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El activismo de Elliott topa con la tradición de Hong Kong

Se marcha tras siete años de Bank of East Asia, participado por CaixaBank

Hong Kong (China).
Hong Kong (China).reuters

La tenacidad es una virtud para los activistas, pero tiene sus costes. Elliott, famoso por su larga y exitosa campaña contra el Gobierno argentino, tira la toalla en su batalla de siete años contra Bank of East Asia (BEA), con sede en Hong Kong. El hecho de que un titán del sector no haya podido romper los vínculos familiares y empresariales tan frecuentes en la ciudad no hace sino subrayar las dificultades a las que se enfrentarán otros cuando intenten cambiar el statu quo.

La pérdida exacta de Elliott es difícil de calcular. Tenía un 2,5% cuando lanzó su campaña pública en 2015, con la acción a 32 dólares hongkoneses, y argumentaba que valía el doble. Desde entonces, el valor ha caído inexorablemente mientras el fondo acumulaba un 8,4%. Ahora se lo vende al banco por un máximo de 11,78 dólares hongkoneses por acción, es decir, un tercio del valor contable.

En 2021, Elliott trasladó su sede regional de Hong Kong a Tokio, y no ha sido el único en desanimarse. Desde que entró en BEA, el número de campañas activistas en la ciudad ha bajado a la mitad, a solo nueve el año pasado, según Insightia. Por contra, en Japón se ha duplicado con creces hasta las 60, e incluso en el estirado Singapur, cuyas empresas controladas por magnates rivalizan con las de Hong Kong, hubo 13.

El plan de Elliott para duplicar el precio de la acción de BEA no parecía tan extremo en 2015, cuando los pequeños bancos de Hong Kong, ricos en depósitos, cambiaban de manos al doble de su valor contable. Pero no tuvo en cuenta la resistencia de una familia multigeneracional sin interés en una venta, que se había aislado aún más con dos apoyos flexibles: Sumitomo Mitsui Financial Group y CaixaBank, que aún mantienen un tercio de sus acciones.

Elliott fue el activista más activo del mundo en 2021, lanzando 17 campañas y desplegando 5.300 millones de dólares, según Lazard. Su desventura en BEA puede que no haya sido del todo en vano: la recompra y cancelación de las acciones del fondo elevará el valor neto de los activos por acción en un 6% para los restantes inversores. Pero eso no es suficiente para animar a los accionistas a largo plazo a quedarse.

Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías

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