Fondos mixtos, protagonistas en tiempos de volatilidad
Entre las claves de su éxito, su capacidad para adaptarse a los cambios en el mercado y su amplia gama de perfiles de riesgo
En un momento como el que estamos pasando, con caídas de vértigo y remontadas espectaculares, han tomado protagonismo los fondos mixtos, estrategias en las que tienen cabida, con distintos límites, tanto acciones como bonos. El gestor del fondo es el que decide en cada momento qué proporción destina a un tipo de activos u otro según el momento del mercado. Eso sí, sin traspasar los límites de renta variable prefijados en cada vehículo.
“Con uno o dos vehículos conseguimos prácticamente la misma diversificación que si invirtiéramos en 15-20 fondos de diferentes clases de activos y áreas geográficas”, asegura Jorge González, director de análisis de Tressis. Además, al existir diferentes perfiles de riesgo y niveles de volatilidad se podrían incluir en las carteras de la práctica totalidad de clientes.
También David Macià, CFA, director de inversiones y estrategia de mercados de Crèdit Andorrà Asset Management, cree que son una herramienta muy útil, “especialmente en el entorno actual. Los mercados se han revalorizado mucho ya, y a pesar de que sigue habiendo buenas oportunidades, es crítico ser muy selectivo e ir adaptando el riesgo de las carteras en función de las circunstancias de cada momento”.
Para elegir la mejor opción en relación a nuestros objetivos y circunstancias, “es importante observar la volatilidad histórica y el rango de renta variable en el que el fondo puede invertir, ya que, históricamente, a mayor peso en activos de Bolsa, mayor volatilidad, y esta consideración es clave para que el inversor elija un vehículo mixto que le resulte adecuado en cuanto a exposición a mercados bursátiles y variabilidad en su evolución. Hay para todos los perfiles de riesgo y, por tanto, todos los inversores pueden encontrar fondos mixtos adecuados para ellos”, sostiene Antonio González, del equipo de gestión de activos de Renta 4 Banco.
En la elección del producto es esencial sopesar correctamente el rango de renta variable que se permite en las carteras
Desde el punto de vista de Francisco Quintana, director de estrategia de inversión de ING, “los inversores que dispongan de poco tiempo para invertir o que no se vean capaces de digerir la volatilidad tienen que recurrir a carteras con un peso significativo de renta fija, pero idealmente con algo de Bolsa para generar algo de rentabilidad. Es lo que se llama renta fija mixta. Los inversores que se pueden permitir invertir durante un periodo prolongado deberían optar por la renta variable mixta”, resume.
A esa versatilidad se añade la llegada de los inversores que hasta ahora descartaban la Bolsa de sus carteras y que está impulsando sobre todo el volumen en los fondos mixtos de carácter más defensivo. “Los más prudentes, que hasta ahora solo invertían en renta fija, se han dado cuenta de que no tienen más remedio que incorporar algo de renta variable a sus carteras. Es el escenario ideal para los fondos mixtos, que cumplen a la perfección con este cometido. Y en función del perfil de riesgo de cada inversor, este puede escoger cuál es el que mejor se adapta a sus necesidades y tolerancia al riesgo”, opina Josep Bayarri, director de inversiones de Arquia Gestión.
Opción conservadora
Para David Macià, de Crèdit Andorrà Asset Management, los mixtos conservadores son una buena solución para los inversores con mayor aversión al riesgo, “siempre que sean realmente conservadores y no estén permanentemente asumiendo más riesgo del debido, ya que entonces el inversor conservador lo está siendo menos de lo que aconseja su perfil”.
En ese sentido, Victoria Torre, responsable de oferta digital de Singular Bank, admite que hay fondos mixtos conservadores que lo han hecho muy bien en los últimos meses, pero “nosotros consideramos que no deberían sustituir sin más a la renta fija, ya que ello podría suponer una alteración del perfil de riesgo del cliente”.
Comercialización
Transparencia. Jorge González, director de análisis de Tressis, asegura que entre sus clientes han visto caer de manera importante la demanda de estos fondos internacionales. “Sobre todo, tras las caídas del año 2018. Desde nuestro punto de vista, esto se produjo porque estos productos no fueron capaces de hacer frente a las bajadas de los mercados y presentaron una elevada correlación con las Bolsas”, analiza. Sin embargo, al mismo tiempo han observado que “aumentaba la demanda de nuestros fondos mixtos o multiactivos; esto nos hace pensar que el mayor problema que veían los inversores no era la falta de correlación con el mercado, sino la falta de transparencia”.
Respecto a la rentabilidad de los fondos más conservadores, los mixtos tienen mejores expectativas de retorno en el largo plazo, “siempre que hablemos de fondos mixtos con comisiones razonables y políticas de inversión diversificada, sin foco en ningún país concreto. En el corto plazo no tiene sentido comparar con los de renta fija, ya que la volatilidad hace irrelevante cualquier comparación. Lo que es claro es que será muy complicado con este entorno macro y de bancos centrales que la renta fija genere rentabilidad real, es decir, descontando inflación”, opina el responsable de ING.
Por contra, si nos centramos en los fondos más agresivos, aquellos mixtos flexibles que no tienen límite preestablecido de renta variable o los fondos puros de Bolsa, “en líneas generales hemos visto un incremento de riesgo en la gama de mixtos, que se ha plasmado tanto por la pata de renta fija como por la de renta variable. Tras un inicio de 2020 muy complicado, los gestores que han sabido aprovechar un rebote de mercado sin precedentes han sido los claros ganadores al finalizar el año”, analiza el equipo de fondos de Andbank Wealth Management, “si bien es cierto que los enfoques más prudentes fueron los que en líneas generales mejor preservaron capital durante los seis primeros meses del curso”.
La ejecutiva de Singular Bank Victoria Torre tampoco cree que los vehículos mixtos flexibles sean equiparables a los fondos de renta variable puros. “Son categorías de inversión diferentes y no deberíamos intentar cambiar una por otra. Si elegimos un fondo flexible con un alto peso en renta variable, pensando que dicho porcentaje es el que encaja con nuestro perfil, podríamos encontrarnos con la circunstancia de que el gestor cambie de estrategia y se termine situando en una exposición a la renta variable muy alejada de dicho perfil”, especifica.
Por su parte, Antonio González, de Renta 4 Banco, apunta que hay que tener claras las diferencias entre estas dos clases generales de fondos de inversión. “Los mixtos flexibles tienen normalmente menos peso en renta variable y, además, pueden invertir en renta fija, liquidez e incluso inversiones alternativas como el oro. Esto hace que estén más diversificados por tipo de activo y generalmente sean menos volátiles que los fondos de renta variable pura. La rentabilidad, como siempre, dependerá de la habilidad del gestor de cada fondo y de los acontecimientos. ¿Quién nos iba a decir en 2019 lo que íbamos a vivir en 2020?”, reflexiona.
A las gestoras internacionales les acompaña la rentabilidad
Hemos querido saber cuáles son los mejores vehículos mixtos a medio plazo de las gestoras internacionales. Lo cierto es que la categoría general acumula de media crecimientos a distintos plazos y veremos cómo las estrategias que mayor retorno consiguen superan con creces la media. El conjunto de los fondos comercializados en España rentan de media a un año un 2,2%, mientras que a tres años logran un 7,34% y, si nos fijamos a diez años, el retorno medio llega al 36,5%.
A la cabeza de estos fondos está uno flexible (sin límite preestablecido de renta variable en la cartera) que presenta un retorno del 86,9% a medio plazo (tres años). Se trata del Allianz Oriental Income RT, que busca conseguir un crecimiento del capital a largo plazo a través de los mercados de renta variable y renta fija de la zona Asia-Pacífico.
La plata es para el MFS Meridian Prudent Wealth Fund (34,8%), cuya estrategia se basa en invertir en empresas de calidad infravaloradas en función del análisis fundamental ascendente (bottom up). Y el bronce es para Carmignac Portfolio Patrimoine Europe (32,6%). A ese plazo, los flexibles rentan un 9,4%.
La siguiente categoría en proporción de renta variable es la de fondos agresivos, que presentan un retorno medio del 11% a tres años. Aquí las ganancias que encontramos se sitúan en el mejor de los casos en el 28,9% a ese plazo. Ese es el resultado del NN (L) Patrimonial Aggressive R Cap, la estrategia con más riesgo de la gama de fondos de fondos del grupo Nationale Nederlanden, registrados en Luxemburgo. Otras versiones con distribución de activos más defensiva –NN (L) Patrimonial Defensive R Cap con un 14,4%– aparecen liderando los fondos conservadores y el pódium de los moderados –NN (L) Patrimonial Balanced European Sustainable R Cap con 21,3%–.
El segundo fondo agresivo que mejor lo está haciendo a medio plazo es de Banque de Luxembourg Investments, el BL-Global 75 Bi Cap (22,5%), seguido del MFS Meridian Global Total Return Fund (21,9%), caracterizado por una filosofía de inversión de tipo valor (se buscan empresas infravaloradas).
A la cabeza de los moderados (6,5% de media), Carmignac Portfolio Emerging Patrimoine (28,1%), centrado en países emergentes; seguido del Janus Henderson Balanced (26,1%), basado en valores de crecimiento de gran capitalización combinados con una estrategia de renta fija a medio plazo activamente gestionada.
En cuanto a los más conservadores (sin superar el 35% de renta variable y con un retorno medio a tres años del 2,5%), encontramos el Amundi Funds Global Multi-Asset Conservative, que tiene limitada la exposición a Bolsa al 30%, y el Legg Mason QS Investors Multi Asset Euro Conservative, que compone su cartera principalmente de otros fondos.