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El Banco de España rebaja casi a la mitad el impacto positivo de la ayuda europea en el PIB de 2021

Aportarán seis décimas al PIB en lugar de un punto. Se ejecutarán 11.600 millones ahora; 31.200 en 2022 y 23.500 en 2023 El supervisor prevé que la política fiscal siga siendo expansiva este y el próximo año y contractiva el siguiente

El Banco de España prevé un retraso en la ejecución y absorción de las ayudas europeas
Belén Trincado / Cinco Días
Juande Portillo

El efecto positivo sobre la economía española del maná europeo, los 70.000 millones en transferencias que España recibirá entre 2021 y 2023, se hará esperar. Así lo teme al menos el Banco de España que, en su último boletín económico, rebaja casi a la mitad el potencial impacto de las ayudas sobre el crecimiento económico para este año.

“La información disponible más recientemente sugiere que la absorción de los fondos del Plan de Recuperación Transformación y Resiliencia habría sido relativamente modesta hasta la fecha”, apunta el documento. “A la luz también de los retardos habituales entre la aprobación de los concursos para la realización de inversiones públicas y la materialización del gasto, procede revisar el calendario de absorción, de modo que se asume ahora que una parte de la misma tiene lugar de forma algo más tardía”, agrega. En concreto, el Banco de España rebaja el empuje de las ayudas sobre el PIB de 2021 a solo seis décimas, frente al punto de crecimiento adicional inicialmente estimado.

“Este año se van a absorber menos fondos europeos de los que veníamos previendo”, resume Óscar Arce, director general de Economía y Estadística del Banco de España. “La reducción no es menor, es sustancial”, reconoce, si bien asume que el estímulo simplemente se retrasa. “Si se trata de gastar algo menos en 2021, pero de gastar más en 2022 y 2023, lo que aumentará entonces la capacidad de crecimiento, no me preocuparía”, expone.

A la espera de conocer el impacto, los cambios son sustanciales. Así, mientras que el Estado contaba con movilizar algo más de 30.000 millones de euros de los fondos europeos (sumando los del mecanismo de recuperación en sí con los recursos del fondo React EU), el Banco de España ya rebajaba la cifra algo por encima de los 15.000 millones en junio. Ahora apenas confía en la ejecución de 11.600 millones de euros (6.250 asociados a gasto corriente y 5.350 en capital).

Para 2022, cuando el Gobierno barajaba una inversión algo superior a los 25.000 millones, y el supervisor estimaba inicialmente que rondaré los 30.000, el Banco de España dibuja ahora la movilización de 31.200 millones (25.900 en capital y 5.300 en gasto corriente).

Finalmente, el escenario de 2023, en el que oficialmente se iban a ejecutar algo más de 20.000 millones, como también asumía la institución que gobierna Pablo Hernández de Cos en junio, acaba arrojando la movilización de 24.500 millones (21.700 en capital y 2.800 en el corriente).

Efecto fiscal

Más allá, el Banco de España modifica sus proyecciones sobre el impacto fiscal de las ayudas europeas en las cuentas públicas del país. “La última información disponible ha conducido al abandono del supuesto de neutralidad en términos del déficit público, año a año, del gasto con cargo a los fondos del denominado React. En concreto, este gasto tendría un efecto amplificador del déficit de magnitud moderada en el corto plazo, que se vería compensado por un efecto de signo opuesto a partir de 2023”, explica.

“La evolución de las distintas variables presupuestarias, resultante de los supuestos formulados acerca de ellas, junto con la brecha de producción estimada de manera coherente con el resto de las proyecciones macroeconómicas, permite realizar una estimación del tono de la política fiscal, medido por la variación del saldo estructural primario neto de los fondos europeos”, expone el documento.

“El resultado obtenido de acuerdo con este procedimiento es tal que el tono de la política fiscal sería, como ya ocurriera en 2020, notablemente expansivo en 2021 y 2022 (en 1,3 y 1,5 puntos porcentuales del PIB, respectivamente). Sin embargo, en 2023 pasaría a ser contractivo (en 0,6 puntos porcentuales), como consecuencia de la reducción estimada del impulso derivado de los fondos europeos, cuyo mayor nivel estimado se alcanzaría en 2022”, concluye el Banco de España.

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