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Emérito Quintana: “Con una cartera bonita tendría rentabilidades mediocres”

En 2013 empezó a gestionar un patrimonio familiar, que ha logrado revalorizar un 293%

Emerito Quintana, asesor del fondo Numantia Patrimonio Global.
Emerito Quintana, asesor del fondo Numantia Patrimonio Global.
Miguel Moreno Mendieta

No hay muchos inversores profesionales treintañeros. Menos aún, que con esa edad puedan acreditar rentabilidades medias anuales superiores al 20%. Emérito Quintana (Arnuero, Cantabria, 1988) es una de esas excepciones. El fondo que asesora, Numantia Patrimonio Global, está entre los 10 mejores fondos españoles de los últimos tres años. De ser un vehículo casi exclusivamente para familiares y amigos, ahora roza los 40 millones de euros de patrimonio. Quintana combina posiciones en compañías clásicas con algunos de los mejores exponentes de la nueva economía, como Tesla, Amazon, Facebook, Spotify o MicroStrategy (una compañía cuyo principal activo es su inversión en bitcóins).

R. ¿Cómo llegó a la inversión?
R. Estudié ingeniería industrial en la Universidad de Cantabria pero ya en la carrera empecé a sentir que lo que más me gustaba era el mundo de la inversión. Vengo de una familia de empresarios. Mis padres tienen un hotel, mis abuelos han tenido explotaciones ganaderas, canteras, bosques madereros... Poco a poco me di cuenta de que las inversiones me apasionaban, que no eran una cuestión de números y gráficas, sino de empresas, proyectos y personas. Por eso, al acabar, empecé a formarme en el ámbito financiero, con un postgrado, títulos EFPA y del Instituto de Estudios Bursátiles y luego un Máster de Economía de la Escuela Austriaca.
R. Pero, ¿en qué momento empezó a invertir?
R. Mientras me formaba ya empecé a hacer mis primeras inversiones. Después, en 2013 mi familia vendió un inmueble y con el dinero creamos una sociedad para invertirlo, y me encomendaron que lo hiciera yo. En ocho años ese dinero se ha revalorizado un 293%. Además, cuando acabé el máster entré a trabajar como analista de inversiones para la aseguradora España SA.
R. ¿Qué le lleva a impulsar un fondo?
R. La rentabilidad de la sociedad familiar iba muy bien, había gente que quería entrar, así que hablé con la gestora Renta 4 para poder crear un vehículo y quedarme como asesor. Ahora, además, me he registrado como Empresa de Asesoramiento Financiero (EAF), para formalizar más la relación.
R. Ha compatibilizado el trabajo en la aseguradora con el de asesor...
R. Durante un tiempo sí. La labor de análisis se solapaba en buena medida. Pero hace dos años dejé el trabajo en España SA, y volví a Santander para dedicarme en exclusiva al fondo. Quería estar más cerca de mi familia, para ayudar a mis padres con las empresas, y para tener mejor calidad de vida.
R. ¿Dónde encuentra las ideas de inversión?
R. Estudio las carteras de inversores a los que admiro, leo muchos artículos y tesis de inversión, analizo a los rivales o a los proveedores de empresas que ya tengo en cartera... Lo importante es tener siempre una curiosidad intelectual. Ha habido veces que he llegado a ponerme a analizar las empresas de la Bolsa de Nueva Zelanda, por orden alfabético.
R. ¿Y encontró alguna buena?
R. Pues sí, invertí en una empresa de residencias de la tercera edad, Ryman Healthcare, una compañía excelente. También he invertido en empresas de Sudáfrica, en fabricantes de barricas de robles, y de camiones de basura, en empresas con royalties sobre el oro...
R. El fondo tiene muchas compañías tecnológicas. ¿Son su debilidad?
R. No especialmente. Mi forma de buscar compañías es siempre la misma. Busco buenos negocios, que tengan ventajas competitivas sostenibles y que coticen a buenos precios. En el caso de las empresas más tecnológicas, a veces las tesis de inversión no son tan evidentes porque están invirtiendo mucho para tener una posición de dominio en el futuro, y la contabilidad no es tan clara. Pero además de invertir en Amazon, Tesla o Spotify, también tengo inversiones en empresas que son fundamentalmente inmobiliarias, como Howard Hugues, o de infraestructuras, como Brookfield, o de seguros, como Markel.
R. ¿Su juventud condiciona su forma de invertir?
R. No creo, la verdad. La clave es mantener viva la curiosidad, ampliar el círculo de competencias, seguir aprendiendo. Eso lo puede hacer alguien de 30 años o de 60. Es verdad que tal vez sea más fácil para alguien joven entender mejor las dinámicas de empresas como Netflix, Spotify o Apple, porque al final estamos más habituados a utilizar de forma intensiva sus servicios.
R. Pero, la buena rentabilidad del fondo viene en buena medida de empresas tecnológicas...
R. Sí. Al final, si quieres rentabilidades potentes, necesitas entrar en empresas y sectores polémicos. Si quieres un cartera bonita, de empresas sólidas, de calidad, con buenos dividendos... acabarás teniendo rentabilidades mediocres.
R. Un buen ejemplo es Tesla...
R. Hace cuatro años yo invertía en BMW y en Porsche Holding. Y era muy contrario a Tesla, me parecía que estaba sobrevalorada. Pero es importante cuestionarse a uno mismo. Acabé estudiando a fondo la tesis de inversión y vi que Tesla vale más por el software que está desarrollando para la conducción autónoma que por los vehículos eléctricos que fabrica. Al final invertí y acabó multiplicando por 10 su valor. Se revalorizó tanto que tuve que vender para no saltarme los límites de concentración que tiene el fondo.
R. Algo parecido le pasó con bitcóin
R. Sí. Era algo que no me interesaba. Para alguien acostumbrado a valorar flujos financieros futuros es difícil valorar un criptoactivo. Afortunadamente, mis conocimientos de ingeniería me permitieron entender mejor cómo funciona la tecnología que hay detrás, y la formación económica me ayudó a entender la historia del dinero, y el papel que puede jugar el bitcóin como sistema de preservación y transmisión de valor. Al final, opté por invertir en MicroStrategy, una empresa de programación que ha decidido apostarlo todo al bitcóin, y en la que dos tercios de su valor provienen de sus inversiones directas en bitcóins. Aquí también me pasó que se revalorizó tanto que tuve que vender parte.
R. ¿Le condiciona trabajar en la ciudad de Santander?
R. Vivo más tranquilo y me puedo concentrar a fondo en leer y en estudiar tesis de inversión. Sí que echo de menos de Madrid tener algunas reuniones con otros inversores para debatir sobre empresas, o para tener un trato más cercano con los inversores.

Sobre la firma

Miguel Moreno Mendieta
(Madrid, 1979) es licenciado en Derecho y Economía por la Universidad Carlos III. También cursó el Máster de Periodismo de El País. Se incorporó al periódico Cinco Días en 2006, tras pasar por la web de El País y Mi cartera de Inversión. Escribe sobre el sector financiero, con un foco especial en fondos de inversión y los seguros.

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