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La moneda argentina ya vale más por su metal que como medio de pago

Proliferan en internet anuncios para comprar pesos para luego fundirlos El país finalizó abril con una inflación interanual del 59%

Moneda Argentina, inflación
Infografía: Belén Trincado

La descontrolada inflación y la continua devaluación de la moneda que ha sufrido Argentina durante décadas ha llevado a que el peso, la divisa de ese país, valga más para su fundición por los metales que contiene que para la compra de bienes y servicios. Este fenómeno, que comenzó hace un par de años cuando aparecieron los primeros anuncios en internet de personas interesadas en comprar monedas para fundirlas, se ha agudizado tras el inicio de la invasión rusa a Ucrania.

El conflicto militar ha provocado una alta volatilidad en el valor de materias primas como el níquel, un metal presente en las monedas argentinas de acuñación antigua (la nueva familia de monedas que se lanzó en 2018 está hecha sobre todo de acero). El níquel, un elemento clave en la producción de baterías para los coches eléctricos, disparó tanto su valor tras el inicio de la guerra, que la Bolsa de Metales de Londres suspendió momentáneamente su cotización después de que el 7 de marzo alcanzase su máximo precio histórico, cuando marcó los 42.995 dólares por tonelada. Desde entonces, su precio ha ido cayendo hasta estar por debajo de los 28.000 dólares.

Otro metal presente en las monedas argentinas y que se busca para su fundición es el cobre. Este material también experimentó un fuerte incremento de su precio el pasado 7 de marzo, para luego volver a bajar. Sin embargo, a diferencia del níquel, el cobre vale menos a día de hoy (apenas supera los 9.000 dólares por tonelada) que a comienzos de año, cuando rondaba los 9.700 dólares.

Anuncios en internet

Si se bucea en redes sociales como Facebook o webs de comercio electrónico como Mercado Libre (muy utilizada en Argentina), se pueden encontrar publicaciones en las que se anuncia la compra de pesos por encima del valor nominal de dichas monedas. De esta forma, hay anuncios que, por ejemplo, ofrecen pagar tres pesos por una moneda de un peso, o cuatro pesos a cambio de una moneda de dos. Otros, por ejemplo, ofrecen comprar cantidades de monedas por kilo.

Imagen de un anuncio de compra de monedas argentinas en Facebook.
Imagen de un anuncio de compra de monedas argentinas en Facebook.

“El material del dinero circulante en un país termina valiendo más que el valor nominal de ese circulante en economías que pasan por un periodo prolongado de alta inflación, como el caso de Argentina. Especialmente en el caso de las monedas, el valor del metal aumenta según su precio internacional mientras que el valor nominal de esas monedas no cambia. El proceso de incremento de precio internacional de las materias primas que observamos recientemente también acelera ese proceso de desaparición del circulante en monedas”, explica Juan Ruiz, de BBVA Research.

Anuncio de compra de monedas argentinas en Mercado Libre.
Anuncio de compra de monedas argentinas en Mercado Libre.

Argentina finalizó el año pasado con una inflación del 51,4%, según los datos ofrecidos por el Indec (Instituto Nacional de Estadística y Censos), un alza de precios que ha continuado acentuándose durante este año hasta cerrar abril con una inflación interanual del 59%. “Ha habido antecedentes de este fenómeno en todas las economías que han pasado procesos de alta inflación. En Latinoamérica, hoy tenemos el caso de Venezuela, donde es escaso el dinero circulante en bolívares. Y ha ocurrido en el pasado en la región durante los procesos hiperinflacionarios de finales de los años ochenta en países como Perú, Bolivia, Argentina o Brasil. Pero actualmente este no es un fenómeno generalizado”, añade Ruiz.

Comparación con el dólar

Otra magnitud que sirve para ilustrar el escaso valor de la moneda argentina es su constante pérdida de ­valor respecto a otras divisas internacionales, sobre todo el dólar estadounidense, la moneda preferida de los argentinos para conseguir que sus ahorros no se los coma la inflación. Sin embargo, establecer cuál es el precio exacto al que cotiza el dólar es complicado, ya que existen varios tipos de dólar en Argentina. En el que más se fijan los argentinos es el conocido como “dólar blue”, el que se maneja en el mercado negro, que es el que compran los ciudadanos en las llamadas “cuevitas”.

El motivo por el que los argentinos recurren al dólar blue es porque desde 2019, cuando todavía gobernaba el país el expresidente Mauricio Macri, el Estado volvió a imponer un cepo cambiario que impide a los ciudadanos adquirir más de 200 dólares al mes. Este cerrojo a la moneda norteamericana se endureció durante el mandato del actual presidente, Alberto Fernández, que a la compra de esos 200 dólares le ha impuesto un gravamen del 65% (el Estado devuelve un 35% tras la declaración de la renta).

En la práctica, muy pocos ciudadanos pueden acceder realmente a esos 200 dólares mensuales por la gran cantidad de excepciones que impone el Ejecutivo, lo que hace que la gran mayoría de la gente recurra al blue, el cual comenzó mayo cotizando en 201 pesos. Esto supone un incremento del 31,4% respecto al valor que marcaba hace un año, cuando estaba en 153 pesos, según el histórico de la cotización del blue del diario Ámbito Financiero.

Cambiar pesos en el centro de Madrid: misión imposible

No aceptan en las casas de cambio. Una persona que desee cambiar pesos argentinos en alguna de las muchas casas de cambio que hay repartidas por el centro de Madrid se encontrará con que ninguna o al menos casi ninguna de ellas acepta pesos. El motivo, explican desde la casa de cambio Ria a este periódico, “es que el stock de pesos está completo”. “La gente se deshace de los pesos pero nadie viene a comprarlos. Cuando el stock está completo ya no se nos permite adquirir pesos hasta que los vendamos”, indican. Otras casas de cambio como Novacambios y Exact Change argumentan que los principales motivos para no aceptar esta moneda son “la gran inestabilidad del peso argentino” y “su gran devaluación”.

Sobre la firma

Manu Granda
Cubre la industria del automóvil en Cinco Días, periódico en el que también escribió en la sección de laboral. Como 'freelance', cubrió la temporada de incendios del verano 2019-2020 en Australia para EL PAÍS. Es graduado en periodismo por la Universidad Rey Juan Carlos y cursó el Máster de periodismo de EL PAÍS.

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