El futuro del mercado laboral y los modelos de trabajo híbridos
Las empresas necesitan soluciones que conjuguen productividad y eficiencia, capten talento, refuercen la cultura y faciliten la conciliación
El Covid forzó a las empresas a adoptar en un breve espacio de tiempo nuevas formas de trabajar para poder mantener la actividad en un entorno de confinamiento. Durante todo este tiempo, la sociedad ha comprobado las posibilidades del trabajo a distancia y las ventajas que reporta al trabajador esta modalidad en términos de reducción de desplazamientos y ahorro de costes y tiempo, lo que hace que se convierta en una demanda social en el mercado laboral.
El cambio drástico del modelo de trabajo a distancia ha permitido obtener resultados que eran muy necesarios, pero tiene efectos no perceptibles en el corto plazo y que están empezando a ponerse de manifiesto en el largo. Es el caso del aislamiento de las personas y la pérdida de la relación social, que son sin duda necesarios para las personas, y la pérdida de vínculos que son esenciales para la transmisión de la cultura y los valores de la empresa. A lo que hay que añadir la pérdida de eficacia que se produce en determinadas actividades realizadas en remoto frente a presencial, como la innovación o la negociación.
Ante esta situación, las empresas deben replantearse sus modelos de trabajo de manera que se dé respuesta tanto a las necesidades de las personas que las componen como a las de la propia empresa, de manera que se asegure su sostenibilidad. Es en ese ámbito donde nacen los modelos de trabajo híbridos por los que las empresas están apostando, unas con una visión más de transición y otras con las miras puestas en el largo plazo.
En este sentido, destaca la figura del líder en la implantación y el éxito de los nuevos modelos de trabajo, ya que es clave para la gestión de estos, siendo más relevante la definición de los principios que los rigen que el propio modelo de implantación:
1) Promover una cultura de confianza, responsabilidad, compromiso y resultados, donde las personas sean el centro de la organización. Es importante que los responsables de los equipos junto con las propias personas y compañeros establezcan la organización del trabajo, asegurando así el cumplimiento de los compromisos de la empresa. Apostar por conjugar la eficiencia y productividad, el desarrollo de los equipos y la conciliación personal, aprovechando las ventajas que ofrece cada uno de los modelos, el trabajo en la oficina y el trabajo en remoto.
2) Replantearse la manera en que trabajamos juntos, el papel que desempeña cada persona en el proyecto, las actividades que conviene realizar en contacto personal y las que es eficiente hacer en remoto. En definitiva, dar sentido a para qué ir a la oficina, para qué es imprescindible que los equipos se junten presencialmente.
3) Asegurar la transmisión de la cultura empresa, generando una mayor cohesión entre equipos y que las personas se sientan involucradas con el proyecto. Este punto es especialmente relevante si pensamos en la integración de personas jóvenes de reciente incorporación, que pueden tener de entrada mayores dificultades para desarrollarse en el mundo laboral si no tienen a su lado referentes de los que poder aprender.
4) Potenciar la cultura de la comunicación, garantizando que toda la información clave que se genera en la organización, se transmita de manera uniforme y de forma eficaz a los equipos. La información debe compartirse proactivamente, de forma periódica, involucrando a todas las personas del equipo, estén o no en la oficina.
5) El mantenimiento de la ventaja competitiva de la empresa, que pasa entre otras cosas por el fomento de la innovación, lo que hace necesaria una cultura de la misma y tener toda la organización alineada hacia los mismos objetivos. Se trata de una figura que depende de la estrecha colaboración entre personas. En los modelos híbridos han de crearse los espacios y encuentros necesarios que fomenten el desarrollo de novedades en todos los ámbitos de la empresa.
6) Otro de los elementos esenciales para el mantenimiento de la ventaja competitiva de la empresa es el permanente desarrollo profesional de las personas que la componen y en este sentido juega un papel esencial la formación, requiriendo evolucionar las estrategias de aprendizaje a los nuevos contextos, tanto en contenido como en los formatos utilizados, que permita dar respuesta a las necesidades presentes y futuras.
7) Invertir en espacios de trabajo polivalentes y tecnologías para trabajo colaborativo. Los modelos híbridos implican la necesidad de reestudiar los espacios, las infraestructuras y los medios necesarios para que el trabajo pueda desarrollarse eficientemente. Renovar las oficinas de manera que se disponga de flexibilidad en el uso de los puestos de trabajo y poder agrupar a los distintos equipos. Aumentar los espacios para reuniones, formales e informales, presenciales e híbridas. La inversión en tecnologías para trabajo colaborativo, servicios en nube o para acceso seguro es otro de los ejes de actuación que nos permiten trabajar eficientemente de manera remota.
Resumiendo, el modelo de trabajo híbrido es determinante para la captación y fidelización del talento; posibilita conciliar aumentando la motivación de las personas y el bienestar laboral; conjuga la eficiencia y productividad; fortalece los lazos sociales y el sentimiento de pertenencia a una comunidad; fomenta la innovación y colaboración; permite avanzar en organizaciones en las que las personas puedan desarrollar su carrera y no se queden obsoletas; mejora indicadores como el absentismo, bajas médicas, etc., además, es amigable con el medio ambiente, al reducir la huella de carbono por la reducción de desplazamientos
Ignacio Ramos Gorostiola es Director corporativo de People Strategy and Infrastructures de GMV