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El Foco
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

‘Blue bonds’ en Belice: un hito en la defensa de ecosistemas marítimos

El país pretende reestructurar sus maltrechas finanzas públicas, afectadas por los devastadores efectos del Covid-19 sobre el turismo

Los blue bonds representan uno de los últimos ejemplos de la innovación financiera cuyo propósito es impulsar proyectos sostenibles vinculados con la economía azul. Los fondos captados a través de este novedoso instrumento de renta fija se aplican a la protección de los ecosistemas marinos o a la explotación responsable de los recursos del mar. Proyectos que versan sobre la recuperación de los manglares y praderas marinas como grandes sumideros de carbono, la protección de los arrecifes coralinos o la explotación sostenible de actividades tales como la pesca salvaje, la acuicultura, el transporte marítimo o el turismo, entre otros.

A principios de noviembre se ha formalizado una nueva emisión de blue bonds que recuerda por sus rasgos a la colocación pionera de este instrumento realizada en 2018 por la República de Seychelles, aunque trasladada la iniciativa a un pequeño país de América Central que comparte frontera con México y Guatemala. La emisión de blue bonds se sustanció en el contexto de un complejo acuerdo (Debt-for-Nature Swap, DNS) por el cual el país deudor logra reestructurar su deuda asumiendo una serie de compromisos relacionados con la protección de los ecosistemas marinos y el fomento de la economía azul.

Belice anunció en septiembre una oferta de recompra (buyback offer) de una emisión de eurobonos por importe de 526,5 millones de dólares americanos, cupón del 4,9375% y vencimiento en 2034 (super bond). La propuesta pretendía reestructurar las maltrechas finanzas públicas, afectadas por los devastadores efectos del Covid-19 sobre el turismo, una de sus principales fuentes de ingresos. Esta emisión ya había sido reestructurada varias veces, dada la precaria situación financiera del emisor, tal como revela su rating actual Caa3, en la escala de Moody’s. La propuesta de recompra fijaba un haircut o descuento del 45% respecto al valor nominal de la emisión en curso, lo que implica pagar 55 centavos por dólar de deuda en circulación. Antes del anuncio de la recompra, los bonos cotizaban en el Euro MTF al 40% del valor nominal, por lo que la oferta implica una prima del 37,5% respecto a dicha cotización. La oferta estaba condicionada a que fuese aceptada por una mayoría reforzada de acreedores que representasen, al menos, el 75% del nominal de la emisión en curso (colective action clause), umbral que se superó con holgura al alcanzar una adhesión del 85%.

Belice ha acordado que la recompra de los bonos en circulación sea financiada mediante la emisión de blue bonds a través del programa de protección de los océanos que promueve la organización sin ánimo de lucro The Nature Conservancy (TNC). Además de la sustancial quita asociada, la reestructuración financiera se traduce en una ampliación del plazo para su reembolso, así como una reducción del servicio financiero, lo que otorga mayor flexibilidad al deudor, permitiendo liberar recursos que serán aplicados a programas relacionados con la protección de los ecosistemas marinos.

En el arreglo contractual Belice asume varios compromisos medioambientales: i) la obligación de destinar 23,4 millones de dólares a la protección de sus ecosistemas marinos a través de una cuenta específica gestionada por una entidad asociada a TNC (Marine Conservation Endowment Account); ii) la extensión de la protección hasta el 30% de su zona oceánica, incluyendo arrecifes de coral y manglares, y iii) la fijación de un marco de referencia para desarrollar proyectos de carbono azul, entre otros. Además, en el acuerdo, la agencia estatal americana US International Development Finance Corporation (DFC) ofreció a los tenedores de los blue bonds una protección contra el riesgo político para facilitar la transacción y mejorar la calidad del riesgo de la emisión hasta alcanzar el grado de inversión. El ahorro financiero generado permitirá al país desarrollar un ambicioso programa de conservación de los espacios naturales y de fomento de la economía azul sostenible durante los próximos 20 años.

La transacción realizada replica la desarrollada en la República de Seychelles en 2018, aunque a una escala más relevante (la deuda reestructurada ascendía en aquel caso a 22 millones de dólares). Una solución financiera innovadora que permite al emisor reestructurar su deuda, a la vez que contribuye a la protección del blue natural capital que incluye uno de los mayores arrecifes de coral del mundo, así como a impulsar el turismo y la explotación pesquera sostenible, dos actividades que suponen las principales fuentes de ingresos del país.

Los DNS hunden sus raíces en los años ochenta. Bolivia fue el primer país en alcanzar un acuerdo de este tipo por el que asumió un compromiso de protección de la reserva de la biosfera del departamento de Beni. Estas transacciones parecen resurgir con fuerza gracias a los vientos favorables de la lucha contra los efectos del cambio climático, el impulso firme de instituciones orientadas a la protección de la biodiversidad, así como el creciente interés de los inversores ESG que aspiran a alcanzar el equilibrio entre la rentabilidad financiera y la sostenibilidad.

En la medida que haya un diseño contractual eficiente, estos arreglos permiten alcanzar tres objetivos: i) reestructurar la deuda de los países en vías de desarrollo, hasta alcanzar niveles sostenibles desde el punto de vista financiero; ii) generar recursos financieros que se canalicen hacia la protección de los ecosistemas marinos y la explotación responsable de sus recursos, y iii) captar el interés de los inversores, especialmente de aquellos que adoptan criterios ESG en la toma de decisiones. Se abre así paso un nuevo instrumento financiero, los blue bonds, orientado a promover la explotación sostenible de los recursos marinos y la protección de los océanos. La innovación financiera al servicio de la economía azul.

Eduardo Menéndez Alonso es Profesor titular de Economía Financiera y Contabilidad de la Universidad de Oviedo

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