El golpe al euro de la guerra intensifica la migraña del BCE
Su caída encarecerá las importaciones y agravará la ya elevada inflación: Lagarde no puede ganar
La caída del euro agravará la ya difícil situación política de la presidenta del Banco Central Europeo, Christine Lagarde. La economía de la zona euro está más expuesta que otras regiones a las consecuencias de la invasión rusa de Ucrania y a los efectos de las sanciones, por lo que la moneda única está cayendo. Su caída generalizada encarecerá las importaciones y agravará la elevada inflación.
El viernes, el euro cayó por debajo de 1,10 dólares por primera vez en casi dos años, hacia su mayor caída porcentual diaria desde marzo de 2020, una época de demanda masiva de financiación en dólares, cuando el Covid-19 golpeó Occidente. El lunes el euro caía ya a 1,08 dólares.
Algo similar está ocurriendo de nuevo, lo que hace que el billete verde sea en general fuerte. Un indicador de la tensión de financiación en los mercados financieros mundiales, la brecha entre el tipo de interés a plazo de Estados Unidos a tres meses y el tipo swap del índice a tres meses, acaba de alcanzar su máximo desde mayo de 2020. Pero esta vez la moneda única europea también está mostrando una debilidad independiente: se deslizó a un mínimo de siete años frente al franco suizo y a su mayor debilidad desde 2016 frente a la libra esterlina.
Hay buenas razones. Europa tenía estrechos lazos comerciales con Rusia, por lo que la guerra y las sanciones infligirán daños a los exportadores de la zona euro y a las cadenas de suministro de sus empresas. En 2021, Rusia fue el quinto mayor socio de las exportaciones de bienes de la Unión Europea y el tercero de las importaciones de bienes de la UE, según la Comisión Europea. Alemania, la mayor economía del continente, era a la vez el mayor importador de bienes del país y el mayor exportador de bienes hacia él. El bloque de la moneda única también dependía más de la energía rusa que otras regiones. Y la proximidad geográfica es un factor negativo para la confianza, tras el asalto ruso a la central nuclear de Zaporizhzhia, la mayor de Europa.
Para Lagarde, las razones de la caída del euro importan menos que las consecuencias. La caída de la moneda encarece las importaciones en un momento en el que la inflación acaba de alcanzar un récord del 5,8%, casi tres veces el objetivo del BCE. El problema es tanto más grave cuanto que el precio del petróleo, denominado en dólares, ya está disparado.
Los esfuerzos previstos para controlar la inflación irían en detrimento de la actividad económica, mientras que si se cambia de rumbo para apoyar la economía se corre el riesgo de que se prolonguen las presiones sobre los precios. Lagarde no puede ganar.
Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías