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Hay pocos candidatos a imitar el veto del tenis femenino a Pekín

Las empresas y ONG occidentales hablan del empoderamiento femenino en sus países, pero excluyen las inversiones chinas de esos valores

La tenista Peng Shuai, en el Abierto de Australia de 2019.
La tenista Peng Shuai, en el Abierto de Australia de 2019.reuters

La Asociación de Tenis Femenino, WTA, ha suspendido lucrativos torneos en China tras no poder contactar con la estrella local Peng Shuai a raíz de sus denuncias por abuso sexual contra el ex viceprimer ministro Zhang Gaoli.

La WTA organiza nueve eventos en China y ha firmado un acuerdo de transmisión de 10 años con el servicio de streaming iQiyi por unos 120 millones de dólares. Eso significa que sacrificará importantes ingresos si Pekín no se doblega e investiga las acusaciones de Peng, a las que Zhang no ha respondido públicamente. Lejos de unirse al #MeToo, la policía china ha encarcelado en repetidas ocasiones a feministas que intentaban llamar la atención sobre el acoso sexual.

Perder un deporte internacional para proteger a un político retirado es mala imagen para el Partido Comunista. Los focos se dirigen ahora hacia el tenis masculino y, más en general, hacia las empresas occidentales, muchas de ellas patrocinadoras de la WTA, que hablan del empoderamiento femenino en sus países, pero excluyen las inversiones chinas de esos valores.

Goldman Sachs, por ejemplo, excluyó Asia de un compromiso de diversidad en los consejos para clientes de OPV. Empresas como Meituan, de entrega de comida a domicilio, y Xiaomi nunca han tenido una mujer como consejera, según la consultora Community Business. Incluso ONG ambientales como Greenpeace, que suelen vincular la sostenibilidad con los derechos humanos, parecen tener una laguna en torno a China.

Cuando el jefe de JP Morgan, Jamie Dimon, siente la necesidad de disculparse varias veces por un chiste o Hollywood da las gracias a las oficinas de propaganda de Xinjiang en los créditos, no hacen más que ayudar al Partido Comunista a evitar que se le aplique el componente social de las normas ASG. De hecho, hubo un gran salto de 7.700 millones de dólares de flujos hacia los fondos ASG de China en el tercer trimestre, según Morgan Stanley. El débil historial de los capitalistas occidentales aspirantes a woke hace que, lamentablemente, sea difícil ver a muchos de ellos siguiendo el ejemplo de la WTA.

Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías

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