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Gestión activa y flexibilidad para lograr (algo de) retorno

Mejores perspectivas en deuda gubernamental de emergentes, sobre todo de China, que de países desarrollados

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Los estímulos monetarios y fiscales lanzados tras el inicio de la pandemia han distorsionado los mercados mundiales de renta fija y alterado, más si cabe, la actitud de los inversores resignados a que este tipo de inversión conlleva riesgo. A eso se añade la incertidumbre respecto a si la inflación que los expertos prevén será transitoria o se quedará por un tiempo.

Inés del Molino, directora de cuentas de Schroders, es clara: “Es probable que las rentabilidades de la próxima década sean considerablemente inferiores a las de la década de 2010, dado que los rendimientos de los bonos a corto plazo se sitúan en torno a cero. Además, se espera que la cobertura del riesgo de la renta variable mediante los bonos sea menos fiable que en los últimos 20 años, aunque no creemos que haya un sustituto adecuado para los bonos y el efectivo como activo defensivo. En consecuencia, el efectivo y la deuda pública seguirán siendo la única solución para los inversores más conservadores”.

No obstante, no hay que perder la esperanza, y Del Molino recomienda “ser flexibles y moverse rápidamente para aprovechar las dislocaciones del mercado”.

Ante este panorama, los gestores están desarrollando una gestión cada vez más activa, ya que el universo de la renta fija es amplio y diverso y siempre es posible encontrar áreas de mercado que ofrezcan retorno en momentos difíciles del ciclo de la inversión.

Gracias a los estímulos de los bancos centrales, las emisiones corporativas reducen su nivel de riesgo y gustan a los expertos

Así lo ve Paul Brain, responsable de renta fija de Newton, parte de BNY Mellon IM, que ve oportunidades en los mercados de crédito corporativo y en deuda soberana emergente, donde el pronóstico es mejor que en la deuda gubernamental de países desarrollados, “ya que estamos percibiendo un mayor crecimiento con, potencialmente, menos impagos y donde hay más posibilidades para obtener beneficios y un mayor crecimiento económico”.

También Luca Paolini, estratega jefe de Pictet AM, está positivo en la región: “El único mercado de deuda gubernamental en positivo en lo que va de año es China, que cuenta con un banco central responsable, sesgo de ajuste, rentabilidad a vencimiento del 3% y una divisa que se aprecia. Estamos convencidos de que lo hará bien a corto y largo plazo”.

Perspectiva global

Bastian Gries, jefe global de mercados monetarios de Oddo BHF AM, por su parte, es positivo en general, ya que los bancos centrales siguen proporcionando un apoyo extraordinario a los mercados financieros y las economías se están recuperando con fuerza gracias a los avances en la vacunación. “Las empresas están generando sólidos beneficios, lo que se traduce en la mejora de los perfiles crediticios y en el descenso de las tasas de impago a nivel mundial”, analiza.

Los retornos de los bonos gubernamentales “han empezado el año más débiles y hemos visto cómo han ido creciendo. Probablemente, los rendimientos subirán ligeramente en los próximos dos trimestres”, prevé David Zahn, jefe de renta fija europea de Franklin Templeton. En cuanto a deuda corporativa, observa que el crédito de grado de inversión y el de alto rendimiento siguen funcionando bien. “Creemos que eso tiene sentido en este entorno macroeconómico; habrá un repunte del crecimiento con algo de inflación y, por tanto, esas empresas deberían hacerlo bien”.

No hay sustitutos para los bonos y el efectivo como activos defensivos

En opinión, de Erick Muller, director de estrategia de inversión de Muzinich & Co., los bonos globales de alto rendimiento cumplen todos los requisitos para funcionar bien. Sin embargo, “los inversores aún no cobran lo suficiente como para ir a la larga duración. Esperamos que esto ocurra más adelante en el año. También tenemos una visión favorable de las estrategias de corta duración con exposición al alto rendimiento y sobreponderamos el crédito de Estados Unidos y de los mercados emergentes, cuando es posible”.

Más oportunidades

Los emisores de deuda de alta calificación, las empresas líquidas, los emisores supranacionales y las agencias soberanas “tienen la deuda de mayor valor añadido. Estos activos todavía ofrecen un interés extra bajo pero decente, dado el contexto, si se compara con la deuda gubernamental, al tiempo que mantienen un bajo nivel de riesgo de crédito y una elevada posibilidad de salir de las inversiones si fuera necesario”, observa Jean Sayegh, responsable de renta fija de Lyxor AM.

“Las oportunidades creemos que están en las empresas que se aprovechen de la recuperación económica (bancos, turismo, líneas aéreas, sectores cíclicos, etc.), con independencia de su zona geográfica”, asegura Félix López, socio de Atl Capital, y añade que entre la deuda soberana y la corporativa elige, “sin duda, la corporativa, con la única excepción de la deuda de EE UU”.

En deuda soberana de occidentales, la excepción es Estados Unidos

Y ante quienes no ven oportunidades en renta fija, los inversores deberían pensar siempre que su cartera debe estar adecuadamente diversificada. Y en caso de picos de volatilidad, los bonos de larga duración ofrecen una cobertura, y esta es cada vez más eficaz a medida que los tipos suben”, recuerda Mauro Valle, head of fixed income de Generali Investments Partners.

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Ojo al dato

China. Es el segundo mercado de bonos del mundo, recuerda Zhang Qian, especialista en deuda china de Pictet AM; “sin embargo, la propiedad extranjera de estos bonos aún supone menos del 3%, aunque crece con su inclusión en índices internacionales y puede dar lugar a entradas de 250.000 millones de euros”.

En negativo. Cerca de 13 billones de euros en deuda cotizan con rentabilidad negativa. “Y eso es sin tener en cuenta la inflación esperada, lo que hace disparar aún más esta cifra. Con semejante panorama, son muchos los inversores que están tirando la toalla ”, advierte Pablo Martínez Bernal, director de ventas para España de Amiral Gestion.

La Fed. El mercado considera con un 100% de certeza que el tipo de interés de la Reserva Federal en la primavera de 2023 estará entre el 0,25%-0,50%, “iniciando su despegue”, describe Peter de Coensel, responsable de renta fija en DPAM.

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