Atención psicológica: otra gran olvidada cuando más se necesita
Los expertos temen un aumento de los suicidios
A inicios de octubre, la Organización Mundial de la Salud (OMS) lanzó una alerta: en el 93% de los países del mundo los servicios de atención mental se han visto perturbados o paralizados por culpa de la pandemia. Y, según el organismo internacional, lo ha hecho en el peor momento. “El duelo, el aislamiento, la pérdida de ingresos y el miedo están generando o agravando trastornos de salud mental”, sentenció tajantemente la OMS.
“Efectivamente, la pandemia nos pilló a todo el mundo de improviso y nadie sabía cómo se iba a desarrollar. Se concentraron todos los recursos sanitarios en atender a la emergencia del Covid y la gente vio interrumpida sus actividades de rehabilitación y hay personas que necesitan a diario su rehabilitación para no volver atrás en su proceso de recuperación vital”, explica Nel González Zapico, presidente de la Confederación de Salud Mental de España.
En medio de las medidas de distancia social y de limitación de la movilidad, aquellas personas que tenían diagnosticado problemas mentales han visto que su situación ha empeorado. “Lo más claro de todo es la cantidad de nuevas manifestaciones de estrés, de ansiedad, de trastorno del sueño, de la alimentación e, incluso, un aumento del consumo del alcohol que se ha dado en muchísima gente, ¿por qué? Porque nos desborda a todos, no sabemos gestionar una situación que nos genera temor”.
El experto lamenta que la salud mental haya sido históricamente el “pariente pobre” dentro de la atención sanitaria. “Los recursos asignados a la atención de la salud mental de la población, han sido siempre insuficientes. Hay que tener en cuenta que en España la carga de morbilidad de la salud mental en la sanidad pública es casi del 20%, mientras que los recursos asignados no llegan al 5%”, denuncia.
González teme que lo peor en cuanto a consecuencias psicológicas de la crisis sanitaria todavía esté por llegar, pues el golpe económico derivado de ella aún no se deja sentir en toda su previsible magnitud. “Habrá cantidad de gente que se quede en el paro, que vea su pequeño negocio quebrar, que no llegue a final de mes y el Estado no va a tener para proteger a todo el mundo. La perspectiva es muy negra, eso afecta al bienestar de las personas y en consecuencia a su salud mental”.
Además de la forma directa en la que se ha notado, la saturación de la atención sanitaria ha provocado un sentimiento de abandono en la población. Los efectos a largo plazo son preocupantes, ya que puede aumentar el descontento social y agravar la tensión política. “Ese sentimiento de abandono muchas veces alimenta la desafección hacia la política, el desinterés por los asuntos que nos incumben a todos como sociedad. Esto puede llevar a que la gente termine cuestionando el por qué pagan impuestos y a plantearse quienes son los que tienen recursos y quienes no”.
En este pesimista panorama, González afirma que lo que más asusta a los expertos es la perspectiva de un aumento de los suicidios. “Ya habíamos detectado esa tendencia en el confinamiento. Tenemos mucho miedo a que esta pandemia también afecte a la vida de las personas, no solo en tanto el covid, sino a que fruto de la desesperación y el sufrimiento tomen decisiones drásticas sobre su propia vida”.
A nivel de sociedad, para atajar este problema, el presidente de la Confederación de Salud Mental española anima a aumentar los recursos destinados a la atención psicológica de la población, y por otro lado, a hacer un esfuerzo en la educación. “A nuestros niños y nuestras niñas nadie les enseña que la vida es vida y que no es de color de rosa. La vida puede tener colores más feos. Creemos que es importantísimo que se intervenga en el ámbito educativo con una asignatura de educación emocional. Porque, ante casos como estos que nos desbordan a todos, si tenemos algo más aprendido y algo más interiorizado, podremos abordar estos casos con menos miedos”.
A nivel individual, el experto aconseja a la población buscar tareas con las que permanecer entretenidos. También, recomienda no olvidar que el Covid es temporal y, por otro lado, desconectar de vez en cuando de los medios de comunicación para no caer en una saturación de sobreinformación.