Cómo mejorar el sector inmobiliario en España
Un marco jurídico estable, menos burocracia y más oferta de suelo disponible son cuestiones claves para el mercado
Una cosa es segura, la situación que estamos viviendo de pandemia mundial unida a una crisis económica sin precedentes nos está cambiando la vida. Nuestra forma de trabajar, no solo en lo relativo a la manera que tenemos de relacionarnos con compañeros, clientes y proveedores, sino en lo relativo al espacio físico que ocupamos, ha sufrido un cambio radical pasando de ir y venir a diario a nuestras oficinas a conformar un espacio de trabajo casi permanente en nuestras casas.
Los hogares, el tipo de hogar de cada uno, ha cambiado en la mentalidad de la sociedad en estos últimos tiempos haciéndolo evolucionar y desarrollarse en aspectos inéditos hasta el momento. Asimismo, ha reconfigurado las prioridades tanto de los usuarios de los inmuebles, como de nosotras las promotoras, sumando agilidad al sector y haciendo del inmobiliario uno de los sectores más dinámicos de la economía tanto en España como a nivel internacional.
Es necesario que estas nuevas tendencias en materia de vivienda (y las que vendrán), puedan encontrar un marco normativo que favorezca su evolución y el desarrollo de los proyectos, que haga que crezcan y se ajusten a las demandas de los ciudadanos sin olvidar el atractivo para sus promotores. Para ello, es indispensable conformar un escenario legislativo que de seguridad y un horizonte de negocio atractivo a inversores y promotores, tanto nacionales como de fuera de España, pues no hay que olvidar que gran parte de la inversión en real estate en este país viene de fuera de nuestras fronteras.
En concreto, en lo relativo al desarrollo del mercado inmobiliario en España, si queremos mejorar el acceso a la vivienda de jóvenes y familias con menos recursos, la solución no está en la imposición de nuevas regulaciones partidistas y polarizadas, sino en el consenso. Un consenso que deberá contar con la visión de los agentes involucrados en la inversión y promoción de los proyectos ya que, de lo contrario, se podrá tender a una contracción de la inversión tanto institucional como a nivel pequeño inversor/propietario, dando lugar al efecto contrario al buscado: una menor oferta disponible y por lo tanto peores condiciones de acceso a la vivienda.
¿Posibles vías de mejora del sector? Son varias en nuestra opinión: desde mantener un marco jurídico claro y estable, a una menor burocratización del sistema que favorezca la entrada de más inversores, pasando por un incremento en la oferta de suelo disponible para la ejecución de nuevos proyectos. También es importante promover formatos de producto que se adapten mejor a las actuales necesidades de habitabilidad. Es decir, dar solución a la demanda para viviendas destinadas a hogares formados por una o dos personas.
A partir de estas vías de mejora, seguro se podrán encontrar puntos de acuerdo que favorezcan el acceso a un nuevo hogar para los diferentes perfiles de la sociedad, sin ir en contra de la iniciativa privada que es imprescindible para provocar cambios sostenibles en el tiempo. En definitiva, estamos hablando de seguridad y perspectiva a largo plazo para los proyectos de inversión, ingredientes necesarios para favorecer el crecimiento de nuevas inversiones que, al final, acabarán por adaptarse a los diferentes perfiles de demanda de sus consumidores.
Y es que el mercado inmobiliario en España siempre ha sido interesante desde el punto de vista de la inversión. Si contextualizamos con algunos datos del mismo, vemos que a pesar de lo complicado de la situación y a falta de descontar el impacto real que la evolución de la tasa de desempleo nacional pudiera tener en el sector, algunos indicadores muestran una evolución de este más que positiva. Así, encontraríamos por ejemplo que la tasa de esfuerzo para comprar una vivienda (la relación salario / coste vivienda) se situaba a finales de 2020 en 5,9 años, mientras que a finales del 2010 estaba en 7 años, una mejora sustancial que deberá ser refrendada una vez analizados los primeros trimestres de 2021 y superadas las ultimas olas de coronavirus.
En cualquier caso, las previsiones para el sector no son malas a pesar de que lo más probable es que observemos atenuaciones generalizadas en el precio de la vivienda de en torno a un 2%, dependiendo, como siempre, de la ubicación. Según informes del sector, los factores que sostienen la demanda de vivienda (evolución del mercado laboral y confianza del consumidor) limitarán que los niveles de compraventa sean parecidos a los de 2019, pero con una ligera recuperación para el 2021, con entre 475.000 y 500.000 viviendas vendidas. No es un mal escenario para un año, el 2021, que aún será sin duda de transición hacia la normalidad pre Covid, en el mejor de los casos. A estas alturas del año, con todas las esperanzas puestas en una vacunación rápida y eficaz, esperamos poder ver un final de año lo más cercano a la normalidad posible.
En este contexto, y en lo que entendemos que a pesar de todo es un horizonte esperanzador, lo que necesita el sector y la sociedad en su conjunto, son unos mimbres fuertes, estables y claros para el desarrollo del escenario inmobiliario en España, tan importante en lo social, con tanto peso en lo económico y con un gran atractivo para la inversión que esperamos se mantenga por el bien de todos.
Sven Schoel es CEO de AQ Acentor