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Informe Económico y Financiero de Esade 2021

Las incógnitas de la recuperación económica en España

De los ERTES a los fondos Next Generation EU

La actual pandemia ha puesto a prueba las economías de mundo y, aunque en la mayoría de ellas, las políticas monetarias y fiscal han sido lo suficientemente acertadas como para que la crisis no les afectara hasta el punto de que pudiera haberlo hecho, el verdadero desafío llega ahora, cuando éstas deberán dar paso, si no quieren dejar heridos sin solución deuda y défici púlicos, a las medidas de recuperación. Esta es la principal conclusión del apartado de coyuntura del Informe Económico y Financiero de Esade, elaborado con la colaboración del Banco Sabadell y dirigido por Toni Roldán, director de EsadeEcPol, y autor de este apartado, conjuntamente con el profesor de Esade Josep M. Comajuncosa.

El documento deja claro que en la Zona Euro la clave radicó en la desactivación de la cláusula de escape del límite de déficit público del Plan de Estabilidad Europeo y la decidida actuación del Banco Central Europeo (BCE), que evitó los incrementos en las primas de riesgo de los países miembros. Sin embargo, este esfuerzo se irá extinguiendo poco a poco para dar lugar al reparto de los fondos Next Generation EU, la reducción de algunos impuestos indirectos y el aumento de la inversión pública. Con estas medidas los autores del informe de Esade espera que la región pueda crecer al 5,2% en 2021 y recuperar los niveles de producción previos a la crisis a mediados de 2022, a excepción de algunas de las economías más pequeñas de la región, como Luxemburgo, Malta, o Estonia.

A estas claves, en el caso de España se le suman otros desafíios tanto sanitaros, como el ritmo de vacunación y las dificultades para el control de la pandemia y económicos, como número muy alto de pequeñas empresas con dificultades financieras, como mixtos, que han agrandado las principales brechas de nuestra economía. Aquí los autores del informe advierten de que, aunque el impacto negativo en la economía ha sido severo y generalizado, no todos los sectores, empresas y colectivos la han sufrido de igual manera, circunstancia que ha contribuido no solo a agrandar la brecha entre los países del norte y el sur de Europa y entre las empresas grandes y las pymes, sino también la laboral, la de género y la educativa dentro de nuestra propia economía.

El principal riesgo y la gran oportunidad

Otra de las incógnitas que se le plantean a la economía española en su proceso de recuperación es la evolución de los ERTE. Según cita el Informe Económico y Financiero de Esade, el mal comienzo del 2021, con la escalada de una nueva a ola y el endurecimiento de las restricciones, hace pensar que las personas en ERTE permanecerán entre las 600.000 y las 800.000, un intervalo que puede suponer un gasto durante los primeros meses del año no contemplado en los Presupuestos Generales del Estado. Estos expedientes, que han sido imprescindibles para mitigar el aumento del desempleo, no se pueden extender en tiempo de manera indefinida porque, “en algún momento los responsables de política económica deberán permitir una reasignación de una parte de los trabajadores todavía en ERTE hacia otros sectores con mayor actividad y creación de empleo”, según cita el estudio.

En cuanto a la gestión de los fondos de recuperación Next Generation EU, los expertos de Esade advierten del “reto económico y administrativo colosal” que supone el desarrollar y presentar proyectos específicos que cumplan con los requerimientos establecidos por las autoridades europeas en muy poco tiempo. Y según apuntan, hacerlo bien y fechas, resulta crucial para el futuro de la economía, especialmente para que lleguen lo antes posible a las empresas medianas y pequeñas, y que al tiempo puedan promover un crecimiento más inclusivo y respetuoso con el medio ambiente.

Con esto España podría conseguir la transformación estructural que necesita para hacer frente a la digitalización y a la transición hacia una economía verde no dependiente del carbono. Del éxito de este proceso dependerá la evolución de la productividad de todo el tejido empresarial y de su capacidad de competir en toda la economía global, generando nuevos empleos, más cualificados y bien remunerados.

Por último, y como fórumula de apoyo para lo anterior el Informe Económico y Financiero de Esade, insiste en la necesidad de una planificación fiscal a medio plazo, que, ayude a España a reducir su deuda y tener margen para poder implementar las políticas económicas que van a serán necesarias en el futuro.

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