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En colaboración conLa Ley

Manuel Deó: “No hay mayor conciliación que elegir en lo que trabajas y cuándo trabajas”

Los fundadores de la firma, Rosa Espín y Manuel Deó, lideran un modelo innovador que se ha abierto hueco en el sector

Rosa Espín y Manuel Deó, co-CEO de Ambar Partners.
Rosa Espín y Manuel Deó, co-CEO de Ambar Partners.Pablo Monge

Ambar Partners, la firma legal disruptiva que desembarcó en España a principios de febrero de 2020 de la mano del gigante Axiom, ha cumplido un año y medio de vida. En este tiempo, han capeado una pandemia mundial y se han consolidado como una alternativa a los bufetes tradicionales. Así lo afirman sus fundadores, Manuel Deó y Rosa Espín. “El éxito de Ambar en España ha superado con creces las expectativas y previsiones más optimistas que teníamos”, asegura Deó. Hoy son ya más de 150 abogados y trabajan para clientes exigentes, entre ellos, diez empresas del Ibex 35.

La fórmula es atractiva: servicios legales de primera a mitad de precio. ¿El secreto? “Nosotros detraemos de nuestra estructura los costes que no reportan ningún valor al cliente y que este no quiere ver reflejados en la factura”, expone Deó. Es decir, suprimir lo que no interesa para pagar por lo que se necesita. Siempre bajo la filosofía de ofrecer un servicio de “primerísima calidad”. Hoy se buscan soluciones ágiles y creativas. “Nuestra propuesta de valor es la configuración a medida perfecta del abogado, o del equipo de abogados, óptimo para cada asunto, para cada proyecto, como si fuera una labor de un neurocirujano”, explica el co-CEO.

La eficiencia es otra de las obsesiones en Ambar. Al final, se trata de que “el abogado se dedique a aportar valor añadido en las cuestiones que realmente importan”, señala Deó. Para optimizar las tareas, se apoyan en herramientas tecnológicas. Una apuesta que la crisis del coronavirus no ha hecho más que reafirmar. “Tenemos claro que 2022 viene con grandes proyectos, en donde la tecnología va a tener un peso todavía mayor”, apunta Deó. Vislumbra un entorno en el que habrá que satisfacer la demanda de asesorías jurídicas “muy sofisticadas, que conocen y saben escoger la solución más adecuada para cada problema”.

Sin perder de vista la vocación internacional, Ambar está enfocada en la conquista patria. “España tiene un gran apetito por que ese modelo triunfe”, afirma el co-CEO. ¿Cuál es la apuesta? “Nos definimos como la firma de servicios legales del futuro”, dice. Una alternativa a los bufetes tradicionales. “Va a haber espacio para todos”, augura.

El nuevo entorno exigirá nuevas soluciones. La crisis del coronavirus “ha tenido un efecto multiplicador y acelerador de muchísimas tendencias que nosotros ya defendíamos”, expone Rosa Espín. Se refiere al trabajo en remoto, a su desmaterialización, o a la importancia de las nuevas tecnologías. También al peso de la conciliación y a las nuevas formas de trabajo. “Este periodo ha impactado mucho a muchos abogados”, reflexiona. La firma tuvo que lidiar con el confinamiento nada más arrancar, en plena etapa de reclutamiento. “La primera semana recibimos 800 solicitudes”, recuerda Espín. Ahora tienen encima de la mesa más de 3.000.

Trabajar para vivir

Frente a las jornadas maratonianas denunciadas en grandes consultoras, la firma ofrece un modelo por proyectos que permite a los letrados compaginarlo con sus aficiones.

El perfil del abogado de Ambar es el de un profesional sénior (de 10 a 15 años de experiencia) procedente de un gran despacho. El proceso de selección es muy riguroso, el 95 % de las solicitudes se ha quedado fuera. Con ello, explica Espín, “todo el mundo tiene ese sello de excelencia que nosotros queremos, y eso unifica”. Los letrados, comenta Deó, están “muy a gusto”, tanto con su sueldo como con su trabajo. Son, añade, profesionales experimentados con “inquietudes intelectuales y personales muy notables”.

Trabajar por proyectos permite jugar en la Champions y conciliar la vida personal. Hacer un máster, escribir una novela, viajar, dedicarse a la fotografía o la música. No se les penaliza por decir “no” en un determinado momento. “No hay mayor conciliación que un modelo en el que eliges en lo que trabajas y cuándo trabajas”, subraya Deó.

A más motivación, mejor desempeño. “Si están en un asunto de máxima exigencia, como es una transacción de M&A, o un litigio complejo, tienen muchísimo mejor rendimiento porque han aceptado expresamente ese proyecto y quieren hacerlo”, indica Deó. Algo esencial en la firma es el traje a medida. “Lo que nosotros ofrecemos a nuestros clientes también se lo ofrecemos a nuestros abogados”, recalca.

Cuando miran al futuro, Manuel Deó y Rosa Espín lo hacen con ilusión. Se ven liderando un proyecto consolidado “que ofrece una alternativa de primerísimo nivel, mejor para clientes y abogados”.

El bosque de Ambar, contra la huella de carbono

En 2019, los europeos emitimos más de 6 toneladas de CO2 por persona, según Eurostat. Esta contaminación proviene de distintas actividades, entre las que destacan el transporte, la industria o la generación de energía.

Una de las formas más eficientes para combatir el cambio climático es plantar árboles. La madera atrapa el dióxido de carbono y produce oxígeno, mejorando la habitabilidad del planeta. Por ejemplo, Aquae, la Fundación del Agua, calcula que, para compensar el consumo de un coche, cada conductor debería plantar dos árboles al año. La misma cantidad que por cuatro ordenadores encendidos durante una semana laboral.

La fórmula ha calado en Ambar, que cuenta con un bosque en la Comunidad de Madrid, el Bosque Ambar, donde plantan los árboles equivalentes a la huella de carbono que generan. Con ello, afirma Rosa Espín, co-CEO de la firma, “cada uno de nuestros proyectos tiene un impacto cero”. Los clientes reciben un certificado y la ubicación exacta de cada planta que, gracias a ellos, da vida al monte.

La sostenibilidad, subraya Espín, es seña identitaria de la firma. Es el foco del modelo, “no como una tendencia ni como una estrategia de marketing, sino como una realidad”.

A los hechos se remite cuando asegura que su negocio contamina un 77% menos que el de un despacho tradicional. Además, añade, Ambar fue “la primera firma paper free en España”. “Ni siquiera tenemos impresoras”. El entorno es coherente. La oficina, construida con materiales reciclados, aprovecha la luz natural al máximo y se nutre de electricidad 100% verde.

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