Wall Street vigilará los WhatsApp de sus 'traders'
El regulador investiga a Citi, JP Morgan, HSBC y Goldman Sachs
Además de una rápida forma de comunicación entre varias personas, los grupos de WhatsApp se han convertido en un incordio para muchos. Un lugar donde compartir memes, mensajes de buenos días o buenas noches o donde discutir con familiares o con los otros padres de los hijos. Pero en Wall Street, unos mensajes inapropiados de un operador de mercados de JP Morgan han desatado una tormenta en el corazón de las finanzas mundiales. Como si del escándalo de Pegasus se tratase, el regulador estadounidense de los mercados, la SEC, ha puesto el foco sobre los mensaje y emails de los banqueros. Y que, de una tacada, pueden mover la aguja de Wall Street y de las Bolsas de todo el mundo.
Según publica Bloomberg, Citi ha alertado en su último informe de resultados trimestrales de una investigación de “algunos reguladores y autoridades”. En diciembre, la Comisión impuso una multa de 200 millones a JP Morgan, alegando el uso del WhatsApp y el correo personal por parte de directores generales y otros directivos sénior para evitar el escrutinio por parte de los supervisores. HSBC y Goldman Sachs también están siendo investigados.
Todo estalló a inicios de año. Edward Koo, que llevaba más de 20 años trabajando para el primer banco del mundo, supuestamente trató de burlar la supervisión de la SEC al compartir información confidencial en un grupo de WhatsApp con otros operadores del mercado. Koo era un analista sénior de crédito, que se dedicaba a la compra y venta de bonos y préstamos corporativos.
JP Morgan inició una investigación. En abril decidió despedir a Koo, tras meses suspendido de empleo y sueldo. Y lanzó un mensaje a sus empleados, dándoles donde más les duele, en sus multimillonarios bonus. El banco recortó este pago discrecional, de donde proceden los mayores emolumentos en Wall Street, a más de una decena de traders del mercado precisamente por utilizar el WhatsApp en el trabajo. Muchos de ellos también estaban en el grupo que a Koo le costó el puesto.
La clave de todo el escándalo está en que los grandes bancos de Wall Street habitualmente graban las conversaciones telefónicas y guardan los emails y los mensajes de sus trabajadores en los parqués. El objetivo es contar con pruebas que esgrimir ante los reguladores, en caso de que sospechen de que ha podido haber manipulación de mercado. Esta vigilancia afecta solo a los teléfonos y ordenadores de empresa, quedando libre su uso personal. También abre cuestiones sobre ciberseguridad y si es adecuado que los traders compartan información sensible por canales de comunicación que no exigen un loging y sin encriptar.