La movilidad sostenible será el motor de la recuperación
Urge concretar los esquemas de cooperación público-privada, clarificar el rol de las administraciones y acelerar las ayudas
La movilidad es la piedra angular de nuestra economía, de la cohesión social y del día a día de los ciudadanos a nivel regional, nacional y europeo. La industria de fabricación y los servicios vinculados al transporte terrestre proporciona 2,5 millones de puestos de trabajo directos en España y destaca por su elevado peso, de un 22% del PIB. El sector está caracterizado por la altísima competitividad de las empresas nacionales, las cuales han desarrollado tecnología punta que se exporta internacionalmente. Más allá de los fabricantes de automóviles, en España contamos con compañías de referencia en el ámbito del transporte de masas, concretamente en la fabricación de ferrocarril y autobuses, cuyos vehículos se venden en todo el mundo.
Precisamente este segmento, la movilidad colectiva, será un eje social clave y motor económico indiscutible las próximas décadas. La práctica totalidad de países del mundo se hallan inmersos en un proceso irreversible de transición sostenible, de conectividad y digital. Este concepto, que durante los últimos años ha podido llegar a sonar a cliché, comienza a estructurarse en planes de inversiones públicos que no se veían desde el Plan Marshall. El objetivo de la UE es alcanzar la neutralidad climática a mitad de siglo, y eso requiere reducir en más de un 90% las emisiones en el transporte. Con el fin de lograr esta meta, la Comisión Europea ha situado la movilidad colectiva sostenible e inteligente (eficiente) en el centro de su estrategia.
Para entender la importancia del transporte colectivo en esta transformación, basta con acudir a las cifras. En un año normal, sin pandemia, más 10.000 millones de pasajeros escogen viajar en tren por toda Europa. En España son cerca de 630 millones los que lo utilizan anualmente en trayectos metropolitanos, interurbanos o de larga distancia. En materia de autobuses, las cifras también impresionan. Solo en nuestro país, 65.000 autobuses trasladan a 60 millones de viajeros al mes, una cifra que dobla la cantidad de vehículos particulares registrados.
La Unión Europea quiere descarbonizar el 40% de vías de ferrocarril que todavía quedan en Europa sin electrificar (37% en España), en las que a día de hoy operan trenes diésel, dando especial importancia a la alternativa del hidrógeno. La UE ha marcado el objetivo de doblar el tráfico de pasajeros en líneas de tren de alta velocidad para 2030 y triplicarlo para 2050. En materia de contratación pública para nuevos autobuses urbanos limpios (eléctricos o de hidrógeno), los objetivos mínimos europeos son del 45% en 2025 y un 65% en 2030.
La movilidad del futuro integrará vehículos libres de emisiones, eléctricos o de hidrógeno, que además serán conectados y autónomos. El transporte público y colectivo será la base del sistema de transportes, y junto con el transporte compartido, facilitarán su accesibilidad universal e impulsarán la cohesión territorial. En este ámbito, las empresas españolas parten de muy buena posición en las grandes ligas de fabricantes internacionales, no solo para poner sobre la mesa la tecnología y vehículos que transformen el panorama nacional, sino para liderar en el extranjero. El primer prototipo de tren de hidrógeno puesto en vía en España es un proyecto financiado por la UE que está liderado por una empresa española. También en los autobuses cero emisiones lideramos por cuota de mercado en Europa.
Además, nuestras empresas son también parte del selecto club mundial que tiene los medios y el know how para probar nuevos transportes limpios y combinarlos con sistemas basados en la IA e interconexión de vehículos en la nube. Tecnologías digitales marca España de conducción autónoma ya testan algoritmos eficientes que permitirían ahorros superiores al 10% en el transporte terrestre, o sistemas que rastreen daños en las vías a tiempo real o que proporcionen información sobre la ocupación al pasajero.
Esta transformación ya está en marcha con el Plan Nacional de Energía y Clima, el cual tiene como objetivo el despliegue de 5 millones de vehículos eléctricos en España en 2030. Igualmente, la Hoja de Ruta del Hidrógeno aspira al desarrollo de 2 líneas de tren y de cientos de autobuses propulsados por hidrógeno renovable antes de 2030. En movilidad inteligente, la DGT desarrolla su plataforma 3.0 para habilitar conectividad en tiempo real entre vehículos y contribuir a un objetivo de cero fallecidos, cero lesionados, cero congestión y cero emisiones.
A lo largo de los próximos seis años llegarán a España 140.000 millones de euros de fondos europeos, 26.634 millones ya incluidos en los Presupuestos Generales aprobados para 2021. El plan dedica más del 40% del total de los fondos a la transición ecológica de nuestra economía.
La movilidad es el sector más destacado en esta hoja de ruta, como refleja el hecho de que la Estrategia de Movilidad Sostenible, Segura y Conectada contemple una dotación de más de 13.200 millones de euros hasta 2023. Se trata de la mayor cuantía del recientemente aprobado Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, cuyo fin principal es lograr que los fondos se canalicen cuanto antes a la economía real y las empresas para impulsar esta transformación de la movilidad.
Esta Estrategia de Movilidad Sostenible, Segura y Conectada prevé actuaciones para maximizar el uso de los servicios de transporte colectivo mediante la electrificación y el hidrógeno. También contempla el desarrollo de corredores nacionales –Atlántico y Mediterráneo– y europeos, la modernización del transporte de mercancías, terminales logísticas, puertos y sus accesos, así como la incorporación de la tecnología de gestión inteligente de infraestructuras, la automatización del transporte y la logística y los vehículos conectados.
Las compañías fabricantes de vehículos de transporte de pasajeros estamos ya trabajando para construir esa nueva movilidad que transforme y acelere la recuperación de nuestra economía. Lo hacemos con el orgullo de ser un sector competitivo de renombre mundial que contribuye a la economía real y, además, a que esta cada vez sea más limpia.
Pedimos a las instituciones españolas, lideradas por el Gobierno de España, que actúen de forma ágil y coordinada para canalizar de forma efectiva el importante caudal de inversión. Es necesario concretar cuanto antes los esquemas de colaboración público-privada, clarificar el rol de las comunidades autónomas y entidades locales y acelerar las convocatorias de las líneas de ayuda.
Tenemos una oportunidad única para salir reforzados como país de la actual situación económica, con un potente y modernizado tejido productivo sostenible que fabrique los vehículos de transporte del mañana, no solo de España, sino de los cinco continentes. No dejemos escapar este tren.
Andrés Arizkorreta es presidente de Grupo CAF
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