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Herencias y sucesiones: ¿cómo debemos planificar para el futuro?

Trazar hoy un plan global y a la medida y dejar a un lado las emociones es vital para tomar mejores decisiones

Pensar en el día en el que ya no estemos no es fácil. Es algo que nos dicen las cifras y que todos sabemos. ¿El motivo? Los seres humanos somos emocionales y postergadores por naturaleza. Y esto que supone un freno a la hora de planificar nuestra vida a largo plazo se materializa en algunos datos que nos llaman la atención, como, por ejemplo, el hecho de que el 90% de los españoles no tenga hecho su testamento. ¿No nos preocupamos por lo que le pueda pasar a nuestra familia cuando ya no estemos? La respuesta es que sí nos preocupamos, pero fallamos a la hora de ocuparnos y tomar medidas.

¿Cómo podemos enfrentarnos a este momento?

Hace unos meses, en Abante celebramos una conferencia con Mago More en la que pusimos el foco en la importancia de tomar decisiones sobre el futuro y por qué nos comportamos como lo hacemos. Tomando como referencia la metáfora el psicólogo norteamericano Jonathan Haid, hablamos de cómo nuestro elefante -nuestro cerebro más emocional, impulsivo y cortoplacista- domina a nuestro jinete -nuestro lado más racional y que piensa a largo plazo-.

En la última conferencia de nuestro ciclo sobre planificación sucesoria que celebramos hace unas semanas en Abante, Belén Alarcón, socia de Asesoramiento patrimonial, nos recordó que si queremos tomar buenas decisiones sobre nuestro futuro debemos darle herramientas a nuestro jinete, que es vago y lento por naturaleza.

¿Y cómo podemos empezar? Alarcón explicó que, cuando hablamos de la herencia y de cómo transmitir el patrimonio a la siguiente generación, lo primero que debemos hacer es tener claro qué queremos hacer y qué nos ilusiona, y luego ver qué decisiones económicas deberías tomar, es decir, cuantificar eso que queremos. En este punto también es importante visualizar las consecuencias de las decisiones que hasta la fecha habíamos tomado.

Del yo individual al yo compartido

Muchos de los errores que cometemos cuando pensamos en nuestro dinero y en nuestra familia es tener en cuenta solo una parte de la ecuación. Por ejemplo, queremos ayudar a nuestros hijos y nos planteamos hacerles una donación en vida sin tener en cuenta si nosotros vamos a necesitar ese dinero más adelante. Por eso es fundamental trazar un plan y hacer un ejercicio de reflexión en el que tengamos en cuenta nuestra parte individual -mis circunstancias y qué quiero para mí-, la parte familiar y la parte empresarial, si se da el caso de que tenemos una empresa familiar.

Y es que en las empresas familiares hablar de la sucesión y de las generaciones futuras es todavía más complicado porque conviven dos sistemas que son antagónicos y que tienen que entenderse: familia y empresa. Este ecosistema hace que existan diferentes puntos de vista y diferentes realidades de cada familiar, desde el que trabaja en la empresa y cree que no hay que repartir dividendo porque hay que reinvertirlo en la empresa, hasta el familiar que no trabaja y que espera cobrar el dividendo.

Para evitar conflictos hay que trazar un plan estratégico y táctico, tanto para que la empresa sea rentable como para atender a los distintos intereses que tienen las personas implicadas. Y en este punto es fundamental que haya una visión compartida y que todos los familiares aprendan a comunicarse.

En esta parte de la formación, es muy importante profesionalizar las relaciones para que los lazos familiares no interfieran y, también, regular acuerdos de mínimos que sean lo suficientemente flexibles para que la familia y la empresa puedan adaptarse a cuestiones que a día de hoy no imposibles de prever. Además, la formación también es imprescindible porque ayuda a las personas a involucrase en el proceso y a implicarse en todas las decisiones que se toman. Esto hace que no deleguemos nuestras decisiones sobre qué hacer con nuestro futuro en otras personas. Nos hace ser más realistas y conscientes.

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En Abante somos especialistas en ayudar a familias y a empresas para que puedan trazar el plan estratégico y a la medida que necesitan. ¿Quieres contarnos tu caso?

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