Europa: la eterna promesa de un buen año bursátil
2021 ha empezado bien gracias a las vacunaciones pero los nuevos confinamientos han vuelto a dañar las previsiones económicas
Cada año parece que va a ser, esta vez sí, el año de Europa. El año en que la Bolsa del Viejo Continente va a volver por sus fueros y a recortar el terreno perdido con Estados Unidos. Pero cada año acaba sucediendo algo que hace que las cotizadas europeas se desvíen del camino. En 2021, los índices europeos han comenzado muy fuertes, con una revalorización cercana al 10%, pero varios nubarrones empiezan a aparecer en el horizonte.
Esta misma semana, el Fondo Monetario Internacional (FMI) ha divulgado sus previsiones de crecimiento para 2021. Respecto a la zona euro, las ha revisado a la baja: de esperar un 5,2% de crecimiento del PIB, ha bajado a un 4,2%. ¿El motivo? Que las nuevas cepas del coronavirus han provocado restricciones y confinamientos que no estaban previstos.
Además, el ritmo de vacunación está siendo en la eurozona más lento que en otras regiones, como Estados Unidos. Allí se ha inmunizado ya al 30% de la población, mientras que en Europa aún no se ha llegado al 15%.
Un informe de Bank of America explica que en el primer trimestre “ha habido más restricciones de las que esperábamos y eso significa menor actividad económica”. Desde esta firma consideran que el PIB de la eurozona no volverá hasta los niveles pre-Covid hasta finales de 2022.
La gran incógnita ahora es si la campaña de vacunación, que ya ha cogido velocidad de crucero, mantendrá el ritmo o surgirán problemas de abastecimiento o de efectos secundarios, como los ocurridos con AstraZeneca.
Si todo va como han anunciado los Gobiernos europeos, para el verano podría estar vacunada la mayoría de la población y se habría alcanzado en muchos lugares la inmunidad de rebaño. “En nuestras previsiones estamos asumiendo que la temporada turística se va a dar con normalidad, aunque no está nada claro”, apuntan desde Bank of America.
España, muy pendiente de la temporada turística
Crisis profunda. El impacto del Covid-19 en la economía española fue uno de los mayores de todo el mundo. El PIB se contrajo el año pasado un 11%, frente al retroceso del 6,6% de la zona euro o la caída del 3,5% en el PIB de EE UU. El alto peso del sector servicios y, especialmente, del sector turístico hizo que las restricciones a la movilidad afectaran mucho al país. En paralelo, la Bolsa española cerró el año con una caída del 15%. Para este año, el alza del PIB que espera el Gobierno será menor de lo esperado, del 65,% frente al 7,2% anterior.
Vacunación. La velocidad en la campaña de vacunación es crucial para la economía española. Si se cumplen las previsiones y para el inicio del verano ya está buena parte de la población europea inmunizada, las autoridades podrán levantar las restricciones y volverán los turistas ingleses y alemanes a las costas de la Comunidad Valenciana, Andalucía o Baleares. También se reactivaría el turismo nacional y los engranajes de la economía podrían volver a funcionar.
ERTE. Los expedientes de regulación temporal de empleo han sido una de las herramientas más importantes para evitar el colapso económico. Aun hoy, pese a haber pasado las etapas más duras de la pandemia, hay 743.000 personas en esta situación. El Gobierno ya ha apuntado que prolongará los ERTE más allá del 31 de mayo. Hace un año llegó a haber 3,3 millones de personas en esta situación.
Ibex. Por el momento, la Bolsa ha empezado el año más comedida que otros selectivos europeos, con un avance de casi el 7%. Algunos expertos consideran que si se cumple el calendario de vacunación, la economía española y el Ibex pueden despegar. “Dada la actual recuperación económica, el Ibex 35 podría terminar el año con un alza superior al 11%”, indica Víctor Peiro, director de análisis de GVC Gaesco Valores.
FMI. Esta misma semana, el Fondo Monetario Internacional ha revisado al alza su previsión de crecimiento para España, al 6,4% este año. Pese a ello, el Fondo asume que España tardará más que sus vecinos en recuperar los niveles económicos prepandémicos, que no alcanzará hasta 2023.
Otro de los factores que añaden algo de incertidumbre a las perspectivas sobre Europa es la puesta en marcha de los planes de estímulo. A diferencia de Estados Unidos, donde los macroprogramas fiscales se han activado con celeridad, incluso con un cambio en la presidencia, en la Unión Europea la implementación es más lenta.
Además, el plan de estímulos en EE UU ha sido ampliado por el nuevo inquilino de la Casa Blanca, Joe Biden, son su programa de construcción de nuevas infraestructuras, hasta representar el 13% de su PIB. Mientras que en Europa los diferentes programas no llegan al 7%.
Como ya sucedió con la última gran crisis económica, Europa saldrá más tarde y con un menor ritmo de crecimiento. “La divergencia en cuanto a datos económicos aún va a continuar un tiempo, lo que acabará pasando factura tanto a la Bolsa como a los bonos”, apuntan desde Citigroup.
Uno de los argumentos que juega a favor de los índices bursátiles europeos es su estructura, con una mayor predominancia de compañías cíclicas, como las industriales, las de gran consumo, así como con un peso significativo del sector financiero o el de materias primas.
Todas estas industrias, que llevaban años con un cierto desajuste en sus valoraciones, han subido como la espuma desde que en noviembre la compañía Pfizer anunció el éxito de su vacuna. Con la promesa de una reactivación económica rápida, la cotización de estas empresas más tradicionales ha volado. Frente a las compañías tecnológicas, que tuvieron un 2020 espectacular por los confinamientos masivos, y que ahora se han frenado.
El dinero de las grandes gestoras de fondos ha rotado hacia estos valores de “la vieja economía”, lo que ha impulsado a las Bolsas europeas. El Dax alemán se ha revalorizado un 11%; el Cac 40 francés, un 10,3%, y la Bolsa italiana ha avanzado un 11,4%. Ahora está por ver que las estimaciones de reactivación económica se cumplan para sostener estos avances.
Otro argumento a favor de las Bolsas europeas es su valoración. A pesar de lo que han corrido en 2021, tienen un ratio precio-beneficios de 19, significativamente inferior al PER 22,3 veces de Wall Street.
“Aunque pensamos que Europa seguirá rezagada económicamente unos meses, sí que consideramos que seguirá la rotación hacia las compañías cíclicas, especialmente en los sectores de la energía, las finanzas y los materiales”, explica Esty Dwek, director de estrategia global de Natixis Investment Managers Solutions.