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Las joyas de los sistemas de pagos se oxidan en las cajas de los bancos

Los bancos europeos obtienen poco crédito en Bolsa de sus negocios de transacciones con tarjeta para empresas

Si lo tienes, presume de ello es un aforismo que parecen haber olvidado los bancos europeos que atesoran sus joyas de sistemas pago. BNP Paribas, Société Générale, Lloyds Banking Group y otras entidades obtienen un escaso crédito en el precio de las acciones por los negocios potencialmente valiosos que procesan las transacciones con tarjeta para las empresas, conocidos como merchant acquiring. Quedarse con los activos significa perder terreno frente a los advenedizos [upstart, en inglés] digitales.

Las valoraciones de los bancos europeos y de las empresas de pagos llevan años divergiendo. El coronavirus, que hizo que un mayor número de clientes comprara por internet y prefiriera las tarjetas a los billetes, supuso una sacudida adicional.

Las acciones de la italiana Nexi y la francesa Worldline han subido un 38% y un 31% respectivamente desde principios de febrero de 2020, frente a la caída del 1% del índice Euro Stoxx Banks. Los procesadores de pagos cotizan con una mediana de 10 veces los ingresos finales, según los analistas de Barclays. Por el contrario, los inversores suelen valorar los bancos más antiguos con un descuento sobre el valor de los activos menos los pasivos.

Las ventas o disgregaciones serían una forma lógica de materializar el valor oculto. Intesa Sanpaolo acordó en 2019 la venta de su negocio de merchant acquiring a Nexi por 1.000 millones de euros. Swedbank y Handelsbanken también están considerando deshacerse de sus unidades de pagos, según los medios.

Otros, como SocGen y Lloyds, deberían considerar lo mismo. Cada uno de ellos procesó unos 72.000 millones de euros en transacciones con Mastercard y Visa el año pasado, según Nilson Report. Supongamos que cobran a los comerciantes un 0,2%, algo menos que las comisiones de Nexi, y apliquemos el múltiplo de 10 veces del sector. Las dos unidades tendrían un valor de unos 1.500 millones de euros, lo suficiente para financiar un fuerte pago a los accionistas o las muy necesarias mejoras informáticas.

Sin embargo, algunos jefes de bancos siguen siendo reticentes. Las divisiones de pagos ofrecen una rara fuente de crecimiento para los prestamistas que luchan contra los tipos de interés ultrabajos. El ejemplo de Royal Bank of Scotland, que vendió Worldpay en 2010 para ver cómo se disparaba su valor, dominará su pensamiento.

Esa es una mala razón para quedarse con lo que son negocios de baja escala en una industria que se concentra rápidamente. Los analistas de JP Morgan estiman que los 10 principales merchant acquiring de Europa procesaron solo dos tercios de los pagos de la región el año pasado. Los 10 principales de Estados Unidos representaron el 90% de los volúmenes de transacciones de ese país.

De los bancos europeos, solo Barclays tiene la escala y las habilidades digitales para mantener a raya a advenedizos como Adyen, Checkout.com y Stripe. Para el resto de los prestamistas, las joyas de los pagos bien guardadas corren el riesgo de perder su brillo.

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