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Ramón Arilla: “La tecnología es un soporte, el cambio viene del profesor”

ESIC University se independiza de la Rey Juan Carlos y arrancará como universidad independiente a partir de septiembre

Ramón Arilla, rector de ESIC University.
Ramón Arilla, rector de ESIC University.

El campus de Madrid de ESIC se independiza de la Universidad Rey Juan Carlos y se convertirá en universidad para el curso que viene: ESIC University. Una de las personas al frente de este proyecto es el rector del centro, Ramón Arilla (Madrid, 1980), quien reconoce que la pandemia ha sido un impulso para la transformación del modelo educativo. El docente llama a priorizar los contenidos y las metodologías por encima de las herramientas tecnológicas sin un objetivo claro.

R. La educación ha sido uno de los sectores en los que se ha puesto más el foco durante la pandemia. ¿Cómo se ha vivido en ESIC?
R. Para todas las instituciones ha sido un reto fuerte. Todas teníamos la digitalización como un reto pendiente, más o menos avanzado, pero como algo que tenía que suceder, había que actualizar la forma de aprender. La pandemia ha acelerado este proceso, como en todas las empresas. Nosotros hemos diseñado un modelo híbrido al que llamamos transformative learning, que lo que busca es aprovechar lo mejor de ambos mundos: derivar actividades más teóricas para cuando los alumnos estuvieran en casa y que las aulas fueran algo distinto, más interactivo.
R. Comentaba que han transformado el modelo de aprendizaje. ¿No basta con retransmitir online las clases?
R. No, no tiene nada que ver con eso, esa es la historia. Algunos han entendido que pasar lo presencial a remoto era una cuestión de tecnología, pero la tecnología es una herramienta, un soporte, el driver real de cambio es el profesor. Pero al profesor primero tienes que formarlo y, luego, todo tiene que estar basado en un modelo que conduzca a algo. Puedes invertir miles de euros en tecnología y pensar que eso de verdad soluciona algo, o pararte a pensar cómo quieres que aprendan los alumnos, cómo usar la tecnología para el modelo de aprendizaje que quiero. Gracias a esa reflexión pudimos establecer barreras en cuanto a la tecnología que necesitábamos, porque la disponibilidad de ella es casi apabullante. Buscamos que sea útil, incorporarla para mejorar el proceso de aprendizaje.
R. También ha sido un año de transformación para los negocios, ¿cómo se han adaptado los contenidos de ESIC a las demandas de las empresas?
R. Nos dimos cuenta de que lo que sucedía en la universidad era una realidad que también estaba ocurriendo en las empresas. Esta dinámica de no reunirse tanto presencialmente o no coger aviones para acudir a una reunión se va a mantener. El modelo tiene que seguir incluyendo las competencias digitales, los alumnos tienen que aprender a tener reuniones con herramientas digitales, aprender, comunicarse, dirigir proyectos... Todo eso van a tener que saber llevarlo al entorno digital desde cualquier parte del mundo. Es crítico que tengan estas competencias y afecta directamente a su empleabilidad. Va a haber un corte muy serio entre las personas y los egresados que demuestren un dominio de estas herramientas y de cómo llevarlas al sector profesional, y los que no.
R. El curso que viene arranca ESIC University. ¿Por qué han decidido establecerse como universidad?
R. Habíamos hecho ya varios intentos. Somos adscritos a la Universidad Rey Juan Carlos y gracias a ellos hemos podido aprender muchísimo en el proceso. Conseguir ser universidad es un proceso técnico bastante complejo, son muchos documentos, muchas comprobaciones, muchas auditorías... No es fácil de superar. Es el proceso más riguroso que hemos hecho hasta ahora. Ahora han visto que nuestro proyecto es sólido, que se apoya en la investigación, que impulsa contenidos que llegan a las empresas y que fomenta la empleabilidad. Además, somos un reclamo para estudiantes internacionales. A nosotros nos hubiera gustado tenerlo antes, pero las cosas pasan cuando tienen que pasar, nos lo han concedido cuando lo hemos merecido.
R. La Universidad Rey Juan Carlos se ha visto envuelta en varias polémicas en los últimos años, ¿tiene algo que ver con la decisión?
R. No, en absoluto. Nosotros ya habíamos intentado este proyecto hace diez años y hace cinco. De hecho, nuestra relación con ellos es fantástica; si no fuera por su acompañamiento, no lo hubiéramos conseguido. Nos han ayudado mucho. La universidad desde fuera se ha visto de esa manera, pero esos casos son gotas en un océano, la Rey Juan Carlos es enorme y hay mucha gente que hace las cosas muy bien. Es una pena que por ese tipo de cosas los buenos estudiantes salgan perjudicados, pero la universidad es extraordinaria. Entiendo que es sobre todo el calor del momento, que luego todo se pasará y quedará la realidad, que es que hay muchos y muy buenos profesionales.
R. Otras escuelas de negocios optaron por comprar universidades para constituirse como universidad independiente, ¿no barajó ESIC este camino?
R. Nosotros tenemos detrás a la Congregación del Sagrado Corazón de Jesús, cuyo lema es transformar personas para un mundo mejor. Eso hace que su apetito empresarial no responda al de una empresa al uso. Por ejemplo, nuestro director general no tiene sueldo. Ese es el punto de partida, que ya es mucho. Este propósito es un estímulo importante para la gente que trabaja en ESIC, porque saben que hay un gran proyecto y mucho mundo detrás. También mucha estabilidad. Cada vez que hemos necesitado recursos nos los han facilitado desde una calma y un sosiego que es de agradecer. Es menos sinérgico para nosotros ir comprando cosas, aunque se pueden llegar a plantear operaciones, no es nuestra forma de operar habitual.

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