Un puente tendido hacia una vida mejor
La Fundación Mutua Madrileña da a conocer a los galardonados en los IX Premios al Voluntariado Universitario
El proyecto de voluntariado Construyendo puentes, impulsado por alumnos de diferentes universidades españolas en colaboración con la ONG gallega AIRE (Asociación Integral de Rescate en Emergencias), ha obtenido el primer puesto en la novena edición de los Premios al Voluntariado Universitario. Estos galardones, otorgados por la Fundación Mutua Madrileña, tienen como objetivo reconocer y dar visibilidad a la labor solidaria de los estudiantes, así como ayudar económicamente al impulso o sostenimiento de los proyectos de voluntariado en los que colaboran.
Construyendo puentes brinda apoyo integral a mujeres refugiadas que se encuentran en la recta final de su embarazo o con menores lactantes. Estas mujeres conviven, junto a sus familias, en el Elna Maternity Center, un centro de acogida constituido en 2018 en Atenas por un consorcio de ONG del que forma parte AIRE. En Elna se les proporciona alojamiento y manutención, así como apoyo legal, educativo, psicosocial y sanitario hasta que puedan conseguir el asilo político y un trabajo con el que subsistir.
Más de un centenar de voluntarios de hasta 10 nacionalidades colaboran en la iniciativa, entre ellos ocho alumnos de la Universidad Complutense de Madrid, la Universitat Oberta de Catalunya, la Universitat de Barcelona, la Universidad de Murcia, la Universidad de Deusto, la Universidad Internacional de La Rioja y la Universidad Internacional de Valencia, los cuales se trasladan a Atenas de forma temporal para asistir a los residentes del centro.
‘Construyendo puentes’ brinda apoyo integral a mujeres refugiadas
Marushia Monroy es una de estas voluntarias, que tras finalizar sus estudios de Comunicación Audiovisual se unió al proyecto. “Cada estudiante aporta su grano de arena. Por ejemplo, las personas con estudios sanitarios se encargan de la clínica; las que han estudiado trabajo social ayudan con los currículums; los de magisterio llevan a cabo el proyecto del colegio… así cada uno intenta aportar lo que puede”, explica Marushia, que ha realizado el vídeo de presentación de los ganadores de los IX Premios al Voluntariado y ha llevado las redes sociales, además de impartir clases de refuerzo a los escolares.
“Las clases de refuerzo las damos en inglés, pero muchas voluntarias asistimos a clases de griego para poder mejorar, porque los niños están escolarizados en el sistema educativo griego”, comenta Marushia, que reconoce que dominar el francés (es el idioma de su madre) le es también muy útil para desenvolverse allí. Actualmente, en el centro viven unas 90 personas (la mitad de ellas, menores) procedentes de países que se encuentran en conflicto como Afganistán, Siria, Irán y República Democrática del Congo.
Ocho universitarios españoles colaboran en el proyecto con la ONG AIRE
Este proyecto ha sido reconocido entre un total de 78 candidaturas presentadas en las que han participado cerca de 2.000 alumnos de 57 universidades y 73 ONG. Además de este proyecto, que ha obtenido una ayuda de 10.000 euros, la Fundación Mutua Madrileña ha premiado otras cinco iniciativas de voluntariado con 5.000 euros cada una:
-Vivir juntos cambia vidas es una iniciativa en la que participan tres alumnos de las universidades Complutense, Francisco de Vitoria y Politécnica de Madrid, en colaboración con la Fundación Hogares Lázaro, que promueve la convivencia de jóvenes con personas sin hogar que han sido rescatadas de la calle. Además de proporcionarles techo y manutención, los beneficiarios adquieren habilidades sociales y laborales.
-Voluntariado contra la brecha digital es un proyecto puesto en marcha por alumnos de las universidades Complutense, Rey Juan Carlos y Saint Louis University Madrid, junto a la Fundación Sanders, que trata de proporcionar competencias digitales a niños en situación de riesgo de exclusión social. La formación se hace con equipos informáticos desechados que, previamente, los voluntarios se han encargado de reacondicionar.
-Capicúa está promovido por estudiantes de las universidades de Sevilla, Carlos III y Autónoma de Madrid, con el respaldo de la Asociación Sacapuntas. El proyecto transcurre en la barriada madrileña de la Cañada Real, donde los voluntarios brindan apoyo escolar y de ocio a los menores, con el objetivo de mejorar su educación y evitar el aislamiento social.
-Talha: sala móvil de psicomotricidad está impulsado por 17 alumnos de la Universidad de Zaragoza, en colaboración con la Asociación Juvenil Colectivo Saharaui Lefrig. El proyecto trata de proporcionar rehabilitación fisioterapéutica a personas con algún tipo de discapacidad funcional que viven en los campamentos de refugiados saharauis de Tinduf (Argelia). u
-Juntos caminando hacia la inclusión es una iniciativa desarrollada por 60 alumnos de Cunef y la Fundación Oxiria, a través de la cual los universitarios realizan actividades de refuerzo académico, deportivas y de acompañamiento a personas con diversidad funcional. Ambos colectivos, alumnos y beneficiarios, estudian en el campus de Cunef y durante los recreos se producen estos momentos de intercambio.
Marushia asegura que el dinero del premio “será un impulso para poder continuar con el proyecto, con el fin de conseguir una donación grande permanente”, porque el flujo de refugiados desgraciadamente no cesa.
Cambios provocados por la pandemia
Las universidades españolas impulsaron durante el curso 2020-2021 más de 1.800 iniciativas de voluntariado en las que colaboraron alrededor de 10.500 alumnos, según el IX Estudio sobre voluntariado universitario realizado por la Fundación Mutua Madrileña.
Este estudio refleja algunos cambios en el voluntariado universitario motivados por la pandemia de coronavirus. Las universidades han centralizado sus proyectos solidarios en nuestro país. De este modo, nueve de cada diez iniciativas han transcurrido en el entorno local, especialmente en los ámbitos relacionados con la atención a la infancia vulnerable, los colectivos en riesgo de exclusión social y las personas con diversidad funcional.
También se observa una mayor duración en la continuidad de los proyectos. Así, el 86% de los programas que se realizan a través de la universidad se prolongan durante más de tres meses, un 10% más que el curso anterior, lo que indica un compromiso de los estudiantes con las causas solidarias a medio y largo plazo.
Los alumnos de la rama de ciencias de la salud fueron los más activos durante el curso pasado, desbancando de ese primer lugar a los estudiantes de ciencias sociales y jurídicas.
El perfil del voluntarios sigue siendo mayoritariamente mujer, con un 72% de representatividad.