La falta de un resultado claro augura más volatilidad y estímulos de los bancos centrales
Los inversores se lanzan a la compra de deuda y el interés del bono de EE UU a 10 años cae al 0,77%
La gran conclusión que hoy extraen los inversores ante el ajustado resultado de las elecciones en EE UU es que, hasta que no se conozca el escrutinio de forma definitiva, se abre un largo período de incertidumbre durante el que la Bolsa puede caer más. Pero, sobre todo, decae con fuerza la expectativa por la que apostó el mercado de una rotunda victoria demócrata y se esfuma la idea de que Biden pueda sacar adelante su propuesta de paquete fiscal, de 2,2 billones de euros.
“La continuación del status quo se ha vuelto mucho más probable. Y en particular, la reforma fiscal de Trump continuará. Pero también significaría que la adopción oportuna de un paquete de estímulo integral es menos probable. Si Trump permanece en el cargo, es probable que los conflictos latentes, por ejemplo con China, se agraven”, explica Stefan Kreuzkamp, jefe de inversiones en DWS. En su opinión, es probable que los inversores no dispongan de una imagen clara de las prioridades de la nueva administración de EE UU hasta la primera mitad de 2021.
“Los mercados se encuentran con algo que realmente no querían”, explica Jim Leaviss, director de inversiones de deuda soberana de M&G. Así, sin control demócrata de las cámaras y la Casa Blanca, según se desprende ya del resultado, ello supone que “no habrá un gran impulso fiscal ni un boom en las infraestructuras, incluso si Biden gana. Tampoco la reversión de la reforma fiscal de Trump, lo que evitará un alza en el impuesto de sociedades que será positivo para el beneficio por acción en la renta variable, añade. Y sin el estímulo fiscal más ambicioso que esperaba el mercado de los demócratas, también es más probable una actuación más decidida de la Fed. “Más compra de deuda, recorte de tipos, quizá a tasa negativa e incluso el control de la curva de tipos podrían entrar en escena”, señalan desde M&G Markets.
Mientras llega el resultado definitivo, toca esperar un periodo indeterminado que puede dañar las Bolsas. “Recordemos que las acciones americanas perdieron un 8% en el mes que el tribunal supremo tardó en dilucidar el resultado de las elecciones de Florida en 2000”, apuntan desde ING. Aun así, también advierten que “la evolución de la bolsa mundial en los próximos doce meses está ligada a la pandemia, no a las elecciones americanas”.
Volatilidad
Desde UBS señalan que hasta que no exista más claridad en el resultado de la consulta es de esperar una elevada volatilidad en los mercados. “Las consecuencias de un resultado electoral controvertido con litigios y demoras serían claramente negativas para los mercados ya que el acceso a una política monetaria y fiscal más favorable podría retrasarse durante varios meses”, apunta Ned Naylor-Leyland, analista de Jupiter AM.
Con independencia de quién gane, Fabiana Fedeli, directora global de activos fundamentales de la gestora holandesa, afirma que lo mejor para el mercado es que se resuelvan cuanto antes las dudas. “Un presidente y un congreso sería positivo para los mercados, ya sea azul o rojo. A los mercados no les gusta la incertidumbre y un presidente con el apoyo del Congreso permitiría una ejecución de políticas más eficaz, incluido un paquete de estímulos”, explica.
Eso sí, la división en el Congreso tampoco es bien vista para los mercados pues como se ha puesto de manifiesto en las negociaciones de las últimas semanas para la aprobación del quinto paquete de estímulos, la falta de unidad podría significar retrasos en la ejecución de las políticas. Fideli señala que hasta que se despeje la incertidumbre sobre el resultado es de esperar que los inversores se pongan más a la defensiva. Así algunas de las tendencias dominantes en los mercados en los últimos meses como el impulso en Bolsa de las energías renovables podrían frenarse, algo que ya está ocurriendo este miércoles. Las subidas de las firmas vinculadas a las energías limpias se han visto alentadas por las esperanzas depositadas en la victoria de Biden, un firme defensor de la transición energética.
Diversificación
Los expertos de UBS defiende que aunque todavía no se conozca con claridad el vencedor de la consulta, la diversificación de las carteras es la mejor opción para sortear los obstáculos. “Mantenemos una perspectiva positiva a medio plazo”. Aunque la aprobación del quinto paquete de estímulos ha encallado en las últimas semanas desde la entidad suiza esperan que el proyecto de estímulo provisional se convierta en ley. A ello hay que sumarle otros factores que si bien no dependen de la esfera política ayudarán a impulsar las acciones.
En este apartado las noticias sobre la existencia de una vacuna en la segunda mitad de 2021 y el compromiso de la Fed a mantener su apoyo a la economía servirán de impulso a los activos de riesgo. En este contexto los expertos de la firma esperan que los sectores que han quedado rezagados en este 2020 lideren la remontada en 2021. Entre ellos se encuentran las empresas de mediana capitalización de los EE UU y las acciones de valor de los mercados emergentes.
Yves Bonzon, CIO de Julius Baer, remarca además que si los demócratas se hacen con la presidencia y el control del Congreso es de esperar que los valores cíclicos experimenten un rally, subidas que meses después de trasladaría a las empresas de mediana y pequeña capitalización. Si por contra la victoria cae del lado de los republicanos y Trump logra mantenerse otros cuatro años en la presidencia, las acciones de crecimiento y es especial los grandes valores mantengan su liderazgo.
Desde Allianz señalan que una administración de Biden podría revertir algunas desregulaciones de la industria de los servicios financieros y así como algunos de los recortes de impuestos. En este escenario las emrpesas de tecnología y de atención médica serían por más castigados. A cambio el demócrata se ha comprometido a un mayor estímulo fiscal y gasto en infraestructuras y energías limpias, los grandes ganadores con el cambio de bando en la Casa Blanca. En cambio si Trump se perpetúa en el poder, los activos de riesgo, los claros vencedores de los últimos cuatro años seguirían registrando revalorizaciones. A ello se suma el compromiso de impuestos más bajos y menor regulación, estrategias de las que se beneficiarían la tecnolgía y el sector financiero.
Los mercados se habían posicionado por una contundente victoria de Joe Biden y como sucedió en 2016 los inversores y las encuestas se han vuelto a equivocar. No obstante, todavía no hay nada dicho y cualquier escenario puede convertirse en realidad. Aunque falte claridad, las firmas de análisis tienen claro su posicionamiento si gana uno u otro candidato. En el caso de una victoria de Biden y de que los demócratas ganen el Senado “esperamos ver un gran paquete fiscal que impulse los mercados” apuntan desde Jupiter AM.
En este escenario los expertos de la gestora prevén que el dólar continuará su tendencia de debilitamiento, lo cual, combinado con un enfoque menos conflictivo del comercio mundial, sería beneficioso para la mayoría de las economías y monedas asiáticas y de los mercados emergentes, en particular China y México. Por el contrario, si finalmente Trump logra su ansiada reelección las tensiones comerciales seguirían dominando. Esto combinado con un dólar débil consecuencia de la política monetaria ultralaxa sería más negativo para las economías y monedas de mercados emergentes.
Las dudas que genera la falta de un resultado claro está sirviendo de impulso a la renta fija. Después de varias sesiones en la que el rendimiento de la deuda de EE UU a 10 años había repuntado hasta superar la barrera el 0,9%, en la expectativa de más gasto público con una clara victoria de Biden, su rentabilidad ha retrocedido hoy, al tiempo que el treasury ha reivindicado su condición de activo seguro con la incertidumbre generalizada. Las compras han llevado su rentabilidad al 0,77%.
Desde Julius Baer apuntan a que una Ola Azul con Biden en la presidencia y un Congreso controlado por los demócratas abriría la puerta a un mayor gasto fiscal y a mayores déficits fiscales, lo que implicaría un repunte en la curva de rendimiento. Es decir, unas rentabilidades más elevadas. Los expertos señalan que por el contrario un Congreso dividido significaría más confusión y más presión sobre la Reserva Federal. Esto como se ha visto en las últimas semanas se traduciría en un aplanamiento de la curva. Los inversores arrastrados por la volatilidad se refugiarían en el mercado de deuda.