La jubilación necesita el ahorro privado
La situación de las pensiones públicas es preocupante, y los ciudadanos lo perciben de esa misma manera
Últimamente no hay año en el que la jubilación y la viabilidad del sistema público no esté en boca de todos. El progresivo aumento de la esperanza de vida y la disminución de la tasa de natalidad van complicando cada vez más la ecuación, generando un agujero en los fondos públicos que evidencia la insostenibilidad del sistema actual. Y es que, en España, según los datos de la Seguridad Social, hay en la actualidad dos trabajadores por cada jubilado, una proporción que irá empeorando a partir de 2023 cuando empiece a jubilarse la generación de los baby boomer. A partir de ese momento, el número de ciudadanos por encima de 65 años aumentará en casi seis millones, mientras se prevé que la cifra de personas en edad de trabajar caiga en 2,27 millones. Una dinámica que seguirá empeorando hasta que, por ejemplo, en 2050 las personas de 65 años representen más del 30% de la población total, cuando ahora no llega al 20%. Para entonces, además, habrá solo tres trabajadores por cada dos personas jubiladas, según previsiones del Banco de España.
El reto que supone esta situación demográfica ha obligado en la última década a recurrir al Fondo de Reserva para hacer frente al pago de las pensiones que dependen del Estado, pero actualmente solo dispone de unos 2.000 millones de los 67.000 que llegó a acumular en 2011. Un contexto de incertidumbre y un futuro que se presenta retador por la posible pérdida de poder adquisitivo que pueden sufrir los pensionistas y por las barreras que se están poniendo al ahorro privado para la jubilación.
La situación es preocupante y, según los datos que arroja nuestro reciente informe sobre las actitudes de los españoles ante la jubilación y los planes de pensiones, los ciudadanos lo perciben de esa misma manera. El estudio refleja que casi tres de cada cuatro españoles, el 74%, se muestran preocupados por el sistema público de pensiones, y nueve de cada diez lo está igual o más que hace un año. Además, solo el 14% cree que tendrá pensión pública y que será suficiente para garantizar su nivel de vida, uno de cada cuatro (el 24%) cree que no tendrá y el 62% piensa que sí, pero que no será suficiente para garantizar su nivel de vida.
Estos datos explicarían por qué, según el informe, la inestabilidad política, el déficit público, el desempleo, la crisis sanitaria y, en menor medida, la situación económica del país han provocado que la jubilación y el sistema de pensiones sean hoy la primera preocupación financiera de los españoles, por delante de otras cuestiones como la capacidad de ahorro, la compra de una vivienda (una cuestión que afecta especialmente a los mileniales) u obtener rentabilidad de los ahorros.
Toda esta situación se ve reflejada en nuestro estudio, ya que casi 4 de cada 10 españoles, el 38%, ha empezado a ahorrar para la jubilación. Esta cifra es aún más llamativa si la comparamos con la que arrojaba nuestro estudio hace justo un año: es 9 puntos mayor que en 2020. Sin embargo, a pesar de la dinámica demográfica en la que estamos inmersos y que es complicado que cambie en el corto plazo, la reforma anunciada por el Gobierno está desincentivando el ahorro individual que muchos ciudadanos llevan años haciendo a través de los planes de pensiones individuales para tener un complemento a la pensión pública.
El Gobierno, en cambio, quiere fomentar los planes de pensiones de empresa en detrimento de los privados, algo que se aleja de la realidad del actual tejido empresarial en España y aleja a los partícipes de un instrumento de ahorro que está diseñado específicamente para ese momento vital. De hecho, según los datos de nuestro informe, cuatro de cada diez españoles consideran que los planes de pensiones son un buen instrumento de ahorro para la jubilación y, además, en 2021 la penetración de estos productos ha aumentado un 20%, algo que se nota especialmente entre los que están más cerca de alcanzar la jubilación.
Por generaciones, el 8,5% de los mileniales cuenta con uno, el 23% de la generación X y el 29% de los baby boomers, frente al 26% del año anterior. Y es que los españoles son conscientes de que, dada la coyuntura actual, es necesario completar la pensión pública con ahorro privado si no quieren ver disminuir progresivamente su poder adquisitivo y ver perjudicado su nivel de vida cuando llegue su jubilación.
A pesar de la reducción de las ventajas fiscales de los planes de pensiones que incluye la actual reforma, estos siguen siendo una buena herramienta para ahorrar a largo plazo e ir construyendo poco a poco un colchón que complemente la pensión pública llegado el momento. Realizar aportaciones periódicas a lo largo del tiempo genera una rentabilidad positiva que con el paso de los años genera esa cantidad necesaria una vez se deja de trabajar.
Estos planes son, además, un instrumento seguro que en medio de la inestabilidad del sistema público de pensiones y la incertidumbre sobre si las medidas de la reforma serán o no efectivas garantizan a los trabajadores que podrán mantener su nivel de vida y disfrutar sin preocupaciones económicas cuando llegue su jubilación.
Enrique Rodríguez Balsón es responsable de planes de pensiones y ahorro de ING