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2020, el año en el que el ahorro no ganó para sustos

Con las subidas de noviembre, los planes de pensiones se están recuperando de las pérdidas sufridas en marzo, al inicio de la pandemia

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Pocos recuerdan un año para el sector del ahorro tan convulso como lo está siendo 2020. A los efectos de la pandemia, que se sienten en todos los ámbitos de nuestra vida, se han sumado las fuertes volatilidades sufridas en los mercados.

Y, por si eso fuera poco, el Gobierno sorprendía hace unas semanas con su intención de rebajar la desgravación fiscal de las aportaciones de planes de pensiones individuales, de 8.000 euros a solo 2.000 euros, al tiempo que pretende potenciar los planes de empleo, es decir, los promovidos desde las empresas.

Pese a todo esto, en Santander Asset Management siguen teniendo claro que, de cara a instrumentar el ahorro privado para la jubilación, el plan de pensiones es el vehículo financiero-fiscal más adecuado para este objetivo.

“También es el más conocido y preferido por los ahorradores y gran parte de su atractivo, aunque no el único, reside en la fiscalidad”, admite José González, director de pensiones y previsión colectiva de Santander AM España, quien recuerda que la aportación a estos instrumentos reduce la base imponible general del IRPF, rebajando así nuestra carga fiscal.

El sector apoya potenciar los planes de empleo, pero se resiste a que sea a costa de reducir el atractivo fiscal de los individuales

Además, el plan de pensiones se ha mostrado como una excelente herramienta, ofreciendo cobertura y liquidez a los hogares españoles en situaciones de crisis. “En los últimos 10 años han pagado 3.760 millones de euros a 693.000 hogares por desem­pleo o enfermedad grave, destacando especialmente las 50.000 familias que han rescatado su inversión en planes de pensiones para afrontar los efectos del Covid-19”, resalta González.

Efectivamente, la situación de pandemia llevó al Gobierno a abrir una ventana de liquidez excepcional para recuperar los derechos consolidados de los planes de pensiones, pero, aprecia Carlos González, director técnico de seguros de ­Tressis, “dicha situación estaba limitada temporalmente a la vigencia del estado de alarma más un mes adicional. Además, debemos tener en cuenta que existía una limitación de un importe máximo mensual que había que justificar documentalmente. Quizá sean estas circunstancias las que hayan hecho que el impacto real de la disponibilidad de los planes de pensiones por Covid-19 no haya sido muy representativa”.

Las cifras

50.000 familias han rescatado casi 100 millones de euros de su ahorro en planes de pensiones por estar afectadas por un ERTE.

77.500 millones de euros hay en planes de pensiones individuales y 7,5 millones de partícipes, de los cuales 3 millones aportan anualmente.

32 es el puesto que ocupa España, de un total de 44, en el 2020 Global Retirement Index de Natixis IM, que mide cómo los países satisfacen la calidad económica ante la jubilación.

A eso se une que este año ha habido curvas y cuando los ahorradores han podido acceder a su ahorro aún se notaban en el valor liquidativo las fuertes caídas de marzo. Una volatilidad que nos ha acompañado en los últimos meses y que en la recta final del año está trayendo fuertes subidas.

“Los resultados en la primera quincena de noviembre podrían calificarse como espectacularmente positivos. Las elecciones en EE UU y, sobre todo, la publicación de noticias sobre el avance de la vacuna contra el Covid han llevado a una recuperación acelerada de los mercados. Tanto es así que muchos de los planes ya muestran rentabilidades positivas en el año. Hemos visto planes que al cierre de marzo tenían pérdidas del 20% y que a mitad de noviembre han alcanzado el 1%”, destaca Juan Jesús Gómez Gómez, director de previsión de Banco Sabadell.

Las rentabilidades han sufrido, pero parece que 2020 terminará con recuperación

Pablo Hernández, director comercial de Bankia AM, también se muestra optimista sobre el balance de este año. “Ahora mismo ya nos encontramos en cifras de captaciones netas similares a las del año pasado, algo impensable al principio de la pandemia”, y también en cuanto a las rentabilidades, “han sufrido caídas muy bruscas, pero a su vez hemos visto también recuperaciones más consistentes. En estos momentos, hemos recuperado prácticamente todo el patrimonio que teníamos antes de marzo”, resalta.

Alternativas

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La volatilidad ha tenido un impacto importante en la rentabilidad objetivamente hablando, reconoce Rodrigo Fernández-Avello, director general del negocio de vida y pensiones de Santalucía, pero “también ha abierto la oportunidad de hacer aportaciones sobre un mercado con enorme potencial de subida en renta variable, como se ha visto en las últimas semanas”.

En paralelo, cree que los ahorradores, conscientes precisamente de la pérdida que podrían estar arrastrando en caso de requerir el rescate en momentos de caídas en el mercado, “probablemente hayan acudido a otros activos o, en determinados segmentos de autónomos o pequeños empresarios, dirigirse a las vías de financiación que se han abierto con menor coste financiero”, en referencia, por ejemplo, a los préstamos avalados por el ICO (Instituto de Crédito Oficial).

El Covid obligó a abrir una ventana de liquidez para los afectados por ERTE

Y el atractivo de los planes de pensiones, el producto específicamente creado para ahorrar para la jubilación, “también lo podemos enfocar en la rentabilidad social, que no depende de variables ajenas a nosotros, como el devenir de los mercados, sino que se centra en lo que yo, como partícipe, quiero conseguir, además de a futuro (planificar mi jubilación), también en el presente”, apunta Cristina Martínez, gerente de productos de ahorro en inversión de Triodos Bank.

Fernando Ariza, director general adjunto de Mutualidad de la Abogacía, opina, por su parte, que la volatilidad en términos de valoración de los planes de pensiones “ha puesto en valor otros instrumentos financieros alternativos a estos, como es el caso de los seguros de ahorro con garantía cierta de rentabilidad, que, sin duda, al menos cualitativamente, han salido extraordinariamente reforzados respecto a otros instrumentos de previsión que no ofrecen estas garantías”.

Incentivos para guardar

Fiscalidad. Según el Informe Naranja 2020: tendencias clave de los españoles ante la jubilación, las ventajas fiscales son una de las características de los planes de pensiones que más valoran los españoles, “y una posible reforma de los incentivos fiscales en los planes de pensiones particu­lares podría afectar al comportamiento de aquellos que ya lo tienen contratado y suponer una barrera para los que están pensando en el ahorro a largo plazo a través de este producto”, analiza Gloria Siso, responsable de inversión digital de ING. De hecho, según los datos del estudio, más de la mitad (52%) no se plantearía contratarlo si se reduce la aportación máxima anual sobre la que se aplica la ventaja fiscal.

No más de 2.000 euros de aportaciones desgravables

En general, en el sector ven positivo incentivar los planes de empleo, pero se denuncia que esto no es incompatible con seguir manteniendo los límites de desgravación fiscal para los individuales. “Desde Inverco hemos manifestado en muchas ocasiones la necesidad de potenciar los planes de empresa, pero creemos que deben ser complementarios y no sustitutivos de los individuales, al menos hasta que los primeros tengan una cobertura de la práctica totalidad de trabajadores y empresas y hayan acumulado un nivel de ahorro suficiente para generar un nivel mínimo de prestaciones”, aclara José Luis Manrique, director de estudios del Observatorio Inverco, quien cree que la realidad es que los planes de pensiones individuales son el único sistema de ahorro para la jubilación que ha funcionado hasta el momento, y eso, a pesar de “estar a la cola de la OCDE en beneficios fiscales”. 

Luis Vadillo, director de negocio de BBVA Asset Management, considera que para el diseño de la fiscalidad de los sistemas de previsión social hay que tener en cuenta el gran número de autónomos y empresarios individuales que hay en España. A lo que hay que añadir que la mayor parte de los empleados por cuenta ajena trabaja en pymes, en las que el ahorro colectivo apenas está presente. “Se debe posibilitar a toda esta población ocupada que queda fuera de la previsión social empresarial que pueda acceder a sistemas individuales en las mismas condiciones y requisitos que cualquier otro trabajador”, reclama.

Además, Ricardo González Arranz, director comercial de Mutuactivos, recuerda que con la actual fiscalidad de los planes, en el momento de cobrarlos “ya es discriminatoria frente a los fondos de inversión. Mientras los rendimientos de los fondos de inversión tributan en su rescate como rentas de capital (a un tipo máximo del 23%), las plusvalías generadas con planes lo hacen como rentas del trabajo, al tipo de cada contribuyente, que puede alcanzar hasta el 45%”.

Estudio de Caser

“Si desde el actual Gobierno se apuesta por la previsión social empresarial, entendemos que debería contar con incentivos y no dejarlo simplemente al buen hacer de las personas y empresas”, añade Eva Valero, directora del Observatorio de Pensiones de Caser, ya que, como se transmite en las conclusiones del Estudio sobre los estilos de ahorro y preparación para la jubilación, elaborado por la aseguradora, “las personas encuestadas indican que una vez jubiladas querrán tener una vida más activa en cuanto a viajes, salir a comer fuera…, y esto supone que vamos a necesitar ingresos complementarios a la pensión pública que, por lo tanto, deberíamos estar ahorrando ya”.

“El atractivo de los planes de pensiones sigue intacto a pesar de la reducción propuesta en el límite de aportaciones. La necesidad de contar con un instrumento específico de ahorro para la jubilación continúa existiendo”, aprecia Francisco Anel Martín-Granizo, director general de Unicorp Vida, quien sostiene que la rentabilidad es también una parte importante del ahorro a largo plazo, cuyo fin último debe ser ayudar a no perder el poder adquisitivo de nuestras contribuciones. “Una rentabilidad atractiva depende de muchos factores ajenos a la propia gestión, si bien, en el medio-largo plazo la estadística de crecimiento se suele cumplir”.

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