Balance financiero del año: ¿por qué y cómo realizarlo?
Igual que hacen los departamentos financieros de las empresas anualmente, nosotros individualmente también debemos planificar nuestras finanzas para conocer nuestros ingresos al detalle, en qué gastamos realmente y poder planificar el ahorro
Este año ha sido realmente atípico. Nadie podía prever la crisis sanitaria que iba a estallar y las inimaginables consecuencias sociales y económicas que ha tenido y sigue teniendo en el día a día de los ciudadanos.
Y entre todos esos efectos, en materia de finanzas personales, destaca el aumento de la capacidad de ahorro de las familias españolas, debido a que con la situación de incertidumbre provocada por la COVID-19 se ha producido una contención del gasto (el consumo cayó un 20% en el segundo trimestre). En concreto, la tasa de ahorro en los hogares españoles ha pasado del 17% en 2019 a más del 30% en lo que llevamos de año, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE).
Esta tendencia es natural de tiempos de crisis en los que se tiende a ser más previsor y a posponer aquellos gastos realmente innecesarios o que conllevan un gran desembolso.
Pero, una vez se reactiva la actividad económica, ¿es posible mantener esta tendencia al ahorro individualmente? Para lograrlo, lo primero es analizar cómo están yendo las cosas a nivel personal. Y ese análisis debe cubrir tres ámbitos:
1. Planificación anual: elaborar un presupuesto detallando los ingresos y los gastos que se tienen durante el año calculando el dinero resultante.
2. Seguimiento mensual: comparar los movimientos de ingresos y de gastos respecto a la planificación para poder corregir.
3. Seguimiento de la posición de tesorería (dinero disponible) e inversiones.
Radiografía de mi año financiero
Para planificar 2021, nos va a ser muy útil reflexionar sobre cómo nos hemos comportado financieramente en 2020. ¿Qué gastos imprevistos se han tenido?, ¿se han cumplido los que estaban contemplados a comienzos de año?, ¿con qué ingresos se ha contado? Aunque el año ha sido especial en muchos aspectos, seguramente sirva para ver qué fallos se han cometido y si se pueden evitar el próximo año. Si se ha vivido por encima de las posibilidades o, por el contrario, se ha tenido más capacidad de ahorro. Y si este es el caso, qué retos se pueden proponer y qué se va a hacer para cumplirlos.
Hacer un balance de ingresos y gastos “ayuda a analizar el potencial económico de nuestra realidad actual. Entender las fuentes de ingresos (salarios o ingresos pasivos como las rentas de alquileres de viviendas en propiedad o de inversiones financieras) de cada uno lleva a comprender la capacidad de absorber la estructura de gastos (hipoteca o alquiler, suministros en general, comida, gastos sanitarios, educación, ocio, etc.)”, apunta Glòria Batllori, profesora del Departamento de Economía, Finanzas y Contabilidad de ESADE.
Si el balance sale negativo, es decir, se han tenido más gastos que ingresos, las dos opciones son claras: o se reducen los gastos (por ejemplo, cambio de proveedores de servicios para tener mejor tarifa, reducción de la partida de ocio, revisión de las coberturas de los seguros, etc.), o se buscan fuentes complementarias de ingresos.
Aquí quizás, según las circunstancias familiares, se pueda solicitar alguna ayuda pública. A las actualmente en vigor, relacionadas con la situación de crisis sanitaria, se añaden otras ya consolidadas como las que reciben las familias numerosas o las vinculadas a la dependencia. También es posible intentar generar dinero con nuestro patrimonio inmobiliario (alquiler de un local o de una segunda vivienda) o financiero (contratación de un producto garantizado que asegure una rentabilidad, asumir más riesgo invirtiendo en Bolsa o mediante un fondo de inversión).
Si por el contrario, los ingresos son superiores a los gastos, se genera un ahorro. “Y aquí lo realmente importante es entender por qué se tiene esta situación para tomar las mejores decisiones a futuro”, asegura Batllori. Sería buena idea salirnos de la estadística e intentar sacar rentabilidad a ese dinero, ya que los datos del Banco de España sitúan al 32% de nuestros ahorros en cuentas o depósitos sin apenas rentabilidad.
Planificar 2021
Para Vicenç Hernández, Presidente de la Asociación de Agentes Inmobiliarios de Cataluña, la planificación financiera es básica. “No soy una persona muy ordenada, pero sí muy organizada. Voy con una 'libretita' apuntando todo, desde citas de trabajo a cuestiones que me llaman la atención. Necesito tener una planificación y unos objetivos claros a seis meses a partir de los cuales ir trabajando”, afirma en el Podcast de Banco Sabadell De objetivos personales a metas alcanzadas.
Para que una planificación sea de verdad útil, no es necesario dedicar mucho tiempo, pero sí se necesita constancia para revisar si los objetivos que uno se marca se van cumpliendo. Y si es que no, analizar la razón, destaca el experto. “Muchas veces hay que renunciar a algún objetivo y soltar lastre para poder avanzar”, admite.
A tenor de la experiencia empresarial y vital de Hernández, “tanto en los negocios como en las finanzas personales se debe tener la precaución de preparar las inversiones siempre pensando en que las cosas podrían ir mal mañana. En el caso de los negocios, significa no incurrir en demasiados gastos fijos, tener siempre un fondo de emergencia por si vienen épocas malas. Es decir, los deberes se tienen que hacer cuando las cosas van bien, porque nadie puede prever lo que va a ocurrir en el futuro”.
La AEPF subraya la importancia de confiar en profesionales que ayuden a pensar y a planificar todas las tareas de necesidad en nuestro ciclo de vida, de acuerdo con nuestras prioridades. Esto significa reflexionar sobre el presupuesto familiar para entender cómo ahorrar un poco más (budgeting), cómo hacer sostenibles las deudas, cómo protegernos de los riesgos inmediatos que podrían poner en peligro nuestras vidas, cómo planificar y preparar nuestra jubilación y cómo lograr importantes objetivos de vida mediante la inversión.
La tecnología ayuda
Son muy útiles las aplicaciones que ayudan a llevar un control de ingresos y gastos, que informan mensualmente de si se cumplen con los objetivos de ahorro o de consumo y que avisan de cuando se superan los límites de compras o se aproxima un recibo importante. También sigue vigente utilizar el método tradicional de la libreta en la que se anotan manualmente los movimientos o la plantilla de Excel que se puede manejar desde el ordenador.