La revalorización súbita de la Bolsa y la consistencia de la recuperación
En España, aunque ha habido mecanismos de protección atractivos, falta la segunda parte, la que estimule la oferta y la demanda
Las Bolsas de todo el mundo han cogido en noviembre una velocidad endiablada y llevado a muchos índices a marcar el mayor avance en un solo mes de toda su historia. En el caso del Ibex 35, cierra el mes con un avance del 25,18%, uno de los más elevados de los mercados maduros, pese a que arrastra todavía un descenso en el año del 14%, también de los más abultados de las economías de la OCDE. La recuperación de noviembre se ha producido de la mano del anuncio a coro de las grandes farmacéuticas de disponibilidad de vacunas con elevados grados de eficacia, que se ha traducido ya en la petición de algunas de ellas de permiso a las autoridades sanitarias para la comercialización; y el lastre que aún arrastran las cotizaciones de las compañías españolas es imputable a la intensidad de la actividad en los sectores de servicios, más dañados por las medidas de lucha contra el Covid-19, así como por el peso en los índices de la banca, un negocio que ha tenido que sumar a sus males la constatación de que los tipos de interés seguirán bajo cero unos cuantos años más y que no redimirán fácilmente sus márgenes.
La cuestión es si la reacción de los mercados es coherente con la recuperación real de la actividad, tanto en calendario como en intensidad, o si se trata de una sobreactuación en la revalorización tan exagerada como lo fue en la contracción la primavera pasada. En los mercados de las grandes economías europeas y de EE UU los índices cotizan ya al mismo nivel en el que estaban cuando llegó el contagio del Covid, e incluso en los selectivos tecnológicos norteamericanos registran ganancias de doble dígito por el avance del negocio de las big tech. El componente manufacturero del tejido empresarial germánico o francés, así como del americano, ha llevado los precios de las compañías a los niveles de 2019, mientras que siguen arrastrando pérdidas muy fuertes las empresas del sector turístico (hoteleras, aerolíneas, concesionarias aeroportuarias, transportes, etc.). En las últimas semanas se han producido revisiones al alza de las estimaciones de beneficios de muchas empresas industriales, pero los umbrales temporales de recuperación para las actividades ligadas a la movilidad siguen moviéndose en los entornos de 2023 y 2024.
En el caso de España, aunque ha habido mecanismos de protección atractivos, falta la segunda parte, la que estimule la recuperación de la oferta y de la demanda para acelerar el ritmo en paralelo a la penetración de las vacunas. Ello exige estabilidad impositiva para empresas y particulares, garantías de mantenimiento de los mismos niveles de apertura de los mercados de bienes, de servicios y de factores productivos, además de agilidad y buen criterio en la identificación de proyectos de inversión y reparto de los fondos europeos.