras. Las ventas de la compañía ascendieron a 10.500 millones de euros en 2021. Emplea en el mundo a 60.000 personas. Por regiones, Asia-Pacífico representa el 44% del negocio; Europa, Oriente Medio y África suponen el 38%, y América, el 18%.
Presencia global. La compañía opera en 60 países y cuenta con 550.000 clientes. Mantiene 1,5 millones de equipos en el mundo. Mueve cada día a mil millones de personas.