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Los comuneros de un bosque gallego buscan fondos para preservarlo

La Devesa da Rogueira es el primer monte ecosistémico de España El proyecto lucha por mantener la certificación FSC

Panorámica del bosque de la Devesa da Rogueira.
Panorámica del bosque de la Devesa da Rogueira.
Manu Granda

José Antonio Castro observa desde la altura un bosque en el que podemos encontrar especies como tejos, robles, acebos o castaños. Mientras mira esa superficie arbórea que se ha teñido de diferentes colores por la llegada del otoño, comenta que hace poco él vivía en un lugar muy distinto, en la ciudad de Lugo, y que era soldador.

En la pandemia, este hombre, que está en la treintena, dice que su cabeza hizo un clic y decidió volverse a su pueblo, Moreda, una aldea de poco más de 20 habitantes que está en medio de la Devesa da Rogueira (en la sierra de O Courel), una masa forestal que, en parte, ahora le pertenece.

Castro es uno de los 32 propietarios comuneros que cuidan de esta joya natural de más de 440 hectáreas que, como prueba de su alto valor ecológico, recibió en marzo de 2020 el primer certificado FSC (Forest Stewardship Council) de servicios del ecosistema en España, por la conservación de la biodiversidad.

“Para nuestros padres era una victoria que nosotros nos fuésemos de aquí. La vida era dura. Los de mi generación nos marchamos, pero vimos que lo que había fuera no era mejor que lo que había en el pueblo y volvimos. Queremos vivir como se vivía antes en la Devesa y conservarla”, relata Castro, que se dedica a la ganadería extensiva en la zona.

La distinción con la que cuenta este espacio dura cinco años y se somete a controles

Paseando por la Devesa, se pueden observar troncos cortados, vestigios de su pasado como explotación maderera, una actividad que se abandonó en la zona hace más de medio siglo. Hoy, gracias a los esfuerzos de los comuneros, la masa verde de la Devesa se ha recuperado. Tan bueno es el estado del bosque que incluso ha vuelto el oso pardo, un mamífero que hacía muchos años que no se dejaba ver por el lugar.

Inversión

El desafío para los comuneros ahora es conseguir inversión privada o ayudas públicas para seguir cuidando de esta joya natural certificada. “Nuestras poblaciones necesitan apoyo económico para impulsar nuestra economía local, puesto que nuestro objetivo es preservar estos bosques, compartirlos con la sociedad y para generaciones futuras, tal y como hicieron nuestros antepasados. La Devesa da Rogueira es un legado y patrimonio natural y consideramos que la responsabilidad de conservarlo debería ser compartida”, asegura Dolores Castro, comunera y alcaldesa de Folgoso do Courel, un concejo que engloba 45 núcleos de población de poco más de 1.000 habitantes.

El certificado FSC con el que cuenta este monte, la principal herramienta de los comuneros para atraer inversores, tiene una vigencia de cinco años e implica auditorías de control y seguimientos anuales. “La demostración rigurosa de estos impactos proporciona a las empresas comprometidas la posibilidad de invertir en la conservación y mejora de los servicios de los ecosistemas. Nuestra misión es la de conectar propietarios forestales con empresas, organizaciones y Administraciones, posibilitando la creación de alianzas estratégicas de alto valor en la sociedad”, explica Gonzalo Anguita, director ejecutivo de FSC España.

Agroamb es, de momento, la única empresa que patrocina
esta iniciativa

De momento, solo han conseguido atraer a un inversor, Agroamb, una empresa lucense que se dedica al tratamiento de los residuos orgánicos del sector industrial para producir fertilizantes. Sin embargo, los comuneros confían en encontrar más compañías que se impliquen en este proyecto.

“La inversión en servicios del ecosistema es una excelente oportunidad para proteger el patrimonio natural de nuestro entorno, dando, además, relevancia a la labor de los comuneros, que han sabido gestionar estos maravillosos montes durante toda su vida sin provocar alteraciones en el ecosistema”, señala Severiano Ónega, el consejero delegado de Agroamb.

“Es una enorme satisfacción apoyar proyectos que ayudan a fijar población en zonas como O Courel y, con ello, apoyar el desarrollo rural gallego. Esta iniciativa refuerza nuestro compromiso con el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, una iniciativa de Naciones Unidas de cuyo Pacto Mundial Agroamb es firmante y vocal del comité ejecutivo de la red española”, añade el directivo.

Un grupo de personas hace senderismo por la zona.
Un grupo de personas hace senderismo por la zona.

Cómo funcionan los sellos FSC

Dos tipos. FSC (siglas en inglés de Consejo de Administración Forestal) es una organización internacional sin ánimo de lucro cuyas siglas podemos encontrar en una gran cantidad de productos relacionados con la madera, como papel o muebles. Y quiere decir que dicho producto está certificado. Hoy, FSC emite dos tipos de certificados. El primero es el de cadena de custodia, que garantiza la trazabilidad del tratamiento de la madera desde el momento en que se extrae hasta que llega al consumidor final. El segundo es el de gestión forestal, que aplica a los propietarios y gestores de superficies forestales.

Más allá. En el caso del sello de servicios del ecosistema que tiene la Devesa da Rogueira, se trata de una ampliación del de gestión forestal. “Es decir, que una superficie forestal puede certificar su gestión y, además, demostrar el impacto positivo que tiene sobre los ecosistemas”, puntalizan en FSC. Así, los servi­cios de ecosistemas que certifica la firma son cinco: secuestro y almacenamiento de carbono, servicios de las cuencas hidrográficas, conservación del suelo, servicios recreativos y conservación de la biodiversidad. Este último es el tipo de sello que posee la Devesa.

Incentivo. “De esta forma, los propietarios forestales, demostrando el impacto positivo de su gestión forestal, pueden solicitar compensaciones económicas que dependen de la inversión de la firma”, añaden desde FSC.

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Sobre la firma

Manu Granda
En la actualidad cubre la industria del automóvil en la sección de Empresas. Previamente pasó por el área de Economía, donde escribió de laboral. Como 'freelance', cubrió la temporada de incendios del verano 2019-2020 en Australia para EL PAÍS. Es graduado en periodismo por la Universidad Rey Juan Carlos y cursó el Máster de periodismo de EL PAÍS.

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